Danrelle
Salimos a caminar a una playa cercana, Francia y yo, las chicas que conocí en la mañana y algunos más. Era un lugar paradisíaco y privado. Me informaron que nadie la visitaba, por lo que este fue uno de los motivos por los que se eligió este lugar, para que los humanos tuvieran un sitio bonito donde reposar.
Empecé a pensar que tal vez podría hacer algún producto para vender, eso me mantendría ocupada además de generarme ingresos, sería más esforzado que el blog, pero no era nada que no hubiera hecho antes, recordé cuando comencé a vender jabones para mis compañeras de escuela, mi marca se llamaba "Elle". Tendría que analizar qué podría hacer y si Ayax me permitiría comprar materias primas de alguna manera.
Realizar jabones era una tontería, un trabajo de niña... aunque quizá algo relacionado... podría capacitarme un poco más...
— ¿En qué piensas?
— En qué vender para mantenerme.
— Puedes comenzar con tu sangre, a nosotras nos pagan por eso — comentó Hazel.
— Ahmm, bueno, consideraba algo más parecido a jabones, perfumes... productos de spa...
— ¡Perfumes! Sería maravilloso, perfumes naturales. Samin me dijo que ellos odian las fragancias sintéticas.
— ¿Es cierto?
— Sí, afirmó Amelia. Ninguno de nosotros usa perfumes comerciales.
— ¿Y qué usan?
— Nos perfumamos durante el baño, con sales aromáticas.
— Entonces, quizás sería una buena idea — acepté. Durante la cena intentaría hablar al respecto con Ayax.
Nos quedamos en el lugar casi una hora, caminamos por el agua de la orilla y luego nos sentamos en la arena a conversar y tomar el sol.
Estuvimos de regreso antes del atardecer, y ya en las cocinas se preparaba la cena. Intuí que a esta hora Ayax estaría despierto. Primero fui a mi recámara a darme un baño, allí revisé los productos que había. No los miré antes, puesto que traje mis propios artículos, pero al leer las etiquetas vi que lo que decían las empleadas del lugar era verdad, todo era orgánico y natural.
Me metí en la ducha y utilicé el shampoo y el jabón, también me di un masaje con las sales que estaban aromatizadas con lavanda. Luego de secarme, comprobé que el aroma en el cuerpo apenas se sentía. No sabía si eso era bueno o malo para estas personas, puesto que sus sentidos eran más desarrollados, mucho más, considerando que detectaban los químicos. Entonces, cualquier cosa que yo hiciera debía ser sutil, lo suficientemente suave como para que los vampiros no los rechazaran, pero también con un aroma que los humanos pudieran percibir.
Salí y di unos pasos hasta la puerta de Ayax, toqué con suavidad y él abrió. Al verme, hizo un gesto de fastidio y dejó la puerta abierta para que entrara. Él solo llevaba pantalones y se giró casi de inmediato
— ¿Qué pasa, mujer, acaso no puedes vivir sin mí? — sugirió con ironía en su voz.
— La verdad es que no. Aunque no sería así si tú no fueras el que manda en este lugar.
Él me daba la espalda, mientras abrochaba su camisa y yo había entrado en la habitación.
— ¿Eso significa que debo también mandar que no me molestes?
— No te obedeceré, mi vida depende de ti.
Cerré la puerta y me quedé apoyada en ella mientras lo observaba
— Dioses, la vida de esta dulce dama depende de mí.
— No seas pesado, no vine a pelear ni a quejarme — me defendí.
No me enojé con su actitud, pues entendía que me había estado comportando como una tonta.
— De acuerdo.
Finalmente, se giró, y noté que no llevaba gafas. Quedé pasmada y sin palabras. Detrás de unos párpados entornados se notaban dos orbes infinitamente negros. Solo los vi unos segundos porque no tardó en colocarse las gafas oscuras.
— No tengo toda la noche, Danrelle.
— Yo... — tragué en seco. — ¿Recuerdas que te dije que quería empezar un emprendimiento? — comenté recobrando la compostura.
— Sí, lo recuerdo.
— He pensado hacer perfumes y otros productos naturales y quería... quería saber las posibilidades de comprar materias primas y también de los envíos... porque...
— Espera. Una cosa por vez. Todo dependiendo de los productos que sean, pueden conseguirse aquí o importados. El tema de los traslados aún no lo tenemos bien estructurado, por lo que puede haber complicaciones... Los perfumes naturales son una buena idea, lo demás no sé. Los productos que se utilizan aquí y en todas las sedes, para el baño, son de Vex.
— No necesito distribuirles a ustedes, además, yo podría mudarme a un pueblo cercano y...
— ¿Y tendré que volver a salir corriendo para rescatarte? No lo creo.
— Me cambiaré de nombre, no creo que vuelvan a encontrarme, no hay rastro de mi nueva personalidad.
— ¿Y cuánto tardarás en subir una foto reconocible con lo que te gusta la fama?
— Estás siendo injusto...
— Mira, no discutamos. Me gusta tu idea, porque sería algo producido aquí. Podríamos ser tus primeros clientes.
— Primero tengo que ver si soy capaz de hacerlo bien... — dije amedrentada, una cosa era empezar a emprender y otra muy distinta comprometerme a abastecer sin tener todavía nada.
— Estoy seguro de que puedes.
— No lo sé...
Me volví hacia la puerta.
— Vayamos a cenar y hablamos de los insumos.
— No tengo hambre, yo... — abrí la puerta.
— Entonces me miras comer.