Siendo las siente con cincuenta minutos, Ishtar sale de la habitación, lleva puesto el lindo vestido color azul marino, largo, ajustado en la parte superior y suelto de la parte inferior que Elian le entregó en la caja, en la puerta de la habitación la espera Aina, quien la hace ingresar nuevamente en la habitación, tomando por sorpresa a Ishtar.
– ¿Qué es lo que sucede?–inquiere sin ocultar su gran desconcierto.
– ¿No lo ves? Saldré con ese atractivo hombre–responde Ishtar restándole importancia al asunto.
– ¿Qué es lo que pretendes? Aun es muy reciente lo de Enzo y...
– Relájate, Aina–la interrumpe con una sonrisa tranquila, «Es la primera vez que le oculto algo a Aina pero es necesario, Aina jamás comprendería mi manera de actuar». Se dice mirando a la joven que espera una explicación–. No pretendo absolutamente nada, simplemente quise salir, ya me he deprimido mucho por ese idiota de Enzo, ¿Prefieres que me quede y continúe llorando por alguien que no me ama? Quiero intentar olvidarlo y él me invitó a un evento importante, ¿Por qué no aceptar? Es divertido.
– No me convences, Is, pero en fin, te espera en la sala y su expresión ahora muestra todo menos diversión.
–En ese caso, no lo hagamos esperar más–responde de manera casual, las jóvenes salen de la habitación y avanzan hacia la sala donde espera Elian.
Sintiéndose molesto y desesperado, mueve su pie denotando su impaciencia, « Debí imaginar que me haría algo así, voluntariosa». Piensa mirando al frente, no le gusta tener que esperar; es más, lo detesta. Es evidente que molestarlo es precisamente lo que ella pretende al hacerlo esperar tanto tiempo, fue muy claro cuando dijo que debería estar preparada a las siete y media pero ella rebeldemente, lo ha ignorado.
–Podemos irnos, cariño, no quiero hacerte llegar tarde– comenta Ishtar con un tono que evidencia su diversión.
–Hasta que te dignas a…–comienza a decir poniéndose de pie e interrumpiéndose al verla–. Al menos ha valido la pena toda esta espera, te ves hermosa.
–Gracias, lo sé, vamos antes de que me arrepienta.
–Presuntuosa– murmura acercándose para ofrecerle su brazo a Ishtar–. Vamos.
–Nos vemos, Aina– se despide Ishtar aceptando el brazo que le ofrece Elian.
Juntos salen del departamento y avanzan por el pasillo en dirección al elevador, ese es el comienzo de un juego complicado, Ishtar se ha mentalizado para cumplir con el papel que tiene que realizar. Definitivamente hacerlo no es nada sencillo pero debe hacerlo, en cuanto el elevador se detiene en su piso, suben.
– ¿Te divertiste?–cuestiona él sin ocultar la molestia que siente.
–No comprendo–musita sintiéndose confundida en el primer momento, se encontraba perdida en sus propios pensamientos.
–Haciéndome esperar cuando claramente dije: “Siete… y… media”–le recuerda remarcando la hora.
– Ya entiendo–musita sonriendo–. Estas exagerando, aunque si, fue divertido, debiste ver tu cara.
–Escúchame bien, será mejor para ti que no juegues conmigo, harás todo lo que diga cuando yo lo diga, no olvides que esto es un trabajo y yo soy tu jefe, ¿Entendido?–indica con tono autoritario.
–Sí, señor– responde con desagrado.
–Puedo comprender que eres muy joven, también puedo llenarme de paciencia pero por favor, no me hagas llegar al límite, porque no se que pueda hacer, no tengo buen carácter.
–No he firmado ningún contrato, si quiero, ahora mismo me bajo del elevador y regreso al departamento, no tengo problema en volver, ver películas y dormir, ahora que lo pienso, parece ser un mejor plan que una reunión con desconocidos.
–Deja tus juegos–indica con molestia acorralando a la joven entre la pared del elevador y su cuerpo–. No me vas a dejar ahora.
– ¿Me obligaras?–cuestiona con tono retador mirándolo directamente a los ojos mientras elevaba una ceja.
– Si eso es lo que quieres, puedo hacerlo sin problemas, por las buenas soy tan paciente y considerado como sea posible pero por las malas, no querrás conocerme, es tu decisión.
–Suena interesante– responde al tiempo que sonríe traviesa–. No te preocupes, cariño, yo tengo palabra y la mantendré siempre y cuando no me fastidies.
–Eres demasiado insolente, irrespetuosa, grosera, malcriada y sumamente voluntariosa, no quiero ese comportamiento con mi familia, lo podrías arruinar todo.
–Haz dicho que puedo ser yo misma, cariño, y eso es lo que haré, ser yo misma, llénate de paciencia, porque soy una persona muy caprichosa.
–Un error niña mimada, uno solo y conocerás a Elian Wright, ¿Quedo claro?–advierte con absoluta seriedad, ella lo mira a los ojos y mordiendo nuevamente su labio inferior de manera coqueta.
–He comprendido, señor, ya verá que no se arrepentirá de haberme contratado– responde con tono inocente.
–Niña traviesa–murmura mirándola a los ojos para después alejarse de ella.
Colocándose en una esquina de la caja de metal mira al frente, « No lo olvides, Elian, debes respetarla, ella trabaja para ti, no sales con ella». Se reprende con gran seriedad, debe controlar el deseo que se despertó en él tras encontrarse en esa situación. Ishtar baja su mirada, « No debes llorar, Ishtar, no debes hacerlo». Piensa controlando lo que esa frase le ha hecho recordar y sentir. El dolor y la tristeza han regresado de pronto por lo que aprieta sus puños con fuerza esperando que eso la ayude a controlarse, en cuanto las puertas del elevador se abren salen, ella sale por delante de él. Al llegar al automóvil él se adelanta y abre la puerta del copiloto e ingresa sin molestarse en hablar o mirarlo, Elian rodea el automóvil para subir al lado del conductor y comenzar a conducir.