Valentina y Benjamín

CAPÍTULO 27: UNA PROPUESTA SENCILLA PERO ESPECIAL

Lima la recibió con su gris habitual, ese color que alguna vez confundió con sofisticación. Bajó del taxi en la misma avenida por donde había caminado tantas veces con prisa, con ideas y libretas, creyendo que el mundo se conquistaba desde auditorios y cafés con colegas.

Venía invitada como expositora en un simposio nacional de arquitectura y patrimonio. Iba a hablar del proyecto en Puerto Eten, del proceso de recuperación comunitaria, de los errores que le enseñaron más que los premios.

Había aceptado ir con cierto recelo. En parte, por responsabilidad profesional; en parte, porque algo en ella necesitaba comprobar cuánto había cambiado.

El auditorio estaba lleno. Su ponencia fue sólida. Al terminar, varias personas se acercaron con halagos y preguntas. Ella agradeció con cortesía, pero sintió una distancia interior que antes no conocía. Ya no buscaba aprobación. Ya no necesitaba pertenecer.

Tras el evento, salió a caminar. Recorrió algunas calles del centro, cruzó el Parque Universitario, y sin entender porqué tomó un taxi que la lleve al Mirador Catalina Recavarren de Barranco.

El sol caía detrás de una bruma espesa. Entonces lo vio. Benjamín estaba ahí, apoyado contra una baranda oxidada, con el saco ligeramente arrugado y una sonrisa contenida. No parecía turista ni local, solo un hombre que sabía exactamente por qué estaba ahí.

- "¿Cómo supiste que vendría?", preguntó Valentina, acercándose.

- "No lo supe. Lo aposté", dijo él. "Aposté a que volverías a un lugar donde alguna vez te sentiste tú, para confirmar que ya no lo eras".

Ella sonrió, sorprendida por la exactitud.

- "¿Y tú qué haces aquí?", preguntó ella.

- "Te vine a buscar. Pero no solo por esto", respondió Benjamín.

Benjamín sacó del bolsillo interior de su saco una pequeña caja, sin pretensiones. De madera oscura, con vetas visibles, como las que se tallan a mano en las ferias de artesanos. La abrió sin arrodillarse, sin teatralidad.

Adentro, un anillo sobrio, de oro envejecido, con una piedra pequeña.

- "No vengo a pedirte que renuncies a nada", dijo él. "Ni a ti, ni a tus proyectos, ni a tus preguntas. Solo vengo a decirte que quiero caminar a tu lado, no detrás ni delante. Que si tú quieres, me encantaría que te cases conmigo".

Valentina lo miró largo rato. No respondió enseguida. Cerró la cajita, la sostuvo en sus manos y bajó la vista al mar. Lima estaba detrás, como una sombra conocida. Delante, el ruido de las olas. Dentro, un temblor sereno.

- "Hace un tiempo", dijo ella, "habría dicho que el matrimonio era una trampa. Un contrato. Hoy sé que depende de con quién, y para qué. Y contigo no siento jaula, siento hogar", añadió con los ojos brillantes.

Benjamín no sonrió de inmediato. Cerró los ojos, como quien recibe una bendición.

- "Entonces es un sí", dijo él.

- "Es un sí", respondió ella. "Pero con una condición".

- "La que quieras", expresó Benjamín.

- "Que si algún día me pierdo de nuevo, no intentes salvarme. Solo encuéntrame, y recuérdame quién soy", manifestó Valentina.

Él la abrazó. No hubo público. No hubo aplausos. Solo el mar, otra vez, poniéndoles banda sonora.

Esa noche, mientras caminaban hacia el hotel donde Benjamín se hospedaba, pasaron frente al antiguo departamento de Valentina. Las ventanas estaban cerradas. Las paredes, manchadas de humedad. Ya nadie vivía allí. Ni siquiera el fantasma de la mujer que ella fue.

No dijo nada. No lo necesitaba. A veces el cierre no viene con palabras, sino con un paso en la dirección opuesta.

ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ

El Mirador Catalina Recavarren, conocido como el Mirador de Barranco, se ubicada en la parte posterior de la Ermita. Es un espacio donde se aprovecharon los bordes del barranco y se conformó una especie de pequeño malecón romántico.



#5416 en Novela romántica

En el texto hay: romance

Editado: 01.08.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.