Underground

Capítulo 1

Vemos entrar a una señora de unos cincuenta años, cabello rubio al estilo rapunzel, tacones altos y negros, un enorme traje gris y unas gafas negras, que tapan al completo sus ojos.

— Buenas tardes. Soy la inspectora Georgina Brown, y a partir de este momento seré la encargada de investigar este caso, junto al jefe de policía Jack Will y su equipo. — abre una libreta negra y se prepara un boli, también negro. — ¿Sus nombres?

— Locke White

— Will White

— Bien. Pues, según lo que le he entendido a sus amigos, ustedes se estaban yendo todos juntos a Menorca, hasta que el avión comenzó a fallar.

Asentimos con la cabeza.

— Díganme… ¿Qué es lo que recuerdan de ese momento, en el que el avión comienza a fallar? Porque según lo que tengo a día de hoy, tengo motivos para pensar que todo fue un simple accidente, y que todo esto es una simple broma por la que os podría multar, si me diese la gana. Bueno, a vosotros no. A vuestros padres en este caso.

Nosotros nos miramos sin tener claro quién se iba a disponer a contar su versión de lo ocurrido.

— Señora inspectora… Y con el debido respeto, yo aquí tengo un dilema —

— ¿Cuál? Si se puede saber.

— Es tan sencillo como que no termino de tener muy claro sí, será mejor pagar esa multa que usted dice, o contarle una verdad que posiblemente no se pueda creer.

Todo lo que estaba ocurriendo en el pueblo de, Aramja, es bastante difícil de creer. Es por ello que Will y yo, nos resistimos de cierta manera antes la pregunta de la inspectora; porque teníamos que nadie en Aramja, sabía tanto sobre la verdad de lo que estaba ocurriendo y lo que estaba por ocurrir, como nosotros.

 

***

Locke White

 

Es de noche y hace frío.

Las mascarillas de oxígeno y más cables, cuelgan sobre mí.

Varias de las ventanas, incluyendo la mía, parecen estar rotas.

Mis brazos están manchados de una sangre que no es mía, ni sé cómo ha llegado a mi.

A mi izquierda puedo ver el inerte cuerpo de mi hermano, que parecía estar inconsciente.

Miro hacia fuera, e intento reconocer el lugar en el que hemos aterrizado. Pero todo está demasiado oscuro para ver nada.

Luego levanté mi cabeza como pude, sobre los demás asientos del avión, y por lo que podía contemplar, todos estaban vacíos; no 

había nadie. ¿Dónde están los demás? En lo poco que recuerdo, antes de estrellarse, el avión estaba casi lleno de gente; ¿Cómo podía no haber nadie ahora?

Me desabroché como pude el cinturón y me levanté del asiento. Luego me situé sobre el pasillo que hay en el medio; estaba repleto de latas de refresco y maletas de más personas, que hasta hace poco estaban sentadas en su correspondientes sitios, al igual que yo. Pero que, por algún motivo que desconozco, ahora no.

Empiezo a revisar cada maleta que me encuentro abierta, y cojo alguna de las cosas que encuentro en ellas.

Al terminar, salgo de esa zona del avión que había quedado hecha añicos, y examino 

mejor el lugar en donde había terminado; al parecer me encontraba en algún tipo de bosque. Ahora bien… ¿Estaba solo? ¿Habrá alguna forma de reencontrarme con mi hermano, mis amigos y con mi novio? ¿Cuánto tardará en llegar la ayuda?

 

***

 

En muchas de las historias que leemos hoy en día, el inicio y el final se desarrollan en lugares diferentes; pero en esta, el mismo lugar donde inicia es el lugar donde acaba.

Locke White, un joven de dieciséis años se había despertado en el mismo avión, que sus amigos los hermanos Black. Pero por alguna razón que ninguno de ellos conoce, no se han logrado ver. Ninguno sabe dónde está el otro.

— Saimon ¿Estás bien? — pregunta su hermano mayor Iden. Un joven de la misma edad de Locke, con una personalidad tan emo como la de su hermano pequeño, pero con una gran pasión por el rock; a diferencia de Simón, a quien le encanta el reggaeton.

— Si. Creo que si — se intenta levantar del asiento como puede. Le dolían los brazos y el pecho; tanto así, que empezaba a pensar que se les habían roto unas costillas. — ¿Y los demás? Anthony, Jessica, Rony…

— No… No lo sé. Ya he revisado todo lo que queda del avión, y estamos solos.

Por otro lado, Locke se había puesto en marcha, adentrándose en el bosque; 

caminando entre aquellos altos y densos árboles, que apenas dejaban pasar la luz solar.

Perdido y sin tener claro a dónde se dirigía, Locke, llega a una explanada de hierba alta, en donde pudo divisar lo parecían unas cabañas de madera. — ¿Civilización? — pensó confuso, pero sintió algo de esperanza por encontrar a gente, que lo pudiera ayudar a salir de allí  y a encontrar a sus amigos. Pero la verdad está en que, la gente que vive en ese pueblo no son quienes dicen ser.

***

Locke White

 




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