Usted

Capítulo 9 La indiferencia.

Los gemelos fueron recibido por Julieta quien parecía contagiada de alegría, los hizo entrar hasta el recibidor y ahí estaba el señor Sarmiento.

—¿Tus hermanos Julieta? — preguntó encantado en la semejanza de ambos— Me imagino que para reconocerlos se te hará difícil...

—¡No! ¡Cómo no reconocer a mis hermanos, él es Daniel! —diijo con seguridad y el viejo sonrió y tendió la manos con cortesía.

El joven sonrió también, y miró a su hermana con ganas de preguntar, pero de inmediato en forma traviesa golpeó a su hermano.

— Él es David, pero no muy acertado como el de la biblia que mató al gigante, nunca da donde debe y es un llorón...

—¡Julieta, voy a extrangular a este apestoso! —dijo a carcajadas David — ¡No haga caso señor...cree que todo le luce porque tiene novia!

—¿Novia? — preguntó Julieta refunfuñona.

— Sí, novia...lo triste para él es que la chica no sabe diferenciarnos como nuestra hermana y....bueno...

—Vaya —dijo el señor Sarmiento fijando la mirada en el chico— eso parece un poco peligroso para la pobre chica.

—Para ella no, para mi hermano sí....

—No me parece gracioso David — interrumpió Julieta.

—A mí tampoco, pero si sigue molestándome le besaré a la presumida esa —dijo el muchacho siendo muy travieso pero a Daniel no pareció molestarle.

El viejo rió con las elocuentes travesuras de los gemelos y de manera inmediata repuso.

—Es bueno que conserven su alegría, el respeto a la chica es importante también y más por ustedes mismos...

—El señor Sarmiento tiene razón — apoyó Julieta— creo que no ha de ser sano que jueguen de esa manera, además, están muy jóvenes para andar con novias...ustedes, jovencitos y yo tendremos una sería conversación, por ahora vamos a disfrutar de la comida y de la bella compañía del señor Sarmiento.

—¿Señor Sarmiento, usted es quien educa a mi hermana o es que ya Julieta está mayorcita? Así habla mi abuela....

—Daniel, no seas irrespetuoso — espetó con desagrado la chica.

—¡Perdón! — rió hecho un encanto y abrazó a Julieta, quien pareció disgustada con su hermano— Seré un caballero, no diré cosas que te desagraden y nos portaremos el doble de bien, es decir hermana,  él lo hará — señaló a su gemelo— y yo obviamente también lo haré, sin exageraciones, pero si prometes que veremos a Dragon Ball, te enseñaremos cuando Goku se transforma en sayajin —Julieta no pudo sostener la sonrisa.

—Es manipulación Daniel, eso es con su papá y con su abuela, no conmigo...

—Anda hermanita — rogó david— haremos lo que nos pida, papá nos dió dinero para comprar lo que queramos los tres...

—No sean groseros, el señor Sarmiento está presente y es posible que....

—Me encanta Dragon Ball — interrumpió con una carcajada — ojalá me invitaran, no seré una molestia...lo prometo.

—¿Ve Julieta? El abuelo quiere — espetó alegre Daniel— ¿Por qué tú no?

Ella tomó la mano del señor Sarmiento y de manera dulce lo miró, él no pudo dejar de sonreír.

—¿Seguro quiere ver Dragon Ball con nosotros...? Yo puedo atenderlos a ellos más tarde...y nosotros seguiremos nuestra charla, estoy fascinada.

—Julieta, después de mirarte a ti, compartir con tu familia, si tú me lo permites, sería lo mejor en mucho tiempo que me haya pasado...

—¿No le importa que estos atrevidos lo llamen abuelo?

—Estoy feliz, encantado de que lo hagan, Julieta...si tú quisieras, puedes hacerlo también.

—Gracias, es usted maravilloso señor Sarmiento —dijo ella emocionada mientras besó su mejilla repentinamente.

En realidad el día fue super divertido para los cinco, porque se incluyó el amigo fiel de Julieta.

El perrito sabía perfectamente a quien pertenecía, rechazaba a los gemelos y al señor Sarmiento para estar consentido con su dueña.

***

Julieta estaba en su oficina, parecía lidiar con muchas cosas a la vez mientras escribía.

—Que no falte ni una tilde —dijo mientras editaba— no es fácil, nadie cree que hay un problema serio en esas mujeres que van a las fiestas de los militares, antes la prostitución era un delito para las leyes, era mal vista. Hoy es el mejor servicio para esos déspotas arrogantes que no se preguntan el porqué ellas están allí, si son obligadas...no puedo creer que tantas injusticias venga de los que creen justos...¡Gobierno corrupto! — expresó airada.

En la puerta se escuchó unos toques y de inmediato entró el jefe de Julieta en una forma directa.

—Julieta...el general Becker está afuera...

—Que espere,  ahora finalizo este artículo. ¿Qué querrá....

—¡¿Esperar?! ¡¿Qué  dices?! ¡Es un militar ocupado, atiendelo...!

—¡Qué espere dije, si está apurado que se vaya! —dijo volviendo a la computadora.

—¡Tú me causas problemas, Julieta... hablaré con Carlos...

—¡Pareces tenerle miedo a todo, eso me molesta, dile a ése que espere ¿Okey? ¡Cierra la puerta cuando salga....




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.