Uno de los tres (algo para recordar)

Capítulo 19

CAPÍTULO 19

Duda siempre de ti mismo, hasta que los datos no dejen lugar a dudas.

Louis Pasteur.

AHORA

—¡Jack! Es Jack, sí. Jack es papá —afirmó April convencida—. Algo así, tan noble, es muy típico de papá... —sonrió.

—¿Ahora ya no crees que papá sea Bob?

—Bob está en Australia, mamá. —Realmente estaba viviendo la historia como si le perteneciera, como si, aún sin existir, estuviera presente—. No puede ser Bob. Bob se fue. Se fue para no volver. Es triste, pero…

—Las historias más tristes son las que más se recuerdan. ¿Por qué será?

La arropé con la manta y le di un beso de buenas noches.

Ambas sabíamos que no quedaban muchas más noches para descubrir quién fue papá: Bob, Jack, o el tercero, que estaba a punto de asomarse en mi vida.

*

Kim ha venido esta mañana a verme al taller. Mientras yo pinto, ella habla. Habla sin parar. A veces la escucho y sé de lo que me habla, mientras que otras, sobre todo cuando estoy concentrada en mezclar colores para que salga el que quiero, no tengo ni idea de qué puñetas me está diciendo.

—¿Te acuerdas de aquel curso de literatura al que iba los jueves por la noche?

—Maldito curso... —me rio, recordando la primera noche que me quedé a dormir en el sofá del apartamento de Jack.

—Pues ahora la que va a dar clases soy yo —informa contenta—. ¿Te lo puedes creer?

Kim conoció allí al que sería su agente literario al cabo de tres años. A la persona que la lanzó a la fama dentro del terreno del género de novelas románticas, e hizo que su nombre sonara con la fuerza de un huracán. Muchos consideraban a Kim la “Danielle Steel 2”. Su sueño se había hecho realidad.

—¿Qué será de nuestro cuchitril, Kim? —pregunto con curiosidad, sentándome en un taburete frente a ella.

—El otro día pasé por delante y miré hacia nuestra ventana.

—¿Viste algo?

—¿Qué quieres que viera? Nada, ¿no recuerdas lo pequeñas que eran las ventanas?

—El señor Hope y la ancianita Dorothy deben estar muertos —me lamento.

—Eran muy mayores allá por principios del siglo XXI —empieza a reír.

—Cómo pasa el tiempo, Kim. La vida pasa en un suspiro, no te das cuenta y...

—Y que pase, Jean. Y que nosotras lo veamos, que la alternativa es peor, ya sabes... Hay sorpresas que pueden estar esperándonos a la vuelta de la esquina. En el misterio reside la magia, ¿no te parece?

Sí, estoy completamente de acuerdo. En el misterio reside la magia.




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