Veneno en el corazón

Capitulo 2

Su primo se limita a sonreír por el tono animado que ha empleado Mathew, juntos avanzan hacia la entrada con paso seguro además, de una sonrisa coqueta y encantadora en sus rostros. Cuando las jóvenes se percatan que se aproximan, rien con diversión y deciden esperar a que los jóvenes lleguen hasta ellas, verlos avanzar de esa manera entre los presentes resulta realmente entretenido para ambas.
– Angelito–saluda Mathew besando la mejilla de la joven más alta, para después hacer lo mismo con la otra–. Muñeca, me alegra mucho que aceptaran mi invitación.
– ¿Cómo podríamos no presentarnos? Es un gran evento–comenta una de ellas con una sonrisa coqueta en su rostro.
– ¡Oh, Is! Cuando sonríes de esa manera me dejas sin palabras–replica Mathew dejando escapar un sonoro suspiro.
– Ha sido demasiado encanto por ahora, Math, ¿Dónde se encuentra Maya?–inquiere tornándose seria.
– Bailando con Adam– responde de manera casual.
– Comprendo, Aina, ¿Qué deseas hacer?–inquiere Ishtar dirigiéndose a su amiga quien se ha mantenido en completo silencio.
– En realidad…– comienza a decir meditando por un momento–. No lo sé.
– ¿Tan rápidamente desean escapar de mi?– pregunta Mathew con fingida tristeza.
– ¡No!– responde rápidamente la rubia mientras Ishtar mueve su cabeza de manera negativa al tiempo que ríe divertida. Aina se sonroja al percatarse del tono desesperado de su respuesta, desde que conoció al hermano de su amiga quedó enamorada del atractivo joven de ojos verdes, cabello castaño, labios rosas, definidos, piel blanca y atlético cuerpo, estatura de un metro ochenta y cinco, era un sueño para ella–. Sabes que disfrutamos mucho de tu compañía, Mathy.
– Eso me alegra mucho; además, aún tengo algo más que decirles, quiero presentarles a mi primo, ha llegado hace poco de Suiza y lo convencí de venir a socializar, así que sean amables y saluden.
– Es un placer para mí conocerlas–saluda el joven de manera educada manteniendo en su rostro una gran sonrisa.
– Sí que es atractivo tu primo, Mathy–expresa Ishtar mirando al primo de Mathew–. Además, es educado, realmente me alegra conocerlo.
– Me sentiré celoso, angelito, me conoces desde hace mucho y jamás me has lanzado un halago como ese–replica Mathew haciendo un mohín al tiempo que se cruza de brazos.
– Que sensible eres, Mathew, eres muy atractivo pero no eres mi tipo, lo lamento.
– ¿Y mi primo si?– pregunta mirándola a los ojos al tiempo que elevaba una ceja.
– No estás listo para esa respuesta, ve a bailar y diviértete–indica con tono bromista.
– Sí, sí, ya entendí, mucho ayuda el que no estorba, espero seas consiente que ahora únicamente por eso perderás la oportunidad de tener mi primer baile– expresa con fingida indignación–, ¿Vamos, muñeca?
– ¡Sí!– responde la rubia sumamente entusiasmada, Ishtar mueve su cabeza de manera negativa nuevamente mientras se ríe divertida, realmente le resulta graciosa la manera en la que se comportan, la atracción entre ambos es algo evidente, Aina y Mathew se retiran en dirección a la pista dejando a Ishtar a solas con el primo de Mathew.
– Dime, ¿Cuál es tu nombre?–cuestiona Ishtar centrando toda su atención en el atractivo joven frente a ella, él se sentía un poco intimidado por la seguridad que mostraba la jovencita, le pareció gracioso que siendo todo un conquistador, una niña como ella, lo hiciera sentir de esa manera.
– Enzo, ¿El tuyo es…?– responde con tono serio.
– Ishtar, es un verdadero placer conocerte– replica extendiendo su mano, él la toma y la mira a los ojos, no comprende la sensación que lo invade pero trata de ignorarla, ella sonríe y se aproxima más a él–, ¿Qué te gustaría hacer?
– En realidad, niña, me encuentro un poco aburrido en esta fiesta por lo que prefiero retirarme, si me disculpas–responde de manera casual mientras sonríe y retrocede, « Cuando veas fuego, será mejor mantenerte alejado o te podriás quemar». piensa con absoluta seriedad, ella era fuego y en realidad, él no quería quemarse.
– ¿Niña? ¿Cuál niña? Discúlpame pero yo no veo ninguna niña aquí– expresa aproximándose al joven nuevamente de manera coqueta, definitivamente le agradaba el primo de Mathew y lo quería obtener, aunque fuera únicamente por esa noche.
– Yo si veo a la niña y no me gustan las chiquillas, aunque sean bonitas– replica retrocediendo nuevamente, esa niña era más peligrosa de lo que se imaginaba y lo mejor era alejarse tanto como le fuera posible.
– Es una lástima–responde Ishtar restándole importancia, liberando la mano de Enzo–. Ha sido un gusto coincidir, adiós, Enzo.
