Mariposas en el estómago

Hoy en la Universidad me reuní con mis amigas y hablamos un rato sobre la fiesta, lo que fue un poco incómodo para mi por lo sucedido la noche anterior, pero desde esa noche no puedo sacar de la cabeza a Matt, la forma en que reaccionó no se porque pero me... hirió. El hecho de verlo en la entrada con otra chica me enfureció, me hizo sentir ¿celos?. No, no podía ser eso, ni siquiera éramos amigos, ahg estoy enloqueciendo mejor me concentro en las clases. 

En el campus... 

-Hola- esa fue la única palabra que le pide decir a Matt. 

-Hola Camila ¿te pasa algo?. 

¿Que le pasa a este tipo?, luego de lo que sucedió entre nosotros hace como si nada hubiera pasado. 

-¿Podemos hablar un momento?, a solas. 

-Claro. 

De ahí nos dirigimos a uno de los salones que están vacíos para poder tener privacidad. 

-Matthew, ¿como me puedes preguntar que qué me pasa? luego de lo que sucedió entre nosotros no puedo concentrarme, me estreso, mantengo nerviosa, no sé qué decir no sé qué pensar. 

-Acaso...¿te gustó?-  pregunta arrinconando pregunta arrinconandome en una pared. 

-Ehh, no pienses tonterías Matt. 

Estaba tan cerca estaba tan cerca que podía sentir su respiración, tenía un aliento delicioso y su perfume olía tan bien que casi no lo puedo describir, sus ojos eran los más lindos que había visto en el mundo, su mirada profunda y azul era como ver el mar, el océano, tanto así que me perdí en ella y empecé a sentir mariposas en el estómago como en un cuento era como si estuviera hipnotizada,  pero luego regresé a la realidad y me di cuenta de que él jamás se fijaría en mí, yo era la tonta amiga de su hermana, en cambio él era un dios griego, un Playboy, hermoso, pero nunca tenía una relación en serio, jugaba con las chicas y yo no quería eso para mí; aunque en ese instante nada de eso me importaba, lo único que quería era besarlo y quedarme a su lado para siempre. 

-Además,  para tu información Matt ni siquiera lo recuerdo estaba ebria-  intenté hacerme la difícil pero era casi imposible con el solo hecho de mirar sus ojos esos ojos en los que te pierdes, que te atrapan, que pueden descubrir tu ser, tu alma, esos ojos que son capaces de ver todo tu interior, esos ojos que te envuelven, que te hacen creer que estás en el cielo, te hacen sentir que estás en la cima del mundo. 

En un instante en el que estaba distraída su mirada bajo a mis labios pero la mía ya estaba en los suyos, nos dejamos llevar por el momento y nos besamos como si no hubiera un mañana, el mundo se detuvo en ese instante y todo a nuestro alrededor se desvaneció,  nuestros labios nuestros labios encajaban perfectamente es como si estuviéramos hechos el uno para el otro y al terminar ese beso fue imposible no sentir mariposas en el estómago.