Urban Dream, Vol. 1: El sueño de una ciudad

Arco De Los Trabajos Del Señor Melvin. Capítulo 17

—B-bin —llamó Debbie, con timidez, intentando detener los feroces y apresurados pasos del implacable muchacho—, ¿estás seguro de que está bien que nos saltemos las clases?

Para el primer recreo, Bincy decidió que no estaba interesado en seguir estudiando hoy, así que se escapó para dedicar el tiempo a su nueva afición, buscar al chico del empresario ese que no conocía. Debía apurarse, de lo contrario, cabía la posibilidad de que un policía lo atrapara antes.

Debbie siguió al muchacho en su escapada del colegio, ya que se negaba a separarse de él si podía evitarlo. Aunque saltarse clases no era algo que pegara con ella. Es más, estaba bastante asustada por la idea de que la maestra se enterara y quisiera hablar con sus padres. Sin embargo, según ella, nada era más fuerte que el amor. Por eso acompañó a Bincy en su encrucijada.

—Meh. —Se encogió de hombros—. A mí me da igual. Lo que den en clases lo puedo aprender después en casa... Lo que tengo que hacer es cazar a ese chico.

—Pero...

—Pensándolo bien, ¡¿tú por qué me estás siguiendo?! —replicó, molesto, picándole la frente con el dedo.

—¡Es que no quiero que estemos separados por más tiempo! —Lo abrazó por detrás, impidiendo que al avergonzado Bincy se pudiera escapar.

—¡Déjame! ¡Eres un fastidio!

Durante toda la noche, y la media mañana que se pasó en la escuela, Bincy estuvo pensando en el tema. Si quería ser el primero en encontrar al hijo del Tiburón Empresarial, debía pensar como él.

De momento, no sabía bien por qué se había escapado. Solo conocía su nombre, su rostro y su recompensa, gracias a una foto que le había mostrado su padre, el oficial Arthur. Aquello último era lo que menos le importaba, ya que no le daba ningún tipo de información útil sobre su paradero.

<<Si yo quisiera escaparme de mi padre rico>>, imaginaba mientras caminaba pegado a Debbie, <<no iría a un lugar en el cual pudiera tener conocidos. Esto descarta la zona más pudiente de la isla. No es mucho, pero es un comienzo>>.

—Bin, amor, ¿en qué estás pensando?

<<Además, estuvo fuera de casa por dos meses. Eso quiere decir que encontró un método para poder subsistir sin su antigua economía. Puede que se haya conseguido un trabajo en alguna de esas tiendas pequeñas que hay por los barrios bajos. Es sabido que allí aceptan a lo que sea. Sí, lo tengo. Si hay algún lugar en el que Aiden esté, debe ser en los barrios bajos>>.

Frenó en seco, haciendo que Debbie se chocara con él.

—¡Ay! —Se frotó la cabeza.

—Déjame en paz, Debbie —ordenó Bincy, serio. Sus puños estaban apretados y su mirada fija en el horizonte—. No te quiero conmigo ahora.

—Bin... —murmuró ella, expresando cierta fragilidad.

—Me voy a los barrios bajos. Tú quédate aquí o vuelve a la escuela, no me importa, ¡eres un fastidio!

Dichas esas duras palabras, el preadolescente avanzó con la dicha de no tener a su pesada pretendiente encima. Esperaba que, con ese tono y forma de hablar, la chica cumpliera su petición.

Debbie se quedó quieta, con las manos pegadas al pecho y los ojos brillosos. Parpadeó un par de veces hasta que se dio cuenta. Entonces, sonrió de oreja a oreja, ilusionada.

—¡¡Bin!! —Alegre, le saltó encima y quedó colgando de su cuello.

El muchacho, al borde de las asfixia, extendió los brazos, como si intentara salir del fondo de un lago a buscar oxígeno.

—¡Te preocupas por mí! —Le dio un beso en la mejilla, causando el pánico de su amado—. ¡Sabes que los barrios bajos pueden llegar a ser peligrosos y por eso me dijiste que no te acompañara —indujo, sonriendo con los ojos cerrados—, porque me quieres!

Más que avergonzado, logró sacársela de encima y comenzó a avanzar a paso veloz.

—¡No! ¡Eres un fastidio y por eso quiero ir solo! —respondió, tan rojo como un tomate.

—¡No lo escondas más, Bin! ¡Te preocupas por mí y me quieres como yo a ti! —Le guiñó un ojo. Era la primera vez en mucho tiempo que Debbie se sentía tan contenta—. ¡Pero no temas! ¡¡Yo te ayudaré en tu investigación supersecreta!!

—Sabes, si lo gritas así, no es "supersecreta"... —argumentó Bincy, hastiado.



#2380 en Otros
#419 en Acción
#611 en Joven Adulto

En el texto hay: adolescentes, emociones, original

Editado: 13.08.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.