Una sirena para un capitán

Capitulo 22

La mujer nos invita a pasar. Mirándola bien tiene el cabello negro largo, pupilas verdes y un largo vestido rojo de unos 70 años, el dije azul parece un remolino de agua moviéndose, haciendo que el mal presentimiento siento lo tome más enserio esto me indica que tengo frente a un ser poderoso puede que sea una bruja o un mago de cualquier forma podría ser cualquiera usando un camuflaje.

Entro con la guardia en alto esperando cualquier golpe o alguna arma, pero es el humo el que provoco que saliera rápido ese olor asfixia a tal punto que sentí mis costillas crujir, regreso a mirar dentro de la casa el humo se ha tornado amarillo.

Baltazar se quedó parado sorprendido por mi reacción. Se escuchó la risa de la mujer que salió de entre el humo con una sonrisa que me resulto molesta.

La mujer miro a Baltazar como si esperara una respuesta.

—El capitán América está muerto —agacho la cabeza Baltazar como si hubiera sido su culpa

Solo hizo una mueca y comenzó a caminar hasta estar frente a mío, no me intimidaría tan fácil, sé que los años son una gran brecha entre nosotras y que yo tengo la ventaja.

—Sígueme por favor Anyerth —me paralizo al escuchar mi nombre es como si entrara en un trance

Las piezas terminaron de encajar es una bruja, la regreso a mirar cuando toma un camino que da a una cueva que no recordaba haber visto, la sigo sin decir nada es seguro que por ella le ayudo a América en su viaje suicida para que pudieron entrar y salir de la isla sin ningún problema en su mayoría claro.

La cueva se siente tibia bajo las botas puedo imaginar que para un humano esto sería como pisar carbón, las paredes son lisas de un color gris oscuro, me detuve cuando ella lo hizo, la bruja se encuentra dándome la espalda dio vuelta dejando ver una piel verdosa y su bastón parecía de roca, ¿Un troll?

A nuestra derecha está una cascada de agua verdosa con las paredes de su alrededor color rojo oscuro.

—Te entregaste América —eso fue más una afirmación que una pregunta

Saco un frasco con un líquido baboso color amarillo.

Solo miro cada movimiento un paso en falso y la hare trisas.

—¿Que quiere? —comenzó a murmurar algo ignorándome —¿Es que acaso es sorda? —me acerco unos pasos hasta que deja de murmurar y me vuelve a mirar

—Yo mande América a tu isla, le dije que encontraría un gran tesoro y que le ayudaría a obtenerlo —confirmó mis sospechas provocando que me sienta molesta

Hace apenas tiempo ella mataba sin ninguna contemplación sin sentir lastima, ahora se asquea de lo que es y de lo que ha hecho

—No hay ningún tesoro en esa isla más que la muerte —mi voz suena pesada como si me costara hablar

—Es lo que tú piensas, soy una bruja Anyerth una que cambiara el mundo, gracias a ti —lo dice con euforia mientras yo me cuestiono que está mal con ella

—No me interesa tu oferta —esto debería ser considerado un insulto, ¿Un monstruo héroe?

Solté una carcajada nunca me imaginé hablando de este modo.

—La isla fue destruida —me sorprendió, eso era imposible

—Se ha roto el equilibrio las sirenas ahora rondan en todos lados y tú eres diferente ahora, entregaste tu corazón a América —me señalo con una uña negra y picuda —Quitarte la camisa —ordenó

La obedecí sin decir nada esto era raro es como si mi cuerpo no estuviera conectado a mi cerebro, obligo a mi cuerpo a salir de aquí pero no lo hace calculo la gravedad de lo que estoy enfrentado ya que los mareos comienzan junto con una vista cansada y borrosa, el humo era veneno.

Vaya Anny, y pensar que estabas cuidándote de todo, solo te distrajo hasta que el efecto llegara.

 

 

 



#35221 en Novela romántica

En el texto hay: sirenas, amor-odio, pirata

Editado: 10.09.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.