Veneno en el corazón

Capitulo 1

Ottawa, Canadá, sábado 11 de mayo del 2024, son cerca de las 8:30 de la noche y en la mansión de los Shaw, se encuentra una hermosa joven de nombre Ishtar, su piel es blanca, sus labios rojos, carnosos y definidos, ojos color gris intenso adornados con unas largas y rizadas pestañas, cabello castaño con luces de color azul, cortado en capas que llega más allá de sus hombros, lacio, de un metro setenta y cinco de estatura y un hermoso cuerpo. Nadie podía negar que la naturaleza hubiese sido demasiado amable con ella, parecía hecha a mano con todo detalle.
Siendo hija única del reconocido empresario Stephan Shaw, se encontraba acostumbrada a tener todo lo que deseaba. Tan solo faltaban tres meses para que cumpliera diesiocho años y preparaba hacia tiempo la gran fiesta que realizaría para celebrarlo por todo lo alto, como se esperaba que fuera, siendo quien era.
Siendo las 8:45 de la noche, sale de su habitación, utilizando un vestido de color azul rey con toques plateados, el largo solo llega a la altura de su rodilla, entallado en la parte superior y holgado en la parte inferior, zapatos plateados de tacón alto, maquillaje dedicado, resaltando sus ojos y labios, llevando su cabello atado en una elegante trenza con algunos mechones de cabello libres cayendo de manera armoniosa sobre su rostro. Se encuentra totalmente preparada para acudir a una importante fiesta en casa de su amiga Maya Clark, aunque en realidad, la fiesta la realiza el hermano mayor de la joven, el atractivo y popular Mathew Clark, con paso seguro y tranquilo, Ishtar llega al borde de las escalera, deciende de manera casual y se dirige a la salida.
– ¿A dónde vas, Ishtar?– cuestiona alguien desde la sala, llamando la atención de la joven.
– Hola, papi, no sabía que te encontrabas en la sala, no te he visto al cruzar– responde con tranquilidad aproximándose para depositar un beso en la mejilla de su padre–. Hay una fiesta en casa de Maya, Aina ya debe estar esperándome, debo irme ya, papá, no llegaré muy tarde, puedes quedarte tranquilo.
– Está bien, princesa, pero antes de que te marches necesitamos hablar, toma asiento– pide con ternura y dedicándole una pequeña sonrisa que no llega a sus ojos.
– Pero, papá, me encuentro un poco retrasada y Aina me espera, ¿Podríamos hablar mañana?
– No, cariño, tiene que ser ahora, será muy rápido y no te quitaré más de dos o tres minutos, lo prometo.
– De acuerdo– accede con resignación tomando asiento al lado de su padre.
– Gracias– musita mirándola de manera atenta causando el desconcierto de la joven–. Hija, sabes que eres muy importante para mí, ¿Cierto?
– Lo sé, papá, y tú lo eres para mí, eres el mejor padre del mundo– expresa ella con absoluta sinceridad al tiempo que sonríe ampliamente.
– Gracias, cariño, tu eres una jovencita muy inteligente, quiero que me prometas que siempre serás muy fuerte y no permitirás jamás que nadie quiera lastimarte, eres muy joven, tienes demasiadas cosas por vivir, debes cuidarte mucho.
– Papá, no debes preocuparte tanto, se trata de una fiesta normal, no me sucederá nada malo, de igual manera, siempre tengo mucho cuidado, puedes quedarte tranquilo.
– Está bien, princesa, se bien lo responsable que eres a pesar de ser tan joven, nunca olvides que te amo demasiado–replica con un tono bastante inusual para acto seguido abrazarla con ternura.
– Yo te amo a ti, padre.
– Puedes irte, cariño, no quiero que se te haga más tarde por los sentimentalismos baratos de tu viejo padre, diviértete y conduce con cuidado.
– Gracias, papá– musita depositando un beso en la mejilla de su padre para acto seguido ponerse de pie–. Volveré pronto.
Ishtar avanza hacia la salida sintiendo intranquilidad en su corazón, las palabras de su padre la han hecho sentir inquieta, había algo en ese tono y en ellas que no le gustaba demasiado pero tampoco podía comprender de que se trataba. No era la primera vez que salía de fiesta; sin embargo, su padre jamás le había dicho algo similar y eso era lo que más inusual le resultaba.
Llega al exterior tratando de ignorar esa sensación que la invadía, se dirige hasta su automóvil, sube a esté y conduce en dirección a la casa de sus amigos. Media hora más tarde, se encuentra llegando al lugar donde se realiza la fiesta, se estaciona y desciende de vehículo, con paso seguro se encamina hacia la entrada del lugar.
– ¡Por Dios, Is, creí que no vendrías!– expresa Aina saludando a su mejor amiga.
Aina Kelley, es una hermosa joven de un metro setenta de estatura, cabello rubio, ondulado, largo, ojos de color azul cielo, tez blanca, labios rosas, delgados y definidos, cuerpo bonito, delgada, lleva un vestido negro un poco más allá de la rodilla, entallado que enmarca su cuerpo a la perfección.
– Por poco y no lo consigo, Aina, mi padre me detuvo para conversar un poco, hace tiempo que se encuentra actuando de manera muy inusual, es más estricto y reflexivo, por lo general, se encuentra mal humorado y decaído pero hoy al hablar, me pareció aún más preocupante su actitud.
–Tranquila, amiga, así son los padres, debe tener problemas en los negocios–comenta Aina con tono analítico, su padre cuando los negocios iban mal, se ponía bastante nervioso–. No te preocupes por eso, Is, él lo solucionará, vamos.
– Tienes razón, deben ser problemas en la empresa, no nos ha dicho nada pero con su manera de actuar es suficiente para evidenciar que algo sucede, es mejor no preguntarle o se molestará, espero los solucione pronto, ¿Dónde se encuentra Maya?
– Debe encontrarse dentro de la casa en compañía de su hermano, no he ingresado esperándote, ¿Vamos?
– ¿Qué estamos esperando?– pregunta divertida dejando atrás las preocupaciones que le despertaron las palabras de su padre.
En el interior se encuentra Maya, quien ha sido invitada a bailar por uno de los amigos de su hermano mayor por lo que no se percata de la llegada de sus amigas, ella y sus amigas son las invitadas más jóvenes de la fiesta, especialmente Ishtar, siendo la única que aún no ha cumplido los dieciocho. El hermano de Maya se encuentra en compañía de su primo, quien ha llegado recientemente de Suiza, Mathew había invitado a sus primos con la intención de que se olvidaran un poco de su trabajo y se divirtieran; sin embargo, nada más se había presentado uno de ellos. Mathew sabía perfectamente bien que a sus primos no les agradaban las fiestas, por lo que se sentía feliz de que al menos su primo más allegado a él, aceptara su invitación.
– ¿Qué te parece la fiesta, primo?– pregunta Mathew sonriendo divertido.
– Interesante– responde mostrando su brillante y perfecta sonrisa.
– Y se pondrá mejor– comenta Mathew dirigiendo su atención a la entrada–. Por fin ha llegado mi angelito y mi muñeca, ellas son la luz de la fiesta, vamos y te presentaré, te prometo que las amarás.




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