Gretta observa detenidamente el camino que recorre el precioso convertible de su amor imposible hacia el horroroso barrio donde vive la “fursia” – como la ha llamado antes – de Lea. Se asquea ante la pobreza y marginalidad de la zona y se rehúsa a aceptar que “su Damián” se quiera casar con ella. Observa al hombre que mantiene las manos apoyadas en el timón del vehículo, también es un marginal, pero ella no se casará con él ni lo presentará en sociedad ya que él solo es diversión y delicioso sexo. Ese que debería estar teniendo con Damián en este momento de no estar encaprichado con esa mujer. Resopla enfadada llamando la atención de su cómplice en este viaje.
Andrés Navarro se llama el chofer con el cual no solo se revuelca sino que es su mano derecha en el plan que se lleva entre las manos y ese es poner al descubierto la farsa que es Lea Ferrero.
Damián sale del edificio de seis pisos seguido de “la mujercita esa”, agradece que los vidrios son tintados y que se encuentran en un lugar escondido que, aunque el vehículo es de gran tamaño pasa desapercibido. El auto de Damián se mueve y poco a poco el de Gretta lo sigue, despacio y sin prisas para no ser descubiertos.
— Debo reconocer que eres más listo de lo que pensé – el joven sonríe haciendo que las piernas femeninas se junten a causa del corrientazo que experimenta en su centro.
— Soy hijo de una familia poco pudiente Srta. Stanford, eso significa esforzarme para que lo que hago quede perfecto y no haya errores en el proceso – ella sonríe complacida ante su mirada oscura y lujuriosa.
— Entonces sigamos nuestro acuerdo y prometo que obtendrás buenos resultados – expresa Gretta excitada acariciando su cuello con ambas manos, acción que repite en sus pechos atravesando el abdomen hasta llegar a su centro.
El hombre sonríe afectado ante la insinuación de su jefa que al parecer se encuentra en ese lugar oscuro donde él mismo la ha llevado unas cuantas veces. Solo espera que luego de este trayecto de vigilancia la deje llevarla a su apartamento. El interés que tiene en ella es bastante y la quiere para él, poco le importa que lo esconda ya que sabe lo que le ha entregado y reconoce en ella ese efecto que causa en todas las mujeres.
Ya que es un hombre bien parecido y muy atractivo.
— Entonces si me lo permite – se excusa — observemos los pasos que da el caballero y luego pues – ingresa a un estacionamiento subterráneo detrás del convertible que se halla siguiendo — podemos terminar de fraguar el plan… en íntimo – los ojos verde grama del hombre se oscurecen de nuevo al mirar el escote de la dama que lleva en el asiento de atrás y el rostro de ella se tiñe de un rubor que le parece precioso.
— De acuerdo – responde ella coqueteando ya que siente sus partes íntimas humedecerse ante el galanteo en doble sentido del chofer.
Luego de una media hora Damián sale del ascensor y mira directamente hacia el auto negro de vidrios tintados que se encuentra extrañamente estacionado del otro lado del garaje. Gretta retiene la respiración al momento en que sus ojos conectan, pero el objeto de su deseo no se acerca y ella exhala el aire que contenía. Contrario a eso ingresa con una sonrisa al auto y sale del estacionamiento a toda prisa.
— ¿Lo sigo? – inquiere el chofer.
— No, ya tengo lo que necesito, volvamos al barriucho de mala muerte y preguntemos algunas cosas acerca de nuestra “fursia” – el hombre asiente y pone en movimiento el auto para salir — luego podemos ir a… - ella lo mira con deseo.
— ¿A? – él le sonríe.
— Donde desees, sorpréndeme…
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Editado: 03.02.2025