Ella es como la luna.
Solitaria, oscura, pero a la vez clara, tiene una luz única y propia,
te acompaña en tus peores momentos y no pide que se lo devuelvas, te muestra lealtad si tú se lo muestras a ella, y te trata como un espejo, todo lo que le hagas ella te lo devolverá mil veces peor.
Pero ella es buena, a veces se mira como que no lo cree del todo, o se siente mal por haber hecho algo, pero cuando la conoces... cuando la conoces puedes llegar a justificarla o defenderla porque sabes que lo que ella hizo tiene una razón más profunda que la moral.
Ella te ayuda a mejorar, y da todo de sí para que las relaciones funcionen, no importa si es amistad o romántica.
Ella se rinde, pero vuelve a empezar, ella sabe lo que es tocar fondo, y también sabe lo que es luchar.
Ella es fuerte y la admiro demasiado.
Ella fue la segunda en entrar a mi corazón sin tener la necesidad de ser un amor romántico.
Ella es única, es fuerte, es creativa, es bruja.
Pero es ella y si no la aceptas eres un tonto porque ella es la mejor persona que puede llegar a tu vida en el momento que la necesites.
A ella la amo demasiado, es mi inspiración, y quiero hacerla sentir orgullosa cada día.
Ella me ha ayudado demasiado aún sin pedirlo.
Ella es sin duda mi persona, y no necesita estar todo el día conmigo para yo saber eso.