Una sirena para un capitán

CAPITULO 18

 

LAS DUDAS

 

Entró al camarote y miro América acostado en la cama. Me siento extraña y estoy apunto de volver a llorar, siento un vació. No puedo creer que me sienta peor de lo que me hizo sentir aquel pirata. América ya no respira y su piel azul provocaba un fuerte dolor en el pecho. Miro el sombrero que siempre utilizaba. Al tomarlo cayo una pequeña hoja que se encontraba dentro la recogió y comenzó a leer:

 

 

"Querida Anny , espero que esta sea la primera carta que leas pero si no es así apuesto a que estas molesta. 

Quiero decirte que esta no sera la primera vez que dudaras en el hecho de ser buena capitana sera una pregunta constante, pero  tranquila yo también pase por eso y aquí estuve 6 años al mandotodos aquí tienen una función una historia todos tienen algo en común aman el mar igual que tu ademas deque un pirata les destrozo la vida de algún modo.

Decidí hace tiempo robar a piratas. Nunca llegue a pueblos a saquear cómo cualquiera lo hace.

Te ame desde el momento en que nuestras miradas se cruzaron hasta mi último latido gracias por todo Anny.

No estaré en cuerpo junto a ti pero si en alma

Recorro todos mis recuerdo y me pregunto, ¿Gracias de que? Si fue el quien me salvo.

Salí del camarote con el sombrero de América puesto junto con una camisa y pantalón de mezclilla calzando unas botas. Me dirijo a Baltazar cuando se da cuenta de mi presencia. Todos me miran con expectativa.

—Vamos a casa —dije lo mas seria que podía 

Todos dejaron de hacer lo que hacían para mirarme para después agachar la mirada derrotados.

—¿A que puerto señorita? —Baltasar dio una media sonrisa

—Capitana sea mas educado  —sonrió burlona

Todos me dan un sonoro grito, "Si Capitana"

Miro detenidamente a cada uno de los tripulantes tratando de grabar sus gestos y nombres aunque ninguno esta quieto. Mis ojos llegaron hasta la tripulación de Fryrz, su expresión cambio a miedo, ya no hay quien logre protegerlo de mis garras y eso me hace sentir bien.

Baltazar me mira dirigiéndome a ellos y me sigue como si espera una tragedia.

—¿Que haremos con ellos? —pregunto un hombre de unos 30 años cabello rojo y moreno

—¿Que sugieres? —lo regreso a mirar esperando que diga que los aventemos al mar 

—¡Promesa de lealtad! —grito un hombre en lo alto del mástil

¿Con que objetivo?, pero Fryrz hizo cara de horror

—¡Matelos! -grito otro

Esa idea me agrada

—¡Lancelos al mar!

—¿Como es eso? —señaló al que esta en el mástil 

—Tienen que hacer un juramento de lealtad para usted, no podrán traicionarla ni armar complot —contesto  Baltasar a mi duda

Miro la tripulación y sonrió

—¡No lo haré! —responde gritando Fryrz

—Arrojen al mar los que se opongan —Me alejo caminando satisfecha qué  bien se siente mandar.



#35227 en Novela romántica

En el texto hay: sirenas, amor-odio, pirata

Editado: 10.09.2020

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