– Lamento si te he ofendido–se disculpa deteniéndola del brazo con delicadeza, sin entender esa necesidad de evitar que se marche cuando ella pretendía alejarse de él, especialmente, siendo lo que él quería, que se alejara porque era peligrosa, ella sonríe complacida antes de volver a mirarlo, para acto seguido, girar lentamente para mirarlo a los ojos.
– ¿Ofenderme? ¿Tienes tanta importancia? Mírame– expresa acercándose al joven sin quitar su mirada de los ojos de Enzo, quien pasa saliva de manera sonora, sintiéndose nervioso–. Yo obtengo todo lo que quiero, sin excepción alguna.
Una vez que termina de hablar, une sus labios a los de Enzo sin darle tiempo para responder u objetar alguna cosa, él se llena de sorpresa por lo que ese beso le produce, siendo incapaz de resistirse. Estaba besando a una niña y no solo era eso, esa niña le estaba provocando sensaciones y sentimientos que ninguna otra mujer le había despertado, « ¿Qué locura es la que estás haciendo? ¡Detente!» le grito su razón, no debía continuar besándola pero no conseguía hacer lo que su razón le indicaba.
– ¡Detente!– murmura con la respiración acelerada sin ser capaz de decir algo más.
– ¿Lo ves, querido Enzo? Únicamente debo tomar lo que deseo tener y ya– comenta Ishtar con tono arrogante al tiempo que muerde su labio inferior y sonríe triunfante por su travesura.
– ¿Por qué me haces esto? ¡Dios, me estoy comportando como un adolescente hormonal!– expresa recriminándose a sí mismo–, ¿Cuántos años tienes?
– Se podría decir que tengo dieciocho años, aunque en realidad los cumplo hasta dentro de tres meses pero esto– responde mostrando su identificación–. Dice todo lo contrario, ¿Y tú?
– ¡Esto es una locura!– exclama divertido encontrarse en esa situación realmente le parece una ilusión–. Eres una niña traviesa, tengo veintiséis, no puedes hacer que me comporte de manera tan inapropiada.
– ¡No puedo creerlo! ¡He besado a un anciano!–exclama con tono dramático para después reír divertida ante la exageración–, ¿Me creerías si te digo que mi último novio tenía treinta y cinco?
– Eres una pequeña demasiado audaz, no me sorprendería, ¿Realmente es así?–inquiere sin ocultar su curiosidad, Ishtar sonríe misteriosa mientras elevaba sus hombros de manera despreocupada, como diciendo: "No lo sé".
– Eres muy interesante, Enzo, ¿Te gustaría salir para conversar un poco?
– Debo admitir que me sorprendes, pensé que eras una joven que disfrutaba más de las fiestas, bailar, el ruido, beber y demás– comenta sin ocultar la sorpresa que le produce a cada momento.
– Y tienes razón, lo soy pero como mi compañía de esta noche es prácticamente un señor de la tercera edad, por no decir un viejito, debo adaptarme un poco–responde con tono bromista.
– ¡Que graciosa! Te mostraré como a pesar de ser un “viejito”, sé divertirme–indica tomándola de la mano para guiarla hasta la pista para poder bailar.
Una vez que se encuentran en la pista comienzan a bailar, la música es perfecta para los planes de Ishtar, se encuentra decidida a seducir a ese joven, no había conseguido observarlo a detalle pero era evidente su cuerpo atlético, su estatura de un metro ochenta y siete aproximadamente, su cabello lacio, un poco largo, además de esos labios carnosos y por si fuera poco, era un experto besador, ella jamás había conocido a alguien tan cautivador como él.
Ishtar movía su cuerpo al ritmo de la música de manera sensual, provocando a su acompañante que después de aquel beso había quedado hechizado con ella, quería culpar al alcohol de la locura que lo invadía; sin embargo, no había bebido demasiado, era ella, tenía algo especial que lo cautivaba. Tomándola de la cintura la atrae más hacia él, ella lo mira a los ojos y después a esos deseables labios, en esta ocasión era él quien deseaba probar nuevamente los dulces labios de la joven y así lo hace, a ella le agrada demasiado por lo que le corresponde enseguida sin pensarlo.
– Acepto salir a conversar–indica una vez que el beso llega a su fin.
Enzo se encuentra realmente desconcertado por el comportamiento que está teniendo « ¿Qué es lo que me sucede? ¿Comportarme de esa manera con una niña? Es absurdo».Piensa sintiéndose completamente incomodo. Tener ese comportamiento no era algo normal en él, simplemente no era su estilo; sin embargo, realmente desea conocer un poco más a esa jovencita que ha conseguido cautivarlo como nunca nadie más lo había hecho.




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