Una sirena para un capitán

CAPITULO 11

—¿Que hago? —su exprecion es  preocupada

Sonrió intentando tranquilizarla, está mujer no podía tener los cuchillos más filosos.

—No es nada, me han hecho cosas peores, —intento bromear —procura preguntarme que es antes de tocarlo

Anny esta apunto de tocar mi herida cuando una voz grita desde la entrada, asustandonos.

—¡No lo hagas! —un chico moreno delgado, de cabello café y ojos azules nos mira

Anny lo mira fijo como si le molestará su presencia y rápido movió su mano tocando mi sangre en modo reto pero la alejó rápido pensando en que le pasaría algo malo.

—¿Que pasa si lo haces? —miro a Anny preocupado

Anny sólo me mira haciendo una cara de tragedia qué me hizo sentir más angustiado

—Tu estupidez se me podría contagiar. Pero para nuestra fortuna soy demasiado fuerte para ello, no hay de que preocuparse —Anny se soltó a reír miéntras la miro mal

—Eres una princesa no debes tocar a un simple mortal —dijo el chico como si fuera el peor pecado

Esas palabras me hicieron pensar en algo, el sabe que es una sirena.

—¿Como lo sabes?

Me ignoro, su mirada está en Anny.

—El es un sireno —Anny le dio una mirada con indiferencia

—No deberías estar aquí, Vamos —el chico le ofreció su mano

Anny tomó su mano. Siento ganas de golpear todo a mi paso por que si ella quería irse yo no puedo hacer nada para detenerla.

—Traidor —jalo su brazo subiendo la camisa de manga larga color negra dejando ver una quemadura color verde de una estrella.

Las suposiciones de Anny tomaron forma y cara.

Los recuerdos llegaron de golpe haciéndola caer al suelo mientras sus manos tocaban su cabeza. Reaccionó rápido y lo empujó fuera cerrandole la puerta en la cara. Anny toma una respiración para tranquilizarce esto no debería afectarle tanto, en su momento fue como todas las demás, no le dio importancia.

Cuando me doy cuenta siento una mirada en mis espaldas, se de quién se trata. En el marco de la puerta dirección la cocina, está recargada pero su mirada tranquila no me engaña, escuchó todo. Tengo ganas de huir pero sonrió como si me hubieran atrapada con las manos en la masa.

—América, cuando pienso que no puedes ser más imbécil —empieza a decir tranquila —¡Vas y te robas una Sirena! —grito comenzando a lanzarle las cosas cercanas a ella maldiciendo una y otra vez

—Ruth, ¡Tranquila!, no es para tanto —supe que no eran buenas palabras cuando un cuchillo casi lo atraviesa

Anny salio corriendo de la casa.

Evadi los objetos como pude para después salir corriendo tras ella. La herida no me lo dejaba fácil hasta que Ruth logro alcanzarme

—¿Como se llama? —Ruth mira por todos lados

—Anny —susurro —Debemos encontrarla —me toma del brazo para  ayudárme a caminar

—Lo se, pensé que estaría mejor aquí. Pero me equivoqué —la heida comenzó a arder

—No resistirás mucho —me empujo al suelo y rompió una parte de su vestido y con el hizo un torniquete en el brazo

—¿Capitán? —Baltazar siempre legando en el momento oportuno

Saco una botella de tequila del bolsillo de su pantalón y se lo extendió a Ruth.
Tomo la botella virtiendo el contenido en la herida. Muerdo mi labio para no gritar.

—La voy a encontrar —me levantó con todas mis fuerzas

Si la encuentro pero me maldigo todo lo que puedo, la están subiendo a un barco y no es cualquiera, es de un pirata famoso por vender partes de sirenas.

—Sarparemos lo mas pronto —le doy una mirada a Baltazar

Sale corriendo a hacer lo que pido



#35221 en Novela romántica

En el texto hay: sirenas, amor-odio, pirata

Editado: 10.09.2020

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