Al dar las seis y media de la tarde, Ishtar sale de la cafetería, sus clases terminaban a las dos y en cuanto salía, debía presentarse a trabajar por lo que al final de su jornada de trabajo se encontraba muy cansada. Trabajar ahí no es nada sencillo, especialmente para ella que había crecido acostumbrada a tenerlo todo y a no esforzarse demasiado, al salir se encuentra con un joven esperando, recargado en un elegante Audi Q7 en color gris oscuro.
– No creí que realmente te presentarías.
– No me dejaste más opciones– replica con gran seriedad causando que Ishtar sonría de manera traviesa.
–Te hice venir únicamente porque no quería tomar el transporte de regreso a casa–comenta con tono inocente–. Vamos, date prisa.
– ¡Niña malcriada!– murmura con molestia, si no fuese porque se encuentra decidido a que sea ella y no otra persona, no se toleraría ni el mas mínimo capricho.
La joven lo ignora de manera deliberada y avanza hasta el automóvil, sube y una vez dentro, espera a que él ocupe el asiento del piloto. Incorporándose rodea el automóvil y al llegar a la puerta del conductor, abre, ingresa y de manera inmediata enciende el vehículo para incorporarse al tráfico y así volver al edificio en el que habitan.
– ¿Cuál es tu respuesta?– pregunta con seriedad.
–Acepto–responde restándole importancia–, ¿Que incluye ese trabajo? Es decir, ¿Qué debo hacer? Debes saber que tengo mis límites, un error y se acaba todo, ¿Entendido?
–Te lo dije, es bastante sencillo, no debes hacer nada ni cambiar nada de ti, lo único que debes hacer, es fingir es lo mucho que te gusto y lo mucho que me amas, ¿Te has enamorado alguna vez?
–Sí, me enamore de un idiota que no valía la pena–replica llena de amargura cambiando el semblante tranquilo que había mantenido, por uno lleno de rencor.
–Entiendo, siendo así, te será fácil, debes comportarte como una enamorada, simplemente hacer lo que sea que hagas cuando lo estas.
– Debo admitir que me sorprendes, eres un genio, ¿Cierto?– comenta con un tono lleno de ironía.
–Como digas, debes ser lo más convincente posible, tendrás que hacer lo que sea necesario para que lo crean, no me preguntes más al respecto porque no tengo ni la más mínima idea de cómo funcionan las relaciones, yo no me enamoro.
– Eso explica todo, ¿Por cuánto tiempo estaremos fingiendo?
–En realidad no lo sé pero lo que si sé, es que probablemente tengas que tolerar a mi familia en esos eventos o cenas familiares, también es probable que tengas que acompañarme a eventos con empresarios y otros, te pagaré muy bien de eso puedes estar segura.
–Eso espero, tengo demasiados gastos y cosas por cubrir–replica dejando escapar un suspiro, realmente su padre dejó muchas deudas y ella debía encontrar la manera de solucionarlas aunque fuese poco a poco–, ¿De qué se trata el evento de esta noche?
– Es un evento social, seguramente haz acudido a alguno–comenta mirándola de manera fugaz y centrando su atención nuevamente en la carretera.
–Comprendo, no puedo acompañarte, no tengo nada, no puedo presentarme a un evento de ese tipo con lo que tengo ahora–expresa con sinceridad, la poca ropa que tiene para nada es apta para una fiesta de alta sociedad, cena de negocios o algún evento de gala, antes de que él responda ingresan en el estacionamiento del edificio, sin decir palabra estaciona el vehículo en uno de los lugares que le pertenecen, una vez ahí, mira a la joven y le dedica una sonrisa misteriosa.
–No te preocupes, eres la novia de Elian Wright, el soltero más codiciado y siempre debes verte presentable, toma–indica entregándole una caja de color negro con letras en dorado y algunas bolsas de regalo que tenía en el asiento de pasajeros y que ella había ignorado todo el tiempo–. Para hoy, eso estará bien pero tengo demasiados eventos a los que me tendrás que acompañar, mañana debes ir de compras, tampoco eres una muñeca para que te vista a mi gusto.
– ¿Qué parte de no tengo nada no haz comprendido?
–Lo he entendido perfectamente pero no debes preocuparte, de eso me encargo yo– replica entregándole una tarjeta de crédito dorada–. No tiene límite.
– ¡¿Haz enloquecido?! ¡No puedo aceptarlo!–exclama llena de sorpresa, no esperaba que él le entregara una tarjeta, menos dorada y aún menos sin un límite, simplemente es una locura.
–No he preguntado nada, cariño, simplemente he dicho lo que se hará, ¿Entendido? Vamos, debemos prepararnos–indica con su acostumbrado tono imperativo, ambos descienden del automóvil y se encaminan al elevador–. Pasaré por ti a las ocho, no, mejor siete y media.
– Saldré a las ocho, siete y media es muy poco tiempo–indica de pie a su lado.
–He dicho siete y media.
–Soy tu linda novia, me complacerás o me molestaré contigo, y no querré acompañarte–musita con tono mimado.
–No juegues conmigo, niña, he dicho, siete y media y eso será–replica con seriedad, se encuentra acostumbrado a dar una orden y que esta se obedezca sin oposiciones, ella sonríe de manera traviesa guardando silencio al tiempo que suben al elevador, cuando llegan al piso de ella, las puertas se abren y la joven sale rápidamente–. Recuerda, siete y media.
– Ya lo veremos, cariño–responde con tono retador para acto seguido apresurarse por el pasillo y llegar al departamento de Aina, las puertas del elevador se cierran y Elian continúa su viaje hasta el pent-house donde habita.
Son las siete y media en punto cuando el timbre del departamento de Aina suena anunciando la llegada de Elian, Aina llena de desconcierto se encamina hacia la puerta para abrir, ella no espera a nadie y su amiga tampoco le ha comentado nada. Al abrir la puerta se encuentra de frente con su atractivo e inalcanzable vecino, ella siempre lo encontraba por las mañanas cuando él salía a correr pero él jamás llamaba a su puerta, por lo que verlo ahí, la llena de nerviosismo y sorpresa de manera inmediata, es tan serio, tan formal y elegante, simplemente inalcanzable que no es fácil creérselo.
– ¿En qué puedo ayudarte?– pregunta con evidente nerviosismo.
– Buenas noches, me encuentro aquí por tu amiga, ¿Por favor podrías informarle que estoy aquí?–cuestiona con un tono lleno de amabilidad.
– Claro pero entra, puedes esperar en la sala, estás en tu casa–responde permitiéndole ingresar.
– Gracias–musita dejando ver su perfecta sonrisa.
Aina deja escapar un suspiro antes de reaccionar y guiar al joven hasta la sala, « Incluso mi vecina me mira de esa manera, ¿Y esa malcriada se da el lujo de tratarme mal e incluso hacer ese gesto de desagrado hacia mí? Increíble». Piensa Elian ingresando en el departamento y siendo guiado por Aina llegan a la sala. Con elegancia toma asiento en el sofá y espera pacientemente mientras la joven se dirige a hablarle a su amiga, Aina llega hasta la puerta de la habitación de la Ishtar, se anuncia y le informa de la presencia de Elian pero Ishtar de manera misteriosa simplemente le pide que le informe que se reunirá con él en algún tiempo.