Una semana más tarde, Ishtar se encuentra preparada para acudir al colegio; además, después de presentarse al colegio debe presentarse en su nuevo empleo, no es sencillo pero al menos ha encontrado algo y eso es mejor que nada. Se trata de servir en una cafetería, jamás se imaginó que llegaría a hacer algo así, era la princesa de su padre y no debía molestarse ni en lavar un vaso, ahora, todo ha cambiado, se encuentra sola y debe esmerarse. Ha aprendido mucho y se siente más autosuficiente, no puede decir que no echa de menos su vida anterior; sin embargo, trata de adaptarse a su nueva situación de la mejor manera.
Con prisa sale del departamento de Aina, se dirige al elevador, presionando la flecha que indica que desea descender, espera de manera paciente, en cuanto llega el elevador y las puertas de metal se abren, un gesto de desagrado se instala en su lindo rostro; sin embargo, tiene que subir o se le hará tarde, con premura presiona el botón del lobby y mira al frente ignorando al individuo en el elevador.
– Es bueno verte, neurótica– comenta él detrás de ella con una gran sonrisa en su rostro.
Ishtar lo escucha claramente pero de manera deliberada ignora a esa persona y continua mirando al frente, de pronto se percata que el elevador se detiene y la sujetan del brazo haciéndola girar, acorralandola entre el acero y un cuerpo. La cercanía de ese lunático la hace sentir nerviosa, « ¿Qué es lo que pretende este loco?» se cuestiona pasando saliva tratando de controlar sus emociones, especialmente al encontrarse con esos intensos ojos azules.
– ¡¿Qué te sucede?! ¡Eres un acosador de lo peor!
– Eres aun más hermosa de lo que creí–comenta observándola de manera detenida, ignorando su cuestionamiento y haciéndola sentir aún más incomoda–. Prácticamente perfecta.
– ¡Deja de decir tonterías y déjame tranquila!–replica sintiéndose molesta e intentando escapar.
– Eres una fierecilla salvaje–comenta sonriendo ampliamente dejando ver su sonrisa perfecta–. Me alegra haber coincidido pero deja de mirarme de esa manera, ¿Me tienes miedo acaso?
– ¡Eres un idiota! ¿Quién piensas que eres para asustarme a mí?– cuestiona con insolencia.
–Si es de esa manera, demuéstralo–la reta elevando una ceja y mordiéndose el labio inferior en un gesto terriblemente sexi–. Tengo una propuesta para ti.
– ¿Qué te hace pensar que me interesa algo de lo que tengas que decirme?
– No me importa si te interesa o no, haré que me escuches por la fuerza, por si aún no te has dado cuenta, no podrás escapar de mí, soy más fuerte y más rápido que tú, no tienes más opción que escuchar lo que yo tenga que decir–indica con tono lleno de seguridad y superioridad, Ishtar desvía su mirada sintiéndose frustrada, aunque desee objetar algo, no puede, él tiene razón, la tiene acorralada–, ¿Lo ves? En fin, se trata de lo siguiente, hoy por la noche hay un evento en el hogar de mis padres y resulta que me involucrado en un pequeño lío, y necesito salir de éste.
– ¡No me importa nada de lo que dices, idiota, menos aún si tienes problemas o no, por mi púdrete en el infierno!
– Controla tu lengua y no me obligues a hacerte guardar silencio, bonita– advierte colocando su dedo índice sobre los labios de Ishtar que de manera inmediata comprende su indirecta–. Ahora, continuaré, resulta ser que mi padre pretendía que saliera con una bruja horrorosa que es hija de uno de sus socios, hasta el punto de involucrar a la familia, tuve que sacar mi carácter para escapar de eso y terminé inventando que tengo una hermosa novia, educada y de buena familia, ayer mi padre me llamó y me dijo que habrá una reunión en casa, que la invitara esta noche, no pude evitar esa reunión.
– ¿Te das cuenta de que todo eso es irrelevante para mi, cierto?
– Déjame terminar–pide controlando su molestia, sabe que lo que hace es una completa locura pero al verla, la idea tomó forma de manera automática, si comete un error todo se arruinara–. Continuaré, debo presentarme en esa reunión con mi novia y…
– ¡Qué bien! Ahora debo irme, has que el elevador comience a avanzar, tengo que llegar al colegio y me estas quitando tiempo con tonterías que a mí no me interesan–interrumpe nuevamente al joven haciendo que todo su autocontrol desaparezca.
