Veneno en el corazón

Capitulo 15

Ha transcurrido un mes desde que Ishtar aceptó participar en el juego inusual de Elian Wright, en realidad no ha resultado tan complicado como ella se imaginó al comienzo, y aunque Ishtar detesta ese juego, debe admitir que ese “trabajo” en realidad, le ha convenido bastante. Es un fin de semana tranquilo por lo que se encuentra en el departamento de Aina, en total soledad porque su amiga tuvo que ir donde sus padres, hacía tiempo no los visitaba porque le tocaba viajar durante horas para poder llegar y ella detestaba esos viajes tan extensos; sin embargo, ellos ya deseaban verla hacia tiempo, por lo que no pudo demorarlo más.
Siendo cerca de las once de la mañana, decide salir del departamento y buscar algo por hacer, avanza por el corredor para llegar al ascensor y avanza tranquilamente con sus auriculares puestos escuchando su música favorita, cuando de la nada una pequeña tropieza contra ella, Ishtar se quita los auriculares rápidamente y la observa.
–Hola, pequeña– saluda colocándose a la altura de la niña, percatándose de las lágrimas en el pequeño rostro de la criatura de tan solo cinco años–, ¿Qué te sucede para que llores de esta manera?
– Yo… tengo… tengo hambre–responde la niña entre sollozos.
– ¿Y tus padres?–inquiere Ishtar preocupada.
– Salieron de viaje, me dejaron con mi hermano pero recién he despertado, lo busqué y no está, tengo hambre, revisé y no tiene nada, decidí salir para buscarlo, la puerta se cerró, no tengo llave y me quedé a fuera, después caminé y ya no se regresar– explica volviendo a llorar al relatar la serie de eventos llenos de infortunio de su mañana.
– Tranquila, niña bonita, no hay razones para llorar, todo tiene una solución, ya verás– la anima Ishtar abrazando a la pequeña con ternura–. Ven conmigo, te daré algo para comer, me dices como se llama tu hermano y tratamos de ubicarlo, ¿Te parece bien?
La pequeña se limita a mover su cabeza de manera afirmativa, Ishtar se pone de pie y toma a la pequeña de la mano, juntas avanzan por el pasillo hasta llegar al departamento de Aina en el que ingresan.
– ¿Cuál es tu nombre?
– Candy– responde con timidez.
– Y le haces honor al nombre, ¿Verdad? Eres una niña muy dulce–expresa con una dulce sonrisa–. Vamos a ver, Candy, dime, ¿Qué te gustaría desayunar?
– ¿Podría desayunar panqueques? ¡Amo los panqueques en el desayuno! Aunque mi hermano dice que no debo comer esas cosas, y que debo comer más frutas y vegetales en lugar de harinas, él es muy raro, yo no lo entiendo.
–Bueno, tu hermano no se encuentra aquí ahora, así que yo digo que es una excelente idea–indica Ishtar con tono cómplice al tiempo que sonríe con ternura, sin más, comienza a extraer todo lo necesario para comenzar a preparar el desayuno de la pequeña, mientras la niña, espera pacientemente en uno de los taburetes.
– ¡La mesa está servida!–expresa Ishtar colocando el platillo frente a la pequeña–, ¿Te gustaría un poco de miel? ¿Leche?
– Sí, gracias– responde la niña sonriendo con dulzura.
Ishtar sirve un vaso de leche para la pequeña y acto seguido acompaña a Candy, mientras la niña come tranquilamente, realmente tenía mucho apetito, si no se hubiese quedado dormida seguramente habría desayunado desde muy temprano. Ishtar observa con dulzura, no comprende cómo es que ha terminado esa pequeña, sola y perdida. Una vez que la pequeña termina todo lo que tenía en su plato y bebido su toda la leche, Ishtar recoge todo y la guía hasta a la sala. Curiosamente, esa criatura le recordaba a alguien, alguien en quien no quería pensar pero tenía esos mismos ojos y le resultaba imposible no recordarlo al ver a la pequeña.
– ¿Cómo se llama tu hermano?
– Elian.
– ¿Elian? ¿Es tu hermano?–inquiere Ishtar con evidente sorpresa.
– ¿Lo conoces?– pregunta Candy emocionada.
– Lo conozco bien, no te preocupes, yo me encargo de llamarlo, ¿Te gustaría ver algo en el televisor mientras me comunico con él?
– ¡Sí! Me gustan los dibujos animados.
– Muy bien, puedes verlos, llamaré a tu hermano, espera aquí, ¿De acuerdo?
Candy se muestra obediente tomando asiento en el sofá de la sala mientras mueve su cabeza de manera afirmativa, Ishtar se encarga de encender el televisor para acto seguido dejar a Candy observando los dibujos animados que ha elegido. Moviendo su cabeza de manera negativa se encamina hacia su habitación, « No puedo creer que fueses capaz de dejar a una niña sola, idiota». Piensa ingresando en su habitación. Sintiéndose llena de indignación toma su teléfono y marca el número de Elian, al segundo tono de llamada escucha la voz del joven al otro lado.
– ¿Qué sucede? Estoy por entrar a una reunión y no tengo tiempo ahora…
– ¡Cierra la boca!– ordena evidenciando su molestia y sorprendiendo a Elian al otro lado del teléfono, « ¿Ahora que hice?» piensa sin comprender la razón del tono empleado por la joven–, ¡¿Cómo puedes ser tan irresponsable?! ¡¿Cómo eres capaz de dejar a una niña pequeña sola en casa y sin preocuparte si quiera por si tiene hambre o no?!
– ¿De qué diablos estas hablan...? ¡Candy! ¡Maldita sea, olvide que esa niña estaba en casa! ¿Dónde está ahora?–cuestiona preocupado, sus padres le habían encargado cuidarla mientras atendían algunos problemas, en realidad detestaba que lo dejaran con la pequeña pero no le dieron tiempo a negarse, solo llegaron y la dejaron, por la mañana se encontraba demasiado atareado, debía atender varias reuniones y se olvidó por completo de su pequeña hermana.
–Está aquí conmigo, la encontré y la traje para ayudarla pero lo que has hecho es…
– ¡Perfecto!–exclama interrumpiendo los reproches de Ishtar–. Ahora no puedo encargarme de ella, así que cuídala.
– ¿Disculpa? ¿Me viste cara de niñera?–replica con seriedad.
– ¡Oh, vamos! Es un favor que te estoy pidiendo.
– ¿Favor? ¿En qué momento dijiste por favor? Tú simplemente ordenaste como siempre.
– Simplemente hazlo, ¿Quieres? Cuando termine el trabajo pasaré por ella y fin del problema–responde para después terminar la llamada sin darle tiempo a la joven para negarse, Ishtar intenta comunicarse nuevamente pero la llamada no se conecta, « ¡Maldito tramposo!» piensa lanzando el teléfono sobre su cama con molestia, sin más opciones deja escapar un suspiro para relajarse, una vez que se siente más tranquila regresa a la sala y se reúne con Candy.
– He hablado con tu hermano, se encuentra muy ocupado y como somos muy buenos amigos, me pidió que te cuidara hasta que él pueda venir por ti–explica con toda la calma del mundo–, ¿Estás de acuerdo o prefieres que te lleve hasta la oficina de él?
– A él no le gusta que lo molesten en su trabajo, mejor me quedo aquí– responde mirando a Ishtar con una sonrisa dulce, Ishtar le devuelve la sonrisa tomando asiento al lado de la pequeña centrándose en cuidarla como es debido.




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