Una reina para el rey

Capitulo 13

Pov Dominic

Después de la intensa conversación con Alice, me quedé solo en la oficina, sintiendo el peso de la decisión que acababa de tomar. Había estado investigando a Lorenzo Rinaldi porque sabía que era un peligro para Alice. La verdad es que también era un peligro para mí, y eso me preocupaba aún más.

Alice creía que estaba protegiéndola, pero cada vez que estaba cerca de ella, la verdad sobre mi vida como rey de la mafia me acechaba. Era una línea delgada entre el amor que sentía por ella y el secreto oscuro que llevaba a cuestas. No quería que ella supiera que yo también estaba profundamente involucrado en el mundo del crimen.

Mientras pensaba en eso, el teléfono sonó en mi oficina, sacándome de mis pensamientos. Era Viktor, uno de mis hombres de confianza.

V- Dom, tenemos problemas. Lorenzo ha estado haciendo movimientos. Ha preguntado por ti y por la chica.

Mi corazón se hundió. No solo estaba en peligro Alice, sino también yo, o eso creería él, no sabe con quién se está metiendo, soy el rey de la mafia y conmigo nadie se mete.

D- ¿Qué quieres decir con que está preguntando por ella?

V- Se rumorea que está interesado en su familia. Tal vez haya escuchado algo sobre su pasado. Tienes que actuar rápido.

La ira se apoderó de mí, pero también el miedo. Lorenzo no se detendría ante nada. Siempre había sido un depredador, y ahora tenía a Alice en su punto de mira. Si ella descubría mi conexión con este mundo oscuro, no solo podría perderla, sino que también podría ponerla en una situación de vida o muerte.

D- Haz que alguien la vigile. No quiero que se le acerque. Si Lorenzo intenta acercarse a ella, haremos que pague por ello.

V- Entendido. Pero no olvides que esto también podría exponerte a ti.

Corté la llamada y me quedé sentado en mi escritorio, sintiendo un torbellino de emociones. Alice me había atraído como un imán, y cuanto más me involucraba con ella, más peligroso se volvía todo. Pero no podía darme el lujo de apartarme. Quería protegerla, y eso significaba estar más cerca, incluso si eso implicaba correr el riesgo de que ella descubriera quién era realmente.

La noche se adueñó de la ciudad, y decidí que necesitaba un plan. Tenía que acercarme a ella, mantenerla a salvo y, al mismo tiempo, asegurarme de que Lorenzo no se interpusiera en nuestro camino.

A pesar de la tensión, no podía evitar recordar cómo había cambiado mi vida desde que conocí a Alice. Ella trajo luz a mi mundo oscuro, una chispa de esperanza que nunca supe que necesitaba. Pero cada vez que la miraba, una parte de mí temía que esa luz se apagara si descubría la verdad.

Esa noche, cuando decidí ir a su apartamento para asegurarme de que estaba bien, una mezcla de nerviosismo y emoción me invadió. Llamé a su puerta, y cuando me abrió, su rostro se iluminó con una sonrisa que desarmó todas mis preocupaciones.

-Hola, Dom. No esperaba verte tan pronto.-

Su alegría fue un bálsamo para mi alma, pero al mismo tiempo, me recordaba lo que estaba en juego.

-Solo quería asegurarme de que estuvieras bien.-

Alice me miró con esos ojos profundos que parecían leerme el alma.

-Estoy bien, gracias. ¿Tú? ¿Cómo ha ido tu día?-

Esa pregunta me hizo querer abrirme, pero sabía que no podía. Cada palabra que decía sobre mi vida era un paso más hacia la revelación de mi verdadera identidad. En su lugar, sonreí, tratando de ocultar mi inquietud.

-Un día normal, ya sabes, negocios.-

Alice me invitó a pasar, y mientras entraba en su apartamento, el olor a su perfume me envolvió. Todo en este lugar hablaba de ella, de su vida, de sus sueños. Y en ese momento, supe que haría lo que fuera necesario para protegerla, incluso si eso significaba ensuciar mis manos.
Tampoco es como si las tuviera tan limpias verdad.

-¿Te gustaría quedarte a cenar?-

La oferta era tentadora. Sabía que cualquier momento a su lado sería valioso, pero la ansiedad me estaba consumiendo.

-No quiero comprometerte. Tal vez deberías concentrarte en tu trabajo y no en mí.-

Alice frunció el ceño, claramente no satisfecha con mi respuesta.

-Venga, solo un rato. Creo que ambos necesitamos un descanso.-

Y no pude resistirme. Pasamos la noche hablando, riendo, y por un momento, el peso de mi mundo parecía desvanecerse. Pero la sombra de Lorenzo nunca estaba lejos, y sabía que cada momento de felicidad que compartía con Alice era una bendición efímera. La presión aumentaba a medida que nos acercábamos, y una parte de mí sabía que estaba arriesgando todo.

Finalmente, cuando me despedí de ella esa noche, sentí la necesidad de advertirla.

-Alice, prometo que te protegeré. Pero si llego a desaparecer o si las cosas se complican, no quiero que te pongas en peligro por mí.-

Ella me miró, confundida pero decidida.

-No te preocupes, Dom. No te dejaré ir tan fácilmente.-

Al cerrar la puerta detrás de mí, la sonrisa que llevaba en el rostro se desvaneció. Una verdad ineludible se instaló en mi pecho: estaba atrapado en un juego del que no sabía si podría salir ileso. Pero había una cosa que era segura: haría lo que fuera necesario para proteger a Alice, incluso si eso significaba luchar contra mi propio pasado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.