Una semana más tarde, Ishtar se encuentra resolviendo todos sus problemas aunque no ha sido sencillo. Ha tenido que vender su automóvil y su teléfono para comprar algo de ropa y un teléfono más sencillo; además, vendió las pocas joyas que conservo, sin tocar las joyas que encontró en el automóvil. Ya ha solucionado lo de su colegio; sin embargo, aunque ha buscado un empleo de medio tiempo, aún no encuentra nada, eso la ha hecho sentir muy triste y frustrada.
–Vamos, Is, anímate un poco, vamos a la fiesta en casa de Mathy, su primo estará presente–insiste Aina por segunda ocasión, desde que su amiga llegó tomó asiento en el sofá de la sala sin decir palabra, su ánimo realmente se encuentra por los suelos.
–Enzo ya se olvido de mí, Aina, le di a Mathy mi nuevo número para que se lo hiciera llegar pero él no ha llamado–replica haciendo evidente la negatividad que la invade contra todo y todos.
–Mathew tampoco ha tenido contacto con él, su primo ha estado demasiado ocupado en los últimos días, no puedes olvidar que no es un estudiante como nosotras, él ya es un hombre y tiene negocios que debe atender–argumenta Aina tratando de convencer y animar a su amiga.
– ¿Pero ira a la fiesta de Mathy? No encuentro la lógica– comenta llena de escepticismo y amargura.
– Mathy le ha dicho que tu iras a la fiesta, es por eso que se presentará, ha dicho que tiene que verte con urgencia– confiesa Aina esperando con eso conseguir convencer a Ishtar, Mathew le pidió llevar a Ishtar sin decirle nada pero al verla en esa negativa no tuvo más opción.
– ¿Lo dices de verdad?–inquiere sintiéndose emocionada.
– ¿Por qué mentiría? No digas tonterías y ve a prepararte, ya es muy tarde.
–No tengo nada que usar, no quiero que me mire de esta manera, sería como ver a cenicienta después de las doce–expresa Ishtar desanimándose de nuevo.
– A pesar de su situación el príncipe se quedó a su lado–objeta Aina, realmente desea que su amiga recupere ese entusiasmo que la caracterizaba.
– Pero ese es un cuento de hadas, Aina, la realidad es diferente y mucho, si Enzo me mira de esta manera se decepcionará de inmediato.
– ¡Tendría que estar loco o ciego!– exclama Aina sin ocultar la gran indignación que le generan las palabras de su amiga–. Por favor, Ishtar, la naturaleza ha sido muy buena contigo, aún despeinada, sin maquillaje y en pijama, eres muy hermosa; además, sabes que todo lo mío es tuyo, elige lo que quieras de mi armario y utiliza todo lo que necesites sin problema, deja de buscar excusas.
– De acuerdo, iré pero únicamente porque necesito verlo, lo extraño demasiado.
– Lo sé, ¡Date prisa!–indica con una gran sonrisa.
Ambas jóvenes se ponen de pie y se retiran para prepararse, al encontrarse listas, salen del departamento y juntas avanzan por el pasillo en dirección al elevador para transportarse hasta el estacionamiento del edificio. Poco tiempo después arriban hasta el automóvil perteneciente a Aina, Ishtar ocupa el asiento del copiloto mientras que su amiga sube al lado de conductor y de inmediato conduce en dirección a la casa de Mathew. Después de algún tiempo llegan a la casa del joven, Aina estaciona el vehículo en uno de los pocos espacios disponibles para acto seguido ambas descender y encaminarse hacia la entrada, de pronto, Ishtar se detiene su andar.
–Aina, no deseo estar rodeada de personas ni escuchar esa música ruidosa, ¿Te importaría pedirle a Enzo que salga?–pide deteniendo a su amiga quien le dedica una mirada comprensiva.
–Te comprendo, nena, no te preocupes, buscaré a mi príncipe y enviaré al tuyo hasta tu encuentro, se paciente.
–Eres la mejor, gracias–musita con una pequeña sonrisa, la realidad es que encontrarse en ese lugar, le hace recordar que se encontraba divirtiéndose mientras sus padres eran consumidos por las llamas ardientes que volvieron cenizas toda su vida y su mundo.
– Eso lo sé, no te muevas de aquí.
Sin esperar respuesta por parte de Ishtar, Aina se encamina a la entrada y al llegar, de manera inmediata ingresa en la estancia comenzando a buscar con la mirada a Mathew y Enzo. Una vez que consigue ubicarlos se aproxima hasta donde se encuentran conversando. Mientras tanto, Ishtar espera pacientemente en el exterior, lejos de bullicio y todos esos individuos, la luz de la luna le encanta por lo que hipnotizada por la belleza de esta en el estrellado cielo, se gira para poder observarla de una mejor manera. Al poco tiempo se percata de la manera en la que la envuelven un par de brazos, en lo absoluto hay brusquedad, si no, una gran ternura que denota el cariño en ese gesto.
– ¡Te he extrañado tanto, preciosa!–expresan depositando un tierno beso en el cuello de la joven–. Es una linda noche, ¿No lo crees? Yo diría que es la noche perfecta.
– ¿Perfecta? ¿Para qué?–inquiere Ishtar acomodándose en el abrazo del joven.
–Para pedirle a una hermosa señorita que se convierta en mi novia–musita con una sonrisa cerca del oído de la joven–, ¿Aceptas?
– ¿Lo dices de verdad?–cuestiona ella girándose en el abrazo para poder mirarlo a los ojos sintiéndose inmensamente feliz.
– Jamás mentiría con algo tan serio como lo son mis sentimientos por ti, ¿Aceptas ser mi novia?–repite su pregunta mirándola directamente a los ojos, con su corazón rebosante de alegría, Ishtar sonríe y mueve su cabeza de manera afirmativa, se encuentra totalmente emocionada, por lo que abraza fuertemente a Enzo–. Quería pedírtelo hace días pero te llamé y no respondiste, Mathew me ha dado tu nuevo numero recientemente y me dijo que vendrías, por lo que decidí venir para verte y tenerte de esta manera, frente a mí y poder decirlo, te quiero.
– No te preocupes, entiendo, yo te quiero mucho más.
Enzo deposita un tierno beso en los labios de Ishtar quien sin dudarlo le corresponde, ellos permanecen en el exterior conversando tranquilamente mientras se mantienen unidos en un abrazo que les transmite lo que sus corazones sienten. Realmente ambos se encuentran convencidos de haber encontrado a su alma gemela, él hace que ella olvide todo lo malo y ella tranquiliza esa alma caótica que él posee, al menos en ese momento se consideran complementos perfectos.