Las sirenas comenzaron atacar la esfera con tanta furia que es cuestión de tiempo para que un agujero abra paso o en el peor de los casos romperla, los golpes son fuertes y precisos como si supieran donde golpear, Getvy está a punto de caer pero todos están preparados, la esfera protectora comienza a debilitarse y las sirenas comienzan a adentrarse, escalan un lado del barco como si se tratara de un cocodrilo buscando su presa.
Puedo sentir su miedo a esta distancia, siento como Getvy intenta meterse en mi mente,
—No me digas que eso es todo —la voz de América con su tono burlón llega a mí, levanto la cabeza sorprendida buscando desesperada o ¿Es que acaso estoy delirando?
Cierro los ojos es como si fuera lo que necesitaba para que algo dentro se active, siento mi furia crecer por lo cual cuando vuelvo a mover mi pierna logro moverla, ya no siento el hormigueo en cada paso ni siquiera la pesadez, mi cuerpo tiembla dejando salir las garras y colmillos dejando que mi saliva se convierta en acido cuando cae mi visión es roja.
Camino moviendo la espada de un lado a otro llamando la atención de las sirenas cercanas su mirada molesta es fácil de percibir a mirar dan un grito tratando de intimidar pero creo que se les ha olvidado que no soy una especie diferente, por mi camino varias atacan mientras que otras huían son solo sirenas dejándose llevar por sus instintos de animal salvaje, parezco tranquila pero quien cruza mirada conmigo puede saber la sed de muerte que llevo, sigo caminando hasta llegar a Maria quien temblaba de miedo,
—Te pidió perdón, ten clemencia —asiento sin creerle antes de que María terminará de sonreír pensando que gano pero...
En un movimiento rápido le corto la cabeza haciéndola rebotar por la arena, la sangre negra se esparce por todos lados, el chillido que escucho a mi alrededor no mi inmuta y la furia se escuchó comienzan a atacar pero mi agilidad es incomparable dejando sus cabezas de casi todas en el suelo. Las sirenas no paran de llegar, hay algunas atacando el barco pero Getvy la aleja, el cansancio está comenzando a llegar.
—Vámonos —grito dirigiéndome al barco
Todos los piratas se comenzaron a mover de una lado a otro al mirarla venir corriendo, seguían las sirenas saliendo de todos lados pero una chica de cabello verde y ojos amarillos estilo pez salió de entre los arbustos, aparentaba tener unos 10 años, ahí estaba esa sensación que me obligaba sacarla de ahí, subo al barco después de empujarlo con fuerza para salir de aquí. Tomo el timón haciendo zigzag para evitar algunas sirenas cuando cruzó la línea roja me doy el lujo de bajar la guardia.
— ¿Cómo te llamas? —pregunto al estar lejos de la isla
—Miriam —susurra
Me mira casi sin pestañear, sintiéndose acorralada por las miradas
— ¿Ahora a donde vamos Capitana? —pregunto Baltasar
—A donde nos lleve el mar —respondo utilizando la frase de América, mirando el horizonte
El cazador aún anda por ahí y estoy más que dispuesta para encontrar un buen contrincante digno de una delicada sirena, sonrió.
Aún hay mares sin descubrir y respuestas por encontrar
Este es el Fin ...
Buenoal menos hasta ahora.