Otro día más en el que el sol salía y alumbraba con gran fuerza y esplendor la mañana en la ciudad de la isla.
Poco antes de tener que ir a la escuela, Bincy se encontraba tomando el desayuno con su familia, y con...
—¡¿Pero tú vives aquí o qué?! —exclamó, sorprendido y enojado al ver a Debbie sirviéndose un tazón de cereal con leche.
—Vine a desayunar contigo, Bin. —Lo abrazó, con fuerza, para que este no se soltara, a pesar de sus esfuerzos.
—Huh...
Lo sabía. Hoy iba a ser otro de esos días largos, pensó, entre lágrimas.