Una razón para quedarme

CAPITULO 4

Dallas

Los 40 minutos pasaron muy rápido, tomo los guantes de cocina, abro el horno, viendo el hermoso dorado del pastel, lo saco, colocándolo sobre la encimera, el olor empieza a esparcirse, huele delicioso, me quito los guantes, agarro un cuchillo y corto el pastel, saco un poco para mí, dejando los demás en la bandeja, tal vez Myra y Megan quieran, los hice para ellas.

Limpio todo, dejando cada cosa en su lugar, ya es momento de irme, antes camino a pasos silenciosos hacia la sala, sin que Myra se dé cuenta de que estoy ahí, me escondo detrás de la pared y la veo, está dormida con una mano en su rostro, se ve pacífica y menos intimidante, aparto mi mirada de ella, vuelvo a observar las fotografías que había visto anteriormente, en casi todas las fotografías hay dos niños, un niño y una niña, ambos sonriendo abrazados, en otras jugando, donde se ve a la niña seria mientras mira al niño, en otras aparecen los niños con Megan y un hombre, mi interés está en los niños, ambos son pelinegros con ojos color ámbar, su piel es pálida, mejillas sonrojadas, al mi parecer son gemelos, aunque hay algo que los diferencia, sus pecas, la niña tiene pecas en sus mejillas y nariz, en cambio, el niño no.

Volteo a ver a Myra, es obvio que es la niña de la foto, tiene todos los rasgos, veo la fotografía nuevamente, ahora miro al niño, si ese el hermano de Myra, ¿dónde está?, ¿por qué no está aquí?.

Myra hace un ruido que me alerta, pienso que se ha despertado, pero no, sigue durmiendo, agradezco en mis adentros y no pierdo más tiempo y me voy.

Regreso a la casa en el patio, mis cosas aún están en el suelo, por lo que me pongo a arreglarlas. Al cabo de 30 minutos termino, me siento en el suelo, pensando algunas cosas, como que debo buscar trabajo pronto y comprar la despensa, mi celular suena distrayéndome, me levanto del suelo y lo busco en la habitación, es una llamada de Megan, qué raro.

--Hola Dallas-- saluda.

--Hola Megan-- devuelvo el saludo.

--Espero te encuentres bien, sé que pensaras que es raro que te llame, pero necesito un favor, tenía pensado pedírtelo después, pero he tenido un contra tiempo en el trabajo, las cosas se complicaron y llegaré tarde-- se excusó con voz cansada.

--No te preocupes, que es lo que necesitas-- 

--Conociste a Myra, mi hija, no es muy sociable y se comporta algo distante y fría-- "ni que lo digas", pienso.

-Lo poco que conversamos, me hizo notar eso en ella--

--Ella es así con todos, siempre ha sido así.-- se quedó en silencio un momento --Iré punto de esto, ya que pronto tendré una reunión. He estado buscando ayuda por mucho tiempo y no hay nadie que pueda ayudarme con Myra, ahora que hay otra persona cerca y de confianza en casa, me hace tener esperanzas de que ella pueda cambiar y no quedarse estancada-- la confusión se hace presente, yo... ¿Ser de ayuda?.

No he sabido ayudar a nadie en lo poco que he vivido y Myra parece de esas personas que no gritaría por ayuda, no importa si este cayendo en una fosa llena de tiburones, pienso mucho en lo que Megan a dicho, será casi imposible, tiene cara de mandarme a la mierda sin antes dejarme decir alguna palabra.

--Megan yo...-- me interrumpe.

--Solo te pido que le hagas compañía, nada más, ha pasado 3 años en soledad, no sale mucho de casa, no les gusta habla con nadie, de a milagro lo hace conmigo, me preocupa-- su voz cambia a una triste y preocupada. Myra tiene suerte de tener una madre que se preocupa por ella.

Pienso, pienso, necesito una respuesta y debe ser la correcta.

Ayudarla o no ayudarla, está en mí decidirlo.

Entonces, cuando ya estoy decidido, respondo.

--Está bien, te ayudaré, tú me ayudaste en mi momento de desesperación y sería egoísta de mi parte no devolver la ayuda--

--Gracias Dallas, en serio, muchas gracias, tengo mi confianza puesta en ti y que lograras ayudar a mi hija, es una persona dura, pero sé que lograras llegar a ella-- sonrió --Debo irme, te deseo suerte, nos vemos Dallas-- se despida cortando la llamada.

Alejo mi celular de mi oreja, mi cuerpo se queda quieto, procesando lo que acaba de pasar, ayudaré a una chica que casi no habla con nadie, es mal humorada, odia el contacto físico y tal vez pueda mandarme al carajo en el proceso.

Pues...

¿Qué puede salir mal?.

...

Myra

9 pm

Me remuevo, con dificultad, mi espalda duele, abro mis ojos, dándome cuenta de que me quede dormida en el incómodo sofá, las luces están apagadas e incluso la televisión, no sé que hora son, pero sé que es de noche y puede ver luces de afuera encendidas, por lo que sospecho que son las 7 u 8 de la noche. 

Me siento, estirándome y bostezando al mismo tiempo, no hay ruido alguno, ni señales de Megan, tal vez no ha llegado, decido ir a la cocina por un poco de agua, paso por el pasillo, viendo como las luces permanecen apagadas, lo que le da un toque tenebroso, paso atravez del pequeño pasillo, deteniéndome enfrente de la cocina, las luces están apagadas, no las enciendo, no tengo necesidad de hacerlo, camino hasta la encimera, observando que hay sobre ella, una bandeja tapada con papel de cocina transparente, acerco la bandeja hacia mí y la destapo.

Un pastel.

Lo miro con recelo, tiene un pedazo cortado, pienso en lo que Dallas me dijo antes:

--Prepare comida y tengo un pastel en el horno, por si gustas probar--

Esto es obra de él. Me volteo, buscando una cuchara, el azúcar no me deja dormir, pero no es como si necesitara hacerlo, me devuelvo hacia la bandeja, enterrando la cuchara en el pastel, la textura es suave, espero que su sabor sea bueno. Levanto la cuchara, llevándola a mi boca, saboreo lentamente el pastel, este se deshace en mi boca, hago un ruido de satisfacción.



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En el texto hay: novelajuenil

Editado: 26.09.2022

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