Una reina para el rey

Capitulo 12

Pov Alice

La noche había sido tranquila, pero mi mente seguía agitada. No podía dejar de pensar en lo que Dominic había dicho sobre investigar a Lorenzo Rinaldi. Parte de mí se sentía aliviada de que él estuviera dispuesto a ayudarme, pero otra parte sabía que esto podría traer complicaciones. Había algo inquietante en el aire, como si un huracán se estuviera formando a nuestro alrededor.

La mañana llegó, y el sol brillaba intensamente. Intenté distraerme con mi rutina matutina, preparándome para un día normal en la oficina. Después de un rápido desayuno, salí de casa y me subí a mi motocicleta. El viento en mi rostro me hizo sentir un poco más viva, pero la sombra de Lorenzo seguía persiguiéndome.

Cuando llegué a la oficina, mis colegas me recibieron con sonrisas y saludos, pero mi mente estaba lejos. Me senté frente a mi computadora y abrí los correos electrónicos, tratando de concentrarme en el trabajo. Sin embargo, el pensamiento de lo que había sucedido con mi familia no me dejaba en paz. Cada día que pasaba sin respuestas, la rabia crecía dentro de mí.

A media tarde, mientras revisaba unos documentos, mi teléfono vibró. Era un mensaje de Dominic:

D- Hola, Al. He estado investigando. Te necesito en mi oficina más tarde, hay algo que deberías saber.

El nudo en mi estómago se apretó. ¿Qué podría haber encontrado? La preocupación y la curiosidad chocaban en mi mente. Terminé el resto del día sin poder concentrarme, ansiosa por la reunión.

Finalmente, llegó la hora y me dirigí a su oficina. Al entrar, Dominic me recibió con una expresión seria que hizo que mi corazón se acelerara.

-Alice, gracias por venir. He estado indagando sobre Lorenzo Rinaldi, y lo que encontré no es bueno.-

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda.

-¿Qué descubriste?-

Se acercó a su escritorio y me mostró un informe.

-Lorenzo es un jugador peligroso. Tiene conexiones con el narcotráfico y es conocido por no dudar en eliminar a quienes se interpongan en su camino. Ha estado involucrado en varias muertes no resueltas en la ciudad.-

Las palabras me golpearon como un puño en el estómago.

-Estás diciendo que... que está involucrado en todo eso? ¿Y por qué haría algo así? Mi padre nunca le hizo daño a nadie.-

Dominic se acercó más, su mirada llena de preocupación.

-Alice, lo que sea que Lorenzo quiera de ti, no será bueno. Necesitas tener cuidado. No quiero que te pongas en peligro.-

La rabia y la tristeza se agolpaban en mi pecho.

-No puedo quedarme de brazos cruzados mientras él sigue ahí, como si nada. ¡Quiero respuestas! Quiero saber por qué mató a mi familia.

Dominic se quedó en silencio por un momento, asimilando mis palabras. Finalmente, habló en un tono más suave.

-Lo sé. Pero enfrentarlo sin un plan podría ser desastroso. Necesitamos ser inteligentes. No puedo permitir que te arriesgues. Tienes que dejar esto a los profesionales.-

Lo miré a los ojos y vi la determinación en su mirada.

-¿Y si no puedo? ¿Y si necesito hacerlo yo misma? No puedo simplemente ignorarlo.-

Dominic suspiró, como si estuviera lidiando con un dilema.

-¿Qué tal si hacemos esto juntos? Puedo ayudarte a descubrir la verdad, pero necesito que confíes en mí y en mis métodos.-

Esa propuesta resonó en mí. Sabía que con Dominic a mi lado, sería más fuerte, más capaz.

-Está bien. Te confiaré esta búsqueda, pero no puedo prometer que no me involucre de alguna manera.-

Dominic sonrió, pero había una tensión palpable entre nosotros.

-Es un comienzo. Pero recuerda, lo más importante es tu seguridad.-

Pasamos el resto de la tarde discutiendo un plan. Compartimos ideas y estrategias mientras la oscuridad se cernía sobre la ciudad. A medida que la noche avanzaba, la sensación de peligro se intensificaba, pero también una conexión más profunda entre nosotros.

Cuando finalmente salimos de su oficina, el aire frío de la noche me golpeó, y miré a Dominic.

-Gracias por estar aquí para mí.-

-Siempre estaré aquí, Al. No te dejaré sola en esto.-

Ambos sabíamos que el camino hacia la verdad sería peligroso, pero había una luz de esperanza en la oscuridad. Mientras me despedía de él y me subía a mi moto, su presencia me daba la fuerza que necesitaba para enfrentar lo que estaba por venir.

La lucha por la verdad había comenzado, y no iba a rendirme hasta encontrarla.




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