–Si me dejarás hablar ya te habrías ido pero continuas parloteando sin parar, no te dejaré ir hasta que me escuches hasta el final, ¿Entendido? Así que o me dejas hablar o nos quedamos aquí todo el día–advierte con voz autoritaria, « ¿En qué momento se me ocurrió subir a este maldito elevador con este psicópata en el interior? Uff, al parecer no tengo más opción». Piensa mirando con insatisfacción al joven que la mantiene aprisionada.
–Si es de esa manera, date prisa porque no puedo retrasarme más, debí tomar el transporte pero ahora gracias a ti, seguramente ya lo he perdido y deberé…
–Yo te llevaré–indica nuevamente con tono imperativo interrumpiéndola–. Como te decía, hoy debo acudir a ese evento en compañía de mi novia pero el problema es que no tengo ninguna novia, por ello debo encontrar a alguien para que me acompañe y finja ser mi novia.
– ¡Genial! ¡Te deseo mucha suerte en tu búsqueda! Ahora, si me disculpas–responde intentando escapar para poder presionar el botón y hacer que el elevador avance.
– Ya la encontré y eres tú, bonita, gracias.
– Realmente te enloqueciste, ¿No? ¡¿Yo?! ¡Eso ni en tus sueños!–expresa con un tono lleno de burla e ironía en su voz mirándolo directamente a los ojos.
– Es un trabajo, te pagaré muy bien por actuar y no tendrás que hacer demasiado–explica rápidamente sin desviar su mirada.
– ¡Yo no soy de esas, idiota! ¡Por mi puedes comerte tu dinero!–exclama exasperada y sintiéndose sumamente ofendida.
– ¿Por qué te molestas tanto? No te estoy pidiendo te acuestes conmigo, simplemente que actúes, no te faltare al respeto de ninguna manera, no debes preocuparte, como mucho te tomaré de la mano o tal vez algún beso pero nada más–argumenta con la esperanza de convencerla, si bien había pensado en esa solución, aún no encontraba a la persona idónea pero en el momento en el que la vio todo se acomodo, realmente es perfecta aunque de un carácter bastante difícil pero no le importa, después de todo simplemente deberá actuar.
– ¿Algún beso? ¡No gracias!–exclama con desagrado hiriendo el ego del atractivo joven, todas las modelos, actrices y demás, buscaban su atención; sin embargo, esa niña frente a él lo rechazaba de esa manera, era inaudito–. Tengo un mejor empleo que ese, no soy actriz ni nada, ahora bien, maldito acosador insoportable, déjame tranquila o te demandaré, ¿Escuchaste? Deja de hacerme perder el tiempo.
– No te niegues así nada mas, piénsalo, ahora vamos, te llevaré a tu preescolar–murmura bromista y sin esperar respuesta se aleja de Ishtar para hacer que el elevador avance, « ¿Ha dicho preescolar? ¡Idiota!» Piensa entrecerrando los ojos llena de indignación.
Ishtar cruza sus brazos y observa realmente molesta al joven que disimula una sonrisa y finge no darse cuenta de la expresión de ella, « Es adorable molesta, debe aceptar, es perfecta y mis padres no dudaran, es hermosa y es una señorita con buena educación, es evidente su buena cuna». Se dice mirando al techo. Furiosa con ese engreído, Ishtar permanece en esa actitud, hasta que de pronto una idea aparece en su mente y decide aprovechar la oportunidad que le ha colocado el destino, al llegar al estacionamiento del edificio permite que él la guíe hasta el automóvil, le indica la dirección de su colegio mientras deja a su mente trabajar, al llegar al colegio abre la puerta.
– Gracias–musita antes de salir del automóvil–. Al salir debo trabajar, es una cafetería cerca de aquí, mi turno termina a las seis y media, ven por mí.
– ¿Me viste cara de chofer?– cuestiona con evidente indignación mientras ella sonríe arrogante.
– Si quieres saber mi respuesta ante tu propuesta, vendrás por mí–indica y sin esperar respuesta desciende del automóvil y se dirige al nuevo al colegio.