El caballero en cuestión queda paralizado en medio del desastre que ostenta una vidriera hecha añicos, productos costosos derramados en el piso, una silla de barbería hecha pedazos, el hombre más cotizado del momento y lo más impresionante a sus ojos… la mujer quizás mas bella que haya visto en su vida.
“Y vaya que he visto muchas mujeres por aquí”, piensa mientras pasa su castaña mirada por la figura pequeña, pero bien formada de Lea.
— ¡Buen día señores! – estira la mano hacia Damián sin apartar la mirada de la mujer que tiene sujeta por la cintura —. Permítame presentarme: - dice con una sonrisa lobuna en los labios y Damián lo nota — Michael Patricks para servirles – el aludido aprieta con más fuerza de la debida la mano del susodicho.
— ¿Para servirle a quien Patricks? – el sujeto mira a Damián con ojos muy abiertos saliendo del estupor — porque que sepa yo soy el del dinero y ella… es mía – marca el terreno casi meandole encima.
— Me disculpo caballero, pero me ha llamado mucho la atención…
— Las piernas de mi mujer – termina la frase y Lea gira rápidamente a mirarlo mal encarada por su forma de expresarse.
— El cabello de la dama y por supuesto el desorden – devuelve el hombre mosqueado por la actitud de Damián aunque sabe quien es.
— Pagaré por lo que se deba, pero creo que mi novia no se halla comoda con el resultado – Patricks asiente y mira a la mujer en el piso.
— Lo imagino, permítame un momento – le hace una señal a la estilista para que lo acompañe y Lea se gira por completo a decirle unas cuantas a su “novio”.
— ¿Tuya? – Damián asiente — ¿en serio dijiste eso y lo afirmas? – asiente de nuevo atrayéndola hacia su cuerpo enajenado completamente por su aroma aunque se encuentre molesto por el tiradero que ha hecho — ¡eres un idiota! – espeta en su cara.
— ¿Qué, ya de repente no eres amorosa y sutil? – la retiene al ver que intenta deshacer el abrazo — ¿eres bipolar acaso? – expresa con diversión aun cuando arde por dentro de rabia.
— Tal vez sea bipolar, pero lo que definitivamente no soy es una maldita posesión para que digas que soy tuya – le manotea para sacárselo de encima ante los ojos escrutadores que los rodean —, agradecería me trates como una persona en el futuro - le riñe pegada a su rostro casi tocándole la nariz con la suya.
— De querer que te trate como una persona deberías comportarte como un ser humano racional y procurar no hacer destrozos en donde llegamos… - le devuelve un tanto venenoso.
— ¡Mira mi cabello! – escupe bajito — ¿qué coño se supone haga ahora con el desastre que me hizo esa mujer? – ahora su voz es un susurro lastimero —. Voy a causar risa en el puto almuerzo – resopla con muchas ganas de saltar encima de la mujer que sale por la puerta de enfrente con una caja y expresión triste.
— Eso no es motivo suficiente para destrozar el lugar…
— ¡Eso fue su culpa! Debió dejarse desastrar el cabello como se lo merecía y no habría pasado a mayores – responde desfachatada y Damián se niega a creer lo que escucha.
— ¿En serio Lea? – inquiere incrédulo — ¿te estas escuchando siquiera?
— Srta. – habla el hombre llamado Michael Patricks y quien es el dueño de la franquicia — si no es molestia me encantaría reparar el daño que ha hecho mi ex empleada sin coste alguno – la mira fascinado con el montón de curvas aun cuando el vestido deja bastante a la imaginación.
— Muchas gracias – Lea toma la mano que le ofrece el hombre para dirigirla a la silla seleccionada y Damián rechina los dientes.
— ¡Carla por favor! – llama a una de las chicas — ¿podrías hacer los honores? – asiente complacida porque sabe que la paga es buena en estos casos.
— ¿Eso incluye el destrozo del local? – Damián sonríe tratando de controlar el enojo por la atención que el hombre le da a Lea.
— Me temo que no Sr. Del Toro, tendrá que encargarse de pagar lo roto, pero descuide podrá hacerlo en cuotas – el hombre pone la provocación en bandeja de plata y Damián se percata de ello.
— Lástima, pensé que la ofensa lo valía, pero estoy encantado de hacer el pago de inmediato ¿pasamos a su oficina? – el hombre esperaba una reacción negativa de parte de Damián, pero este no le da el gusto.
Damián Del Toro se caracteriza por su diplomacia pese a que tiene un carácter voluble y un tanto hostil, pero en este momento en el cual atraviesa una dura prueba ni siquiera piensa en permitirse flaquear, necesita cumplir con lo propuesto por su abuelo, deshacer la farsa una vez solucionado y mandar de viaje a Madrid a Lea para sacarse de encima los problemas.
…
Una hora más tarde…
El cabello de Lea reluce y se halla maravillada con el trabajo de la mujer que sonríe radiante. Saca de su bolsito cien dólares y se los entrega, la chica niega ya que su jefe la remunerará muy bien y no debe aceptarlo.
— Considéralo una propina – le sonríe y la mujer acepta.
— ¡Hermosa! – escucha la voz de Damián y gira con la cara colorada — ¿podrías maquillarla un poco? Solo unos toques, me gusta al natural – se acerca y a Lea le sobreviene un mareo cuando deposita un beso dulce y húmedo en sus labios.
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Editado: 03.02.2025