El teléfono de Gretta suena y al mirar la pantalla respira profundo. Se encuentra en el balcón de la casa junto a Damián, esperando que lleguen su madre y Mauricio ya que Mildred se encuentra hecha un mar de lágrimas ante la “situación embarazosa” en la cual encontró a su hija con el susodicho. La mujer llora como si se le hubiese muerto un familiar muy cercano y en su diatriba asegura que si su amado difunto esposo estuviese vivo (el cual murió solo en el cuarto que funciona como ático actualmente ya que ninguna de las dos sentía amor por él), esto no habría sucedido.
— ¿Qué pensarán nuestras amistades Damián? – él aludido mantiene los ojos cerrados ante los gritos de la mujer mayor ya que el dolor de cabeza se hace más intenso cada vez — ¿te das cuenta acaso de la gravedad de este asusto? – lloriquea como si su hija tuviese quince años en lugar de veintiocho.
— ¡Mamá por favor cálmate! – regaña Gretta haciendo un esfuerzo sobre humano para no poner los ojos en blanco ante el drama de su madre —. Si no quieres que se enteren tus amistades deja de gritar de ese modo – mira a Damián que aún tiene los ojos cerrados — ¿Damián te sientes bies? – se toca el puente de la nariz negando con la cabeza incapaz de hablar ante las náuseas —. Estás muy pálido, toma un poco de agua – le lleva un vaso con agua y un toque de limón, él abre los ojos.
— ¡Gracias! – mira la mujer mayor que solloza y moquea a su lado mientras bebe el agua, solo mirarla le devuelve la jaqueca — realmente no me siento bien ¿no podemos dejar esto para otro día? – la mujer lo mira fijamente juzgando sus palabras.
— ¡¿Y permitirte que burles mi honor mancillando mi hogar, mi hija?! – llora de nuevo y esta vez Damián Del Toro no se exime de decirle algunas verdades pese al dolor de cabeza que quiere matarlo.
— Disculpe usted Mildred Stanford, pero lo que ha pasado entre su hija y yo es algo que nos compete solo a nosotros – la mujer pone la palma de la mano en su pecho de forma dramática y él la mira con aburrimiento —, de hecho creo que ya estamos bastante creciditos ¿no lo cree? – la mujer finge un ahogo antes de un dolor en el pecho para luego desplomarse en el piso.
— ¡Mamá! – el grito de Gretta alerta a los recién llegados — ¡Mamá, mamita por favor despierta!
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Editado: 06.03.2025