Una razón para quedarme

CAPITULO 2

3 años más tarde.

--¿Qué haces Myra?-- escucho una voz a mis espaldas, no volteó porque sé perfectamente quien es.

Estoy sentada frente a la ventana de mi habitación, con mis ojos fijos en la, todo está a oscuras y solo la luz que entra por mi ventana alumbra un poco la habitación, dejo salir un suspiro y lentamente me giro hacia esa persona que está en el lumbral de mi puerta.

--No quiero hablar-- murmuro volviendo mis ojos hacia el frente, ella suspira ruidosamente y escucho sus pasos acercándose a mí.

--En algún momento debemos hacerlo, ya han pasado tres años, Myra, bajaste de peso, duermes poco y ni hablemos de tu salud, te estás destruyendo-- levanta la voz diciendo eso último, no hago ningún gesto, solo me dedico a mirarla inexpresiva --¿No dirás nada?-- cuestiona.

--No tengo nada que decir-- respondo con tanta frialdad que me hielan los huesos.

Ella pasa una mano por su rostro, mientras balbucea algo que no entiendo.

--Él estaría muy triste si te viera así-- 

--Él ya no está-- desvío mis ojos de ella, al ver que sus ojos se cristalizan.

--Y si lo estuviera...-- la interrumpo.

--Si lo estuviera, ¿piensas que yo estaría así?, nada volvió hacer igual desde que se fue, pero tú no sabes nada-- la miro de reojo y ahí está, mirándome de manera triste y compasiva.

--Deberías dejar de ser tan dura contigo... con todos-- murmura sorbiendo su nariz.

--No puedes pedirme eso cuando no sabes nada-- 

--Siempre me dices, no sabes nada, ¿entonces que es lo que debería saber? Eh-- interrogo de manera demandante.

Me giré hacia ella, mirándola fijamente, sus mejillas y nariz habían tomado el color rojo. Ella no sabe nada, no sabe del infierno que pasamos cuando se fue y ahora quiere hacer el papel de madre que ya no le corresponde. 

--No quiero ni tengo derecho a responderte esa pregunta... Megan-- respondo con voz gélida, no dice nada, baja su cabeza y suspira.

--Se que los hice vivir un mal momento y no me di cuenta de muchas cosas que pasaron, no soy el mejor humano, cometo errores, pero debes entenderme y también quiero entenderme, aunque no tenemos la mejor relación, no quiero que pienses que no te amo, tu hermano y tú fue lo más hermoso que llego a mi vida y perderlo me dolió como nunca y más porque yo tuve la culpa, no te pido que me perdones, solo... quiero que no te pase nada, eres lo único que me queda-- me da una última mirada antes de levantarse e irse.

Me quedo mirando unos minutos por donde paso, meditando en sus palabras, sintiéndome cada vez peor, si quería reconfortarme con sus palabras no lo logro, me siento más mierda y peor que antes, en estos momentos necesito un abrazo... lo necesito.

Te extraño demasiado Micah

...

1:20 am

Camino por la acera alumbrada por los faros de la calle, no hay nadie o eso creo. Me animé a salir esta noche por qué no habrá nadie cerca, sin ruidos fastidiosos, sin regaños o sentirme culpable de alguna manera, solo yo, la luna y la soledad.

Doy vuelta por una esquina, curvando la comisura de mis labios en una pequeña sonrisa, volver aquí me trae muchos recuerdos de mi hermano y yo, jugando en un pequeño parque a unas calles de nuestra casa, todas las tardes veníamos al parque, nos divertíamos muchos y eso nos hacía olvidar lo que vivíamos en casa.

Una vida de mierda.

Me detengo al estar en frente de mi juego favorito, el columpio, no ha cambiado nada desde la última vez que vine, nuestros dibujos siguen intactos.

Me adelanto hacia columpio sentándome sobre el, recuerdos llegan a mi cabeza cuando empiezo a mecerme, de mi hermano y yo, los felices que éramos cuando veníamos aquí, las horas que pasábamos jugando y saltando, las tantas veces que me protegió de los niños que nos molestaban, una lágrima traidora se desliza por mi mejilla, prometí no volver a llorar, se lo prometí. Limpio la lágrima con mi dedo, dejándome llevar por el momento tan sereno y silencioso, escuchando como las risas, gritos e historias que nos contábamos retumba en mi cabeza.

Dejo de mecerme y solo me quedo ahí, mirando a la nada, estoy olvidando su voz, su risa, sus regaños, estoy olvidando a mi lugar seguro, porque si, mi hermano era mi lugar seguro y me lo arrebataron de la manera más horrible. Ahora pienso que en nuestro cumpleaños la pasaré sola, navidad, año nuevo, me hace querer gritar y solo querer irme para estar con él, en un lugar donde ya no duela más.

¿Por qué tenían que arrebatármelo? ¿Qué mal habré hecho en mi vida pasada para que me paguen así? ¿Estoy pagando algún Karma?, o ¿solo disfrutan ver como me quedo sola?.

Pateo una roca aun sentada, haciéndome preguntas a las cuales no tengo una respuesta y cuando termino de torturar a mi cabeza me levanto del columpio y este se mece un poco hasta quedarse quieto, me dispongo a abandonar el lugar, cuando escucho un inusual sonido, más bien un erupto, volteo a todos lados confirmando que aún estoy sola, hasta que veo una figura alta, la cual se tambalea un poco, se acerca a mí, logrando ver a un desaliñado chico moreno, este viste traje, tiene un maletín en su mano izquierda y una botella de Whisky en la derecha, no se percata de mi presencia, así que me doy la vuelta ignorándolo, para irme a casa.

Doy un paso fuera del parque y cuando estoy a punto de dar otro, el chico suelta una risa, volteo nuevamente ahora mirando un pequeño escenario que el chico ha creado, está sobre unos de los columpios, mientras ríe y toma de la botella, este al sentir mi mirada sobre él levanta su cabeza chocando sus ojos grises algo rojos con los míos.

Ríe nuevamente de forma apagada y hace lo que menos pensé que haría un desconocido en frente de mí.

Llorar.

Lagrimones bajan por su mejilla, maldice unas cuantas veces al cielo, mientras lo miro de manera cautelosa y atenta, él sorbe su nariz, dejando escapar un suspiro.



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En el texto hay: novelajuenil

Editado: 26.09.2022

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