Una Propuesta Millonaria

Capítulo 9. Mona vestida de seda

— ¿Es en serio papá? – Mauricio Del Toro asiente sonriendo — ¿no entiendo que te causa tanta risa? – reprocha Mariah a su padre.

— Es que Lea es tan “Mona” – expone con ojos soñadores el viejito lindo —, estaba toda nerviosa, pero mi Damián la va a cuidar – dice y la Doña junto a las dos mujeres que la acompañan jadea.

— ¡Es una Mona de verdad padre! – grita exasperada — ¿Qué no viste lo corriente que es? – el hombre se encoge de hombros.

Mauricio no es un pobre viejito, el caballero es un arma de doble filo, pero en vista de que su nieto-hijo se ha dedicado solo a gastar el dinero que por cierto ni siquiera le pertenece y su madre igual, debe por lo menos casarse y darle no uno sino ¡dos nietos! Como castigo a la sinvergüensura que ha mantenido.

— ¿Ah sí? – responde el hombre — pues yo ni siquiera lo vi incomodo – sonríe malicioso hacia la joven que tiene los brazos cruzados y los labios fruncidos — muy por el contrario…

— ¡Pues yo no lo acepto! – se pronuncia la madre de la joven — ya Damián tendría que haberse comprometido con mi Gretta – gime la señorona.

— Querida Mildred, me apena decirte que Damián es un hombrecito y no puedo obligarlo a nada – expresa con doble intención — a menos claro que aquí nuestra preciosa Gretta lo convenza con su belleza y espontaneidad – solicita a una de las empleadas una merienda para todos.

— Pero…

— Estoy más que dispuesta a luchar por el amor de Damián Don Mauri – profiere malcriada — No estoy en posición de aceptar que esa chica tan… vulgar me lo robe – la altivez de la joven

Gretta lo molesta un poco, pero quiere ver como Lea le arranca el cabello de raíz llegado el momento del enfrentamiento.

Nunca ha sido un hombre de escándalos, pero esta chica siempre ha querido casarse con Damián y aun cuando es hermosa y distinguida, tiene un mal corazón que ennegrece por completo la belleza que ostenta.

— Descuida mi amor – dice su madre acariciando su rubia cabellera — tu eres mucho más hermosa e inteligente que esa muchachita corriente…

< ¿Inteligente? No lo creo, es igual a su madre >, piensa el viejito.

***

— ¡Esta habitación es impresionante! – se pasea mirándolo todo y Damián se siente exasperado.

— Lea vete a la ducha – ella se gira ofendida y huele sus axilas de manera que a “su novio” le produce aversión — ¿qué haces? – inquiere más como un regaño.

— Pues cerciorándome de que no tenga mal olor – él pone los ojos en blanco.

— No quiero decir que hueles mal, es solo que vamos a cenar y quiero que huelas a mujer ¡vamos! Tengo unas sales aromáticas para chica….

— ¡Espérate ahí un momento parado! – se detiene, pero es por el exabrupto que acaba de decir, se le acerca sonriendo con indulgencia — ¡escucha tío! Si eres gay yo te voy a apoyar – sonríe ante su rostro asombrado — descuida todo pasa y la felicidad llega…

— ¿Qué coño estas diciendo? – se rasca la cabeza despeinándose por completo — ¡no soy gay! ¿de acuerdo? – trata de decirlo en voz baja — ¿de dónde sacas esa mierda?

— ¿Y qué coño quieres que piense? – ella si grita — tienes vestidos y zapatos de mujer y ahora… ¿Cómo lo pronuncio?

— Sales aromáticas…

— ¡De chica! – entonces entiende perfectamente su confusión.

— Le dije a una de las empleadas del servicio que aceptara un encargo y lo subiera – señala la caja — ¡son para ti! – hace aspavientos con las manos para evitar gritar.

— ¡Ok, ok, manito! – ella levanta las manos en son de paz — no más me disculpo por llamarte… - le sonríe y él piensa que se ve preciosa.

— ¡Al baño! – da un pisotón con el pie y ella corre al baño cerrando la puerta.

Pero Damián la detiene con el pie y le hace entrega de la caja completa más una bolsa de lencería fina para dama. Sonríe imaginándola con el modelito de ropa interior y la cosa se caldea. Decide entrar al otro cuarto para asearse y cambiar la ropa pidiendo al cielo que lo ayude y logre convencer a todos.

Su estómago se desestabiliza cada que piensa en el matrimonio y peor aún en los hijos. Solo desea que le crean para que el abuelo le devuelva su herencia. Necesita ser el hijo modelo para engañar a la sociedad y de ese modo olvide lo del casorio al menos unos cinco años más y una vez que esa herencia sea suya…

< ¡Pago el millón de dólares, y cada quien por su lado! >, piensa con la esperanza puesta en la chica torpe y basta que se encuentra en el baño.

Se encuentra ya ataviado con un traje oscuro sin corbata, la camisa impoluta hace que su tez brille y sus ojos de un azul profundo se aclare. Escucha un ruido seguido de un ¡auch, mierda! Y rueda los ojos por el vocabulario de Lea. Sale de su escondite. Casi cae hacia atrás por la preciosa vista, pero algo en la boca de ella llama su atención.

— ¿Lea? – ella levanta la cara para mirarlo y abre tanto los ojos que Damián se siente incómodo — ¿todo bien? – no sabe si reír o llorar porque lo que su “novia loca” lleva mordida su ropa interior de encaje.

— ¡Oh sí claro! pero creo que no sé dónde ponerme esto – lo levanta y él casi cae al piso cuando la tiene enfrente de cuerpo entero.




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