Ataque de la Indominus Rex

Mientras que por los parlantes y algunas pantallas se daban explicaciones de los dinosaurios que volaban en el aviario, la gran mayoría de visitantes veía por medio de las paredes de cristal a estos mismos volando de un lado a otro.

–Esta ha sido mi favorita hasta ahora –responde la pelinegra a la pregunta de su acompañante.

–El reino del T-Rex fue mejor –le confiesa el chico, mientras deja su celular en la mesa.

Ella solo asiente y decide prestar atención a una de las pantallas donde explican cómo volaban los pteranodontes. Eso molesto un poco al chico.

–¿Siempre eres así?

La pregunta toma un poco por sorpresa a la menor, en especial por el tono en que la dijo el chico.

¿A qué se debía esa pregunta?

–¿A qué te refieres?

–¿Siempre eres así de cortante y aburrida? –dice directo.

La pelinegra abre la boca un poco al escuchar lo mencionado anteriormente por el castaño. Ella no era aburrida ni cortante, solo no sabía la manera en que debía tratarlo, por eso actuaba de esa manera.

Casi diez años sin pasar tanto tiempo juntos y de repente volver a interactuar hace que se siente un poco incómoda.

Justin por otro lado le causaba un poco de gracia la actitud que tomo su acompañante después de su pregunta, ya que prácticamente lo ignoro y prefirió ver hacia el cristal.

–Atención –se escucha la voz de una mujer por medio de los parlantes –por cuestiones de seguridad se les pide a todos los visitantes que salgan de manera ordenada y aborden el monorriel de regreso al hotel, gracias.

Kimberly sin decir nada inicia a caminar a la salida junto al resto de las personas.

Justin la ve alejarse y se levanta para seguirla, lo último que quería era perderla y meterse en problemas después.

A pesar de la gran multitud de gente que caminaba por el túnel de cristal su vista estaba fija en la cabellera negra de su acompañante, por suerte ella era alta y se podía distinguir entre la gente.

(…)

El bosque de bambú, una atracción hecha para simular la apariencia de un bosque prehistórico.

Los visitantes caminaban por un sendero rodeado por grandes bambús que se erguían varios metros hacia arriba.

Tanto Kassandra como sus padres iban caminando de manera tranquila por aquel sendero.

Esta atracción a diferencia de las otras tenía menos personas, la familia no sabía la razón, pero creían que se debía a que es una atracción tranquila y la mayoría de las personas cuando visitan el parque buscan más emoción que el simple hecho de caminar por un sendero rodeado de plantas.

–¿No te parece hermosa? –dice la madre de la chica a su esposo al señalar una flor.

La menor de la familia sonríe al ver a sus padres tan juntos, por lo general, gracias al trabajo pasan los días algo estresados, pero aquí se veían diferentes, tal vez si debía darle una oportunidad a la visita al parque y dejar de estar quejándose, después de todo se supone que este sería un fin de semana en familia.

La familia siguió caminando por el sendero deteniéndose algunas veces para ver algunas plantas o a leer algún cartel donde daban datos de la flora en los distintos periodos de la historia.

(…)

Árboles, eso era lo único que veía Javier el cual aún se encontraba en el auto junto a Andy que aún no le decía a qué lugar exacto se dirigían, pero lo que si sabía era que fuera donde fuera no era parte del parque

Andy estaciona el auto junto a un gran árbol y le hace señas a Javier para que lo siga.

Ambos caminan unos metros hasta lograr distinguir una estructura.

–¿Qué es este lugar? –pregunta el menor viendo la estructura entre los árboles y la maleza.

Parecía que el hombre había tomado este lugar, pero después la naturaleza se había encargado de volverlo a reclamar como suyo.

–Te pregunté si habías escuchado de “Jurassic Park” –Inicia a hablar el castaño –a lo que me respondiste que no –añade. –Pues este es el antiguo Jurassic Park –dice para iniciar a caminar nuevamente hacia uno de los costados del antiguo edificio.

El joven mira la estructura una última vez antes de seguir a su jefe.

–¿Qué paso aquí? –pregunta el pelinegro mientras camina al lado del mayor.

–Dentro de lo poco que se sabe hubo un problema de contención, las bestias escaparon, hubo algunos muertos y cerraron el parque antes de que siquiera lo abrieran –dice el hombre de manera tranquila. –Incluso unos hombres tuvieron la brillante idea de llevarse un tiranosaurio a tierra firme –dice –fue un gran espectáculo para los que lo vivieron.

El chico asiente y prefiere no preguntar nada al respecto.

–¿y qué hacemos aquí?

–junto con un compañero tengo una página en la cual vendemos objetos originales del parque viejo –le dice una vez que llegan a lo que parece ser un garaje, en el cual hay dos jeeps antiguos estacionados los cuales en sus puertas se puede leer claramente “Jurassic Park”.

(…)

El monorriel abandona la estación, pero tanto a Justin y Kimberly como a la mayoría de los visitantes presentes les tocaba esperar, ya que este se encontraba al tope de su capacidad gracias a que el aviario no era la única atracción cerrada.

–Mejor me hubiera quedado en casa –susurra la pelinegra, mientras espera pacientemente en la estación.

–Hola –habla el castaño llegando junto a ella –No te alejes de mí, no quiero meterme en problemas por ti.

La chica no respondió nada, no quería perder el tiempo con alguien como él, pero había algo que no comprendía, había algo que quería saber, ¿Qué había pasado con aquel niño con el que jugaba y peleaba algunas veces en su infancia?