El día en que morí pude ver a todas las personas que pasaron por mi vida y a las que yo pasé por su vida.
No sé si lloraban por mí o solo estaban fingiendo.
El día que en que morí no sé si sentí libertad o tristeza todo era muy confuso para mí.
En el día de mi muerte personas que no recordaba aparecieron otra vez para dar su pésame.
En el día de mi muerte todos fueron hipócritas en mi funeral, "era una gran persona, no entiendo porque lo hizo"
En el día de mi muerte pude viajar otra vez, pero esta vez a lugares desconocidos para mí.
En el día de mi muerte me quedé en el limbo, no sé si fue por haber dejado cosas inconclusas o solo porque aún no quería dejarles.
En el día de mi muerte no me arrepentí, ni siquiera cuando sabía que iba a conseguir la paz eterna que te prometen cuando mueres y vas al cielo.
En el día de mi muerte vi a mi familia unida otra vez, quizá fue lo mejor haberlo hecho.
En el día de mi muerte todos los pensamientos negativos volvieron a mí, pero esta vez no había sentimiento por ellos, no sentí nada.
En el día de mi muerte pude ver la realidad, o solo vi mi perspectiva, pero dolió, dolió saber que todos estarían mejor sin mí en sus vidas.
En el día de mi muerte seguí cuidando a todos desde las lejanías, sonriendo al ver como poco a poco me olvidaban, sintiéndome feliz de haber desaparecido de sus vidas, les hice un favor.
En el día de mi muerte todo fue más feliz... Para ti, ¿o quizás para mí?
En el día de mi muerte pude ver mi cuerpo, pude volver a él y pude despertar.
En el día de mi muerte tuve una visión especial, terminé llorando al ver todo lo que se mostraba allí.
Y en el día de mi vida pude despertar del más allá sintiendo el alivio recorrer mi cuerpo, porque por más que siempre lo piense y lo diga, nunca he querido morir realmente.
Solo quiero descubrir qué sería de todos sin mí estorbando, solo quisiera experimentar esa paz de la que todos hablan.
En el día de mi vida sigo luchando cada día por dejar atrás mi tristeza y comenzar a vivir realmente.
Y en el día de mi muerte voy a descubrir que tan hermosa es la muerte para no querer regresar de ella.