Valentina y Benjamín

CAPÍTULO 7: UNA CENA ESPECIAL

La noche había caído con lentitud, como una sábana tibia que cubría los restos del día. La casona de Puerto Eten, con sus paredes a medio lijar y vigas que aún crujían con el viento salado, parecía un corazón en reparación, latiendo en su propia cadencia, tranquila pero firme.

Valentina había perdido la noción del tiempo entre papeles, muestras de cerámica y bocetos torcidos sobre la mesa improvisada. Usaba una camiseta vieja manchada de polvo y su cabello estaba recogido con un lápiz que se sostenía más por milagro que por firmeza.

Benjamín llegó sin anunciarse, como de costumbre. Golpeó el marco de la puerta con los nudillos, cargando una bolsa de papel que despedía el aroma inconfundible de pan recién horneado y chinguirito con yuca.

- “Pensé que no habías cenado”, dijo él con una sonrisa suave. “Y no me pareció justo que pasaras la noche entre planos y paredes peladas sin algo digno en el estómago.”

Valentina alzó la mirada desde su rincón, y como ya se estaba acostumbrado con los últimos días, sonrió con sinceridad.

- "“¿Trajiste comida para sobornarme a que pare de trabajar?”, preguntó ella.

- “No. Para sobornarte a que me dejes quedarme un rato”, respondió él.

Valentina dudó apenas un segundo. Luego señaló una silla desvencijada frente a ella.

- “Tu soborno fue aceptado", dijo Valentina sin dejar de mirarlo.

Mientras comían sentados sobre cojines cubiertos con una tela de lino, la luz de una lámpara de obra lanzaba sombras suaves contra las paredes desnudas. El aire olía a polvo, pero también a pan caliente y conversación.

- “¿Sabes?”, murmuró Benjamín mientras partía un pedazo de pan con las manos, “hay algo hermoso en esta casa a medio hacer. Como si cada rincón todavía no supiera lo que será.”

- “Eso intento yo averiguar”, respondió Valentina, limpiándose los dedos en una servilleta. “No solo de la casa, sino de mí también.”

Él la miró con más atención de la que debería.

- "¿Y ya tienes pistas?", consultó Benjamín.

Ella pensó un momento. Luego negó con la cabeza.

- "Solo sé que no soy la misma que llegó hace unas semanas. Ya no.”, contestó Valentina.

El silencio entre ellos fue distinto. No fue incómodo, se trataba más bien de un suspiro contenido. Afuera, las olas rompían a lo lejos, y dentro, el reloj de la cocina marcaba una hora que ninguno se atrevía a mirar.

Benjamín se puso de pie para dejar su plato, pero al regresar se detuvo frente a ella, observándola como quien contempla un mural a medio pintar.

- "Me gusta esta versión de ti. Aunque esté llena de polvo y dudas", comentó Benjamín.

Valentina alzó la vista. Lo miró por un segundo largo, como si acabara de notar que el mundo entero se había detenido alrededor.

- “Tú también estás lleno de sorpresas", dijo ella.

- "¿Buenas?", preguntó Benjamín.

- “Aún no lo decido", dijo con gesto gracioso.

Benjamín sonrió. Fue un gesto leve, pero lleno de algo más. De algo que venía cocinándose en lo no dicho.

Entonces sucedió. No fue un beso, tampoco un roce vacío. El puso su mano sobre la de ella. Se sintió como caricia lenta, sin pretensión, sin urgencia. Valentina no la apartó, tampoco habló, solo lo miró, como si algo dentro de ella se estuviera derrumbando con ternura.

- "¿Puedo preguntarte algo?", murmuró él, sin soltar su mano.

- “Depende", contestó ella.

- "¿Qué ves cuando me miras?", consultó Benjamín.

Ella tragó saliva. Apretó apenas sus dedos contra los de él.

- "A alguien que me desconcierta. Y me atrae, pero también me asusta", afirmó Valentina.

- "Está bien", Benjamín asintió. “A mí también me asustas un poco.”

Ambos rieron en voz baja. Y esa risa, compartida bajo una lámpara de obra, entre paredes sin pintar, fue el verdadero inicio, no de una historia perfecta, sino de una historia real.

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El chinguirito es un plato tradicional del norte del Perú, específicamente de la región de Lambayeque, y se trata de un tipo de ceviche hecho con pez guitarra seco, también conocido como raya, deshilachado y marinado con jugo de limón, cebolla, ají y otras especias.



#4906 en Novela romántica

En el texto hay: romance

Editado: 01.08.2025

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