Me termino la botella quedándome dormida recostada en la mesa hasta que la luz penetrante del día me despertó, ese dolor de nuevo estaba ahí y no tanto era el dolor de cabeza. Cambio mi ropa y salí del camarote encontrando a varios jugando cartas hasta uno que otro contando alguna que otra hazaña, estamos a unos metros del muelle asique busco y localizo a la persona que soluciona mis dudas Baltazar.
—¿Porque no hemos desembarcado? —pregunto
Recuerdo cuando América llegaba a tierra todos desaparecían.
—Se ve mejor capitana, la razón es que usted no ha dado la orden —su tono era burla y diversión-provocando que lo mirara molesta
—Es hora de desembarcar —grito dirigiéndome al timón hasta llegar
Al bajar del barco todos la rodean
—¿Que? —siento varios ojos mirándome
—Tiempo Capitana —grito uno de ellos
Pensé por unos momentos
—Dos días
Al parecer tenían prisa ya que solo termine de hablar y todos se habían esfumado menos Baltazar, necesito hacer algo y el me estorbara.
—¿No piensas irte? —levantó la ceja
—El capitán no debe estar solo, en este caso la Capitana —dijo serio y como si fuera una gran responsabilidad a la cual le di un bufido
Un hombre se acercó a paso veloz tiene un saco y un sombrero color rojo además de que esta empapado. Al quedarse frente me da una mirada de arriba bajo con sus ojos verdes para después levantar la ceja-
—Maldita seas —su voz me resulto bastante molesta
Solté una carcajada imaginándome que era el dueño del barco recién caído.
—Me ha dolido en el alma, —dramatizo haciendo una pausa —Espera no tengo —acabe con una dulzura que lo enfureció aún más al hombre
—Soy el capitán Gabriel, ¿Dónde está América? —lo busco con la mirada su sola mención hace que quiera soltarme a llorar
—Está muerto —casi le grite molesta
Gabriel se sorprendió uniendo cabos al mirar el sombrero de América en ella.
—De las cosas estúpidas que ha hecho dejar una mujer al mando ha sido la peor —dice burlándose soltando varias carcajadas
Algo que aprendí de América fue que el orgullo será un golpe más fuerte que dar un puñetazo.
—Soy la mujer que destruyo tu barco, a mi parecer América eligió bien —le guiño y se alejó con una sonrisa triunfante
—¿A dónde vamos —regreso a mirar a Baltazar quien huele a presa
—¿Que le gustaría conocer? —pienso durante unos momentos antes de responder
—No conozco casi nada —higo una mueca
—¡Venga!, se dé un lugar que le gustara —a pesar de la actitud cambiada de Baltazar por una entusiasmada me hace sospechar mas
Ahora sé que me llevara al lugar que quiero ir y no tuve que esforzarme. recorremos toda la costa hasta llegar a una casa en la playa hecha de madera con un diseño sencillo pero hermosa a lo lejos. Los nervios de Baltazar están al tope acepto que es parte culpa mía ya que no le quito el ojo de encima. Una mujer salió y al mirarme su sonrisa se extendió como si fuera a quien estaba esperando eso provoca que me ponga a la defensiva.
—¿Que pasa aquí? —Baltazar dio un brinco por el tono en el que hable, intimidante
—No siempre se encuentra una mujer como Capitana de una gran tripulación y quería presentarte a —soltó una risita Baltazar al momento que ella levanto la mano para callarlo cortando sus balbuceos
—Es muy raro encontrar una sirena como Capitana, ¿No te has comido a alguien de la tripulación? —la mujer hablo queriendo provocarme
Pero debe saber qué hace falta más para que saque mis garras a luz, pero eso no evita que me cuestione el como sabe lo que soy, debe estar camuflajeando su olor para que no la pueda reconocer.
—¿Cómo sabe que soy... —pregunto con curiosidad
—Los capitanes usan ese tipo de sombrero —señala como si fuera obvio
Se acaba de dar cuenta que hablo de mas
—Sabe a lo que me refiero —ladeo mi cabeza como si viera mi nueva presa