Una Propuesta Millonaria

Capítulo 6. Sorpresa, sorpresa

Después de casi ser desheredado – definitivamente – por su abuelo, Damián del Toro llega rápidamente a la comisaría en uno de los autos tipo limusina de la empresa, todos en el recinto Giran a verlo ya que lo reconocen porque su abuelo es un gran empresario además de colaborador con la policía de Nueva York.

— ¡Sr. Del Toro! - una mujer muy atractiva en uniforme azul lo intercepta — qué placer tenerlo por acá ¿Sí me dice en que lo ayudo? estoy a sus órdenes - la chica sonríe y él no puede dejar de mirar su busto por encima del uniforme que le queda cañón.

Sin embargo reconoce que es mala idea mirarla ya que viene por La chica que conoció del bar de anoche y que ya no recuerda su nombre.

— Srta., Es un placer para mí conocerla sin embargo en esta ocasión necesito que me ayude a encontrar a una persona muy importante y que se encuentra acá recluida - la mujer levanta la ceja y él sonríe chulo.

— Usted dirá - es todo lo que dice la mujer.

— Su nombre es Lea Ferrero, es alguien muy querido por mi abuelo y yo necesito saber si hay algún tipo de fianza que pagar – así como indica que la siga y él obedece al instante.

Se dirigen hacia la oficina del comisario para arreglar lo de la fianza y este se muestra reacio ya que el agredido forma parte de la familia del mismo.

— ¡Vaya, vaya, vaya! – mira burlón a Lea que se encuentra sentada en el catrecito de la celda — ¿A quién tenemos aquí? Si es una hermosa convicta – sonríe ampliamente mientras Lea lo asesina con la mirada.

— ¡Que gracioso! – sisea ella desde su sitio sin mover un músculo.

— ¿Nos vamos de aquí cariño? – ella asiente con lágrimas en los ojos pensando en que luego podrá golpearlo por idiota.

Salen de la comisaría hacia la calle, Lea ni siquiera mira hacia atrás para evitar recordar la mala noche que pasó ahí dentro. No tiene idea de cómo hizo que la soltaran, pero algo le suena en la cabeza de que no solo va a tener que aceptar casarse con Damián Del Toro sino que le va a quedar debiendo algo más.

— ¡Gracias por rescatarme de ese horroroso lugar! – expresa con toda la inocencia de la que es capaz mientras Damián le indica que suba a su automóvil.

— No me des las gracias todavía preciosa, aun no estamos a salvo, ella ingresa al vehículo con un gran signo de interrogación en la cara — debemos llegar a la casa antes de que el Capitán, Comisario o como sea que se le llame contacte a mi abuelo y le llene la cabeza de mentiras.

El camino lo recorrieron en menos de quince minutos y aunque la casa no estaba tan lejos, Lea piensa que es un loco del volante.

— ¿Estás loco? Pudimos haber chocado dos veces y tú ni siquiera te percataste de ello – reclama Lea con los ojos muy abiertos mientras lo ve salir del auto ignorándola por completo.

Damián la atrae hacia su cuerpo en el momento que ella sale de su convertible – el cual mandó traer desde la empresa – y estrella su boca contra la suya, Lea siente que se marea por lo que debe asirse de sus hombros trata de mantener el equilibrio.

Acepta el beso solo porque se encuentra a unos pasos de la terraza, pero tiene muchas ganas de sacárselo de encima y abofetearlo por atrevido.

— Lo siento Anderson, en este momento no puedo seguir hablando, mi hijo Damián acaba de llegar junto a su novia y debo atenderlos…

Ambos giran a ver de dónde sale la voz que llama su atención, sienten unos flashes caer sobre ellos y se percatan de que hay fotógrafos alrededor de la hermosa mansión y al fijarse Lea quien habla, se asombra por el parecido que tiene con el hombre que acaba de besarla.

— Él es… - señala la chica.

— Mi abuelo…

< ¡Ay mierda! >, piensa ella con asombro.




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