Una palabra, una historia (2024)

Esfuerzo (ChanBaek)

Una gota de sudor marca el camino de sus hermanas desde la cien hasta caer, finalmente, por su barbilla. Su respiración agitada eleva su pecho con exageración. Está agotado, lo sabe muy bien, pero no puede detenerse. La sonrisa de satisfacción de su compañero es motivo suficiente para continuar. Debe hacerlo. Inhala profundo para intentar calmar su tonto corazón acelerado, pero no funciona. Solo basta un movimiento estratégico hecho por el chico alto y de sonrisa contagiosa para quitarlo de su ensoñación. ChanYeol siempre sabe qué hacer y cómo para que BaekHyun vuelva a la realidad. A ese momento, ese lugar y situación. Los músculos de los brazos de Yeol se tensionan y Baek no puede evitar morderse los labios con fuerza. ¡¿Cómo es posible que llegaran a esta situación?! El más bajito todavía no puede entenderlo y la verdad es que tampoco importa demasiado, solo sabe que lo disfruta y mucho.

­—¡Baek! —exclama el castaño, también con el rostro perlado de sudor, al voltear a ver a su compañero que por unos cuantos segundos ha volado a otro planeta. Uno en donde solo importan los músculos tensos y esa estúpida sonrisa de satisfacción—. ¿Qué haces? Ponte en posición.

El más bajito parpadea varias veces antes de entender que es a él a quien le habla y que debe reaccionar rápido. El agarre en su paleta se vuelve más fuerte y seguro para no devolver un golpe débil. La pelota de tenis que es reciba desde la otra punta de la cancha de Paddle, vuelve con fuerza y rapidez.

—Un último esfuerzo, Baek. El último —se susurra para sí mismo antes de correr por la cancha de césped sintético para golpear con firmeza aquella pelota verde con líneas blancas que regresó hacia él.

Esta pica en el suelo y, luego, en la pared de vidrio de la otra mitad de la cancha. KyungSoo y Kai corren a la vez para poder devolverla, pero ambos golpean sus paletas y ninguno le da a la pelota. Está hecho. El partido ha terminado.

—¡Sí! — El puño del gigante, como así le gusta llamarlo al rubio, se alza en el aire y lo agita unos segundos. Su sonrisa es tan amplia que pueden verse sus bonitos dientes blancos y parte de sus encías—. ¡Ganamos!

BaekHyun se siente tan feliz porque sabe lo mucho que su novio quería ganar ese partido, después de haber perdido anteriormente contra aquella pareja de amigos en común. Deja la paleta en el suelo y corre hacia los brazos extendidos de su pareja, quien lo abraza y alza en el aire. Enrolla sus piernas en las caderas del más alto y planta un sonoro beso en sus labios.

—Agh, que asco. —KyungSoo se quita el sudor de su frente mientras observa a la pareja de tórtolos. Mira a su novio y arruga la nariz, un gesto bastante común en él—. No es suficiente vergüenza el haber perdido contra estos dos que encima se dan afecto frente a nosotros como si no existiéramos. ¡Vayan a un hotel!

El moreno suelta una carcajada, se acerca a su pequeño novio y le da un corto beso en sus labios. Este lo fulmina con la mirada uno segundos.

—¿Qué? No me importa que estés todo apestoso y mojado. Déjalos disfrutar su triunfo, ya les volveremos a ganar la próxima vez.



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En el texto hay: fanfic, relatos cortos, kpop

Editado: 23.08.2024

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