Capítulo II. Pellizco

—Buenas noches...buenas noches ­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­—Allie escuchaba un susurro lejano entre sueños, hasta que abrió los ojos, un poco extraviada y observó al doctor enfrente de ella.

—Allie... ¿Cómo estás? —preguntó amablemente.

—Muriendo —pensó Allie— Bien —respondió, incorporándose un poco en la cama

El doctor jaló una de las sillas que se encontraban a lado de la cama y se sentó. Tomó el pequeño control entre sus manos y comenzó a hablar.

—Me da gusto verte de nuevo, Allie. —sonrió. Allie lo observó sin expresar emoción alguna en el rostro— Hoy será tu primer día en Valle Cielo —continuó diciendo con un tono de alegría. Allie frunció el ceño— ¿Tienes idea de qué se trata?

Allie movió el rostro negando.

—La verdad es que… no estoy muy segura de hacer esto.

El doctor sonrió sutilmente.

—Es normal que te dé un poco de miedo. Esto suele pasarles a los pacientes. Y por eso quiero explicarte de qué se trata. ¿Está bien?

Allie asintió.

—Vamos a ponerte este pequeño chip en la sien —el doctor abrió el pequeño control que tenía en la mano y sacó un pequeño chip, mostrándoselo a Allie, ésta lo observó fijamente— al ponerte este chip, sentirás un pequeño pellizco, me encargaré de configurarlo y con este botón del control —le siguió diciendo a la vez que le enseñaba cada cosa- podrás ir a Valle Cielo... Tienes hora límite para estar allá, te traeremos de regreso antes de medianoche. Puedes estar ahí un rato, una hora cada día, hasta que...—el doctor hizo una pequeña pausa— hasta que llegue el día de tu muerte, puedes decidir quedarte en este lugar... Para siempre.

Allie frunció el ceño una vez más...

— ¿Qué es ese lugar? —preguntó.

El doctor nuevamente sonrió.

—Es un lugar, donde todo lo que sueñes, digamos que es posible. Un lugar manejado por tu mente, tu mente te llevará al lugar en el que desee estar en ese momento —Allie se rasco la cabeza en señal de confusión— Sé que es difícil de comprender —comentó el doctor sonriendo, al observar su reacción—pero esto se ha creado para personas con enfermedades terminales, es una manera de regresarles algo que se les va a quitar, llevarlos a un lugar donde pueden vivir de nuevo...

— ¿Y si yo…sólo quiero morir? ¿Si no quiero ir a este lugar?

Esta vez, el doctor frunció el ceño.

—Tú sabes que todo aquel que se encuentra en una situación como la tuya, tiene que seguir este procedimiento. Cuando llegué el día en el que tengas que irte, puedes decidir no volver más a este lugar y simplemente morir. Allie, sé que estás asustada, enfrentarse a una enfermedad como la tuya no es fácil, estar aquí viviendo en el hospital no es fácil, tener a las enfermeras y doctores revisándote todo el tiempo, tampoco lo es. Pero para eso es Valle Cielo, para que puedas sentirte mejor, tener algo más...

Allie asintió, aún no muy convencida, pero en realidad, no le quedaba de otra.

—Al instalarte este chip ─continuó el doctor─ tú únicamente dormirás, parecerá que lo que estás viviendo es como un sueño. Tu cuerpo estará aquí, acostado, pero tu alma estará allá, llevándote a donde quieras estar. ¿Quieres que lo iniciemos ya? —preguntó.

—Está bien —Allie suspiró.

El doctor le pidió que se recostara en la cama lo más cómoda posible y comenzó a colocar el chip en su sien. En la pantalla que se encontraba frente a ellos, se empezaron a observar algunas letras, que indicaban diferentes cuestiones relacionadas a Valle Cielo. Configuró el aparato con todo lo necesario, le comentó que únicamente ese día, estaría ahí a su regreso, pero que los demás, éste se haría automáticamente, antes de medianoche. Allie un poco nerviosa escuchaba las indicaciones del doctor.

Por fin, apretó aquel botón el cual le hizo sentir ese pellizco a Allie, no diría que fue algo muy doloroso, pero si sintió un pequeño dolor.

Poco a poco, le pareció que todo comenzaba a desvanecerse, hasta que de nuevo, todo fue visible para ella...