Las sirenas nadaron tratando de evitar que el barco saliera ileso. América sonrió victorioso cuando con un cañón golpeo a una sirena, así le siguieron varios junto con sus espadas.
Cruzando la línea roja del mar la isla desapareció.
Todos se acercaron ya sin nada en los oídos mirando la escena con curiosidad. Anny esta sentada en el suelo mientras seguía cantando y el capitán esta sentado a un lado de ella acariciando su cabello. Por el brillo de su mirada parecía un niño con nuevo juguete.
— ¿Capitán América? —llamo su atención uno de ellos
—¿Si?, Máx. —América lo regreso a mirar
Anny comenzó a parpadear varias veces ya no veía borroso y el efecto ya había pasado. Miro a todo su alrededor sorprendida.
— ¡No, No,¡ —grito levantándose y abrió paso entre los piratas hasta llegar a la orilla para saltar pero América la tomo del brazo imaginando lo que haría
— ¿Adónde crees que vas sin mi autorización? —pregunto América burlón cuando su mirada se encontró con la de Anny
— ¿¡Perdón!? —Anny contesto molesta
—Te perdono, querida
— ¡Tú me secuestraste! —grito más fuerte zafándose de su agarre
—No mire que hiciera alguna objeción cuando la subió al barco, además es lo que se hace con las mujeres —dijo uno de los piratas
América le dio una mirada molesta por su comentario, está en contra de que una mujer sea forzada contra su voluntad.
—Venia cantando y además les dijo adiós a sus amigas sirenas —agrego otro
—No confundan, una sirena nunca tiene amigos como ustedes los humanos, una debe ser solitaria y cruel —les dio una mirada amenazante eso fue como insultarla, pero fue perdiendo fuerza como termina de hablar
Todos se sorprendieron, el tono de su voz era melancólico con el que termino de hablar.
—¿No crees que te estén buscando?, o si hubieran podido hacer... —América no termino de hablar
—Si ellas hubieran querido salvarme no estaría aquí —dijo como si fuera obvio
—Es difícil ser Sirena —término por decir uno de los piratas
Los recuerdos llegaron de golpe con solo esa frase si poderlo evitar comenzó a llorar tapo su cara con sus manos aminorando el sonido de sus sollozos. América se acercó a ella despacio y acaricio su cabeza, si le hubieran dicho hace tiempo que estaría consolando a un ser como Anny no le hubiera creído sería el mejor chiste escuchado, nadie sabe lo que hay detrás de los monstruos más temibles.
— ¡Te mostrare un nuevo mundo!, aunque es seguro que no será lo que esperas —dijo América con una sonrisa
— ¡vamos! —gritaron los piratas lanzando sus sombreros
— ¿Porque? —Anny se encuentra intrigada
Las sirenas tenían el antecedente de asesinar a todo humano posible en especial piratas que era lo más fácil de llegar a sus costas pero a todos ellos no les importaba no la trataban como si fuera un monstruo sino como un humano más.
—Porque yo así lo quiero —contesto América sacándola de sus pensamientos, —Cuál es tu nombre o ¿prefieres ser llamada Sirena? -dijo haciéndole reverencia
Anny sonrió
—Anyerth
—Muy bien Anny, Bienvenida a la tripulación del Capitán América apodados los malqueridos —dijo extendiendo sus brazos arriba
Mientras todos los demás gritaban palabras incoherentes o que no se entendían por su escándalo.
Mire a todos a mi alrededor este nuevo mundo me asustaba pero era lo que quería cuando intentaba cruzar esa línea roja.