Un ser implacable (Capítulo 40)

UN SER IMPLACABLE (CAPÍTULO 40)

Lejos de allí el rey de los vampiros había conseguido llegar donde estaba el último excluido vivo y estaban enfrentándose, pero el poder de Andrei era mucho más que el de Okoye que veía como sus tretas eran superadas una por una pero de repente cuando los dos continuaban su enfrentamiento apareció una mujer que se puso delante de ellos y con su poder hizo que los dos se golpearan contra los ladrillos de la sala, uno contra la pared de la derecha y otro de la izquierda.

La joven de piel plateada se les quedó mirando con sus ojos blancos, hasta que se levantaron de las ruinas y observaron que no tenía piernas, sino una cola no era humana estaba claro pero tampoco.

-¡Hola mi nombre es Lamia!. ¡Y he venido a mataros!- dijo divertida

- ¿Matarnos?- preguntó Andrei

- ¡Eso es!. ¡Tengo que haceros desaparecer ahora mismo!- respondió sonriente.

Okoye enfadado le preguntó si no sabía con quien se estaba enfrentando, pero ese ser con forma de mujer le contestó burlándose de él. El excluido estaba enrabietado al ver que se había inmiscuido en su duelo contra el rey de los vampiros y atacó lo que no pensó es que la mujer con una velocidad increíble se movió detrás de él y se enrolló con su cuerpo dejándolo inmovilizado.

-¡Suéltame!- ordenó Okoye

- ¡Adiós!- Su mano derecha se transformó por arte de magia en una madera con punta, era como si su brazo se hubiera convertido en una estaca y la clavó en el corazón del vampiro.

Poco a poco el hombre afroamericano comenzó a convertirse en cenizas, el último de los excluidos moría y Andrei no podía creer lo que estaba viendo, esa mujer lo había derrotado en solo dos pasos.

Comprendió que el nivel de ella era superior a la de él, en ese instante sintió verdadero terror ante la adversaria que tenía enfrente. Y aunque el chico quería tener una vida con Susana porque estaba tremendamente enamorado desde la primera vez que llego con Ana al castillo veía que su final estaba próximo.

Se intentó portal como todo un rey y corrió contra Lamia, cada paso que daba hasta enfrentarse contra ella, pensaba en todo lo que podía haber hecho con la hermana de Gabriel: pescar, ver una película, mirar las estrellas y muchas cosas más que ya no podría hacer porque cada vez que estaba más cerca del ser con cuerpo de mujer más claro que llegaba su final.

Y así fue el la atacó, pero ella se movió a gran velocidad apareciendo detrás de él y nuevamente su mano se convirtió en el arma que más temían los vampiros y lo atravesó como a Okoye. Sus últimos segundos de vida fueron como no podía ser de otra forma pensando en Susana y poco después desapareció convirtiéndose en cenizas.

Ciffer al leer la memoria de Gabriel y de Laura sabía cómo acabar rápidamente con un vampiro se lo había comunicado a todos incluido a Danko. Y ella tenía la particularidad de poder transformarse en cualquier cosa.

Por otro lado Jessica y Susana que habían sido convencidas por Armon para no estar con la pelea subieron las escaleras, pero al llegar al último piso antes de entrar la hermana pequeña de Gabriel se quedó parada al notar la muerte de Andrei.

Jessica se le quedó mirando, entonces la bruja la abrazó y la vampiresa comenzó a llorar desconsoladamente. Era la primera vez en muchísimo tiempo que lo hacía, había intentado contenerse por años pero la muerte de nuevo de un ser próximo fue demasiado.

La bruja le abrazó fuertemente mientras la vampiresa con cuerpo de adolescente  le caían ríos de lágrimas. Hasta que segundos después se las secó y con cara decidida comentó a Jessica que tenían que marcharse de allí e introducirse en el portal que estaba abierto a otros mundos porque si se quedaban allí morirían.

La novia de Leo se burló diciendo que ella no podía porque era una zombie, pero entendió perfectamente que si se quedaban un minuto más todos sus amigos perecerían ya que esos seres estaban muy por encima de sus capacidades.

Lo único que podían hacer para derrotarlo era encontrar los objetos que buscaba Danko, las dos se acercaron dónde se encontraba Gabriel recuperándose con su poder de regeneración, Lucas y Damien que se encontraban en el suelo.

Richard estaba notando que el aura de brujos y vampiros estaba desapareciendo esos seres estaban acabando sin concesión con todo aquel que tenía algún poder importándoles bien poco si eran vampiros, brujos o demonios.

Comenzó a temer por su madre y decidió marcharse desoyendo los consejos de Jessica y Susana dejándolas Laura a su cargo, pero no fue el único Gabriel que aún no estaba curado del todo también quería salvar a Tetsuo porque ese brujo al que odiaba al principio se había convertido casi en un amigo y también lo era de su amada fallecida.

Susana se puso delante de él para evitar que pasara no quería que su hermano fuera otra de las víctimas de esos seres.

-¡Apártate Susana!. ¡No quiero hacerte daño pero si no lo haces te quitaré de en medio no pienso dejar que acaben con ese japonés!.

-¡Piénsalo si vas allí solo morirás!- exclamó la pequeña de los Luna

- ¡No pienso morir mientras no consiga ver de nuevo la cara de Elena!. ¡Me oyes!- gritó el español

Incapaz de conseguir detener a su hermano, bajó las brazos pero le suplicó que no muriese y que volviesen los dos de una pieza. Su hermano mayor levantó el dedo en señal de que lo entendía y desapareció de allí a gran velocidad.

Al mismo tiempo en otro lugar Ciffer dejó de correr y se paró relativamente cerca de donde estaba su nave Leo que le perseguía también paró.

-¡Voy acabar con vosotros!- gritó enfadado Leo, mientras su aura rodeaba todo su cuerpo y se iluminaba de un color blanquecino.

Pero Ciffer se movió rápidamente y se puso detrás del vampire killer al que puso su mano en la cabeza, nuevamente estaba introduciéndose en el cerebro esta vez del americano para saber más cosas de sus rivales, aunque solo fue un segundo porque el elegido le atacó y tuvo que separarse ya estaba enterado absolutamente de todo y se lo transfirió a su señor.