Veneno en el corazón

Capitulo 20

Al día siguiente, Elian se encuentra en su oficina, ese es su mundo y su vida entera, con mucho esfuerzo ha conseguido salvar ese lugar de la bancarrota en el poco tiempo que tiene al frente, al principio no le pareció buena idea pero al ver lo que ha conseguido, se siente muy orgulloso de sí mismo. Es un día sumamente tranquilo y eso es algo que agradece enormemente, por fin tener un día más relajado. Desde que comenzó a hacerse cargo de ese lugar, lo único que había a cada momento, eran problemas y más problemas. Su hermano se asoció con el anterior dueño, después de algún tiempo, el joven absorbió la totalidad de la empresa; sin embargo, le pareció una pérdida de tiempo y ni siquiera comprendía porque la adquirió, por lo que decidió vender.
Elian con grandes ideas se ofreció a adquirirla sin importar el estado en el que se encontraba y su hermano como siempre, se sintió feliz de complacer a su hermanito aunque le parecía una verdadera tontería que el joven invirtiera su dinero en una empresa que únicamente podría servir si se demolía. Enzo le entregó ese lugar cuando únicamente era ruinas, levantar nuevamente la empresa, era su reto personal y se sentía orgulloso de lo mucho que había logrado en ese poco tiempo.
– Señor, su hermano esta aquí–informa la secretaria del joven por el intercomunicador.
–Dejalo ingresar–responde con seriedad, poniéndose de pie para recibir a su hermano, Enzo ingresa en la oficina cerrando la puerta detrás de él–.Bienvenido, hermano, toma asiento, por favor.
–Gracias–musita tomando asiento frente a Elian, quien vuelve a tomar asiento en su lugar.
– ¿Qué era lo que querías hablar de manera tan urgente?–inquiere Elian con una sonrisa juguetona en su rostro.
– Es sobre tu prometida, Elian, ¿Me gustaría saber cómo fue que se conocieron?
–Nos conocimos aquí, en la empresa, unos días antes de tu viaje a Suiza–indica con absoluta sinceridad.
– ¿Desde entonces salían?–cuestiona tratando de controlar la ira que comienza a formarse en su interior por sentirse engañado y de la cual, Elian se percata de inmediato al ver esa emoción en la mirada transparente de Enzo.
– No, ¿Qué dices? Comenzamos a salir tiempo después, tú ya no estabas aquí para ese entonces–aclara sabiendo perfectamente la razón de la molestia evidente en su hermano.
– ¿Cómo es eso posible, Elian? Les dijiste a nuestros padres que tenias novia y por eso mismo no aceptaste el trato que mi padre ya había resuelto para ti.
– Lo sé, hermano, a ti no tengo porque mentirte, en ese entonces no tenía a nadie pero no me sacrificaría por las ideas de nuestro padre, yo soy egoísta y el sacrificio no está en mi diccionario. La verdad, no entiendo como tú eres capaz de someterte a todo lo que ellos dicen pero ese es tu problema, yo soy diferente y les mentí, solamente yo puedo decidir qué y cuándo hago las cosas, el día en el que tú te marchaste a Suiza encontré a Isis, se encontraba muy mal, lloraba desconsolada, quise ayudarla pero ella me rechazó de una manera terrible, es una grosera cuando quiere–comenta recordando aquel día en el que por poco y lo golpeaba–. Algún tiempo después la volví a encontrar y así comenzó, ella es muy especial.
–Comprendo, estas muy enamorado y no sé ni cómo decirte esto, hermano, si he venido hasta aquí es para advertirte, creo que ella trama algo en tu contra porque te ha mentido.
– ¿Me ha mentido? ¿En qué?–inquiere tornándose serio e incorporándose sobre su silla para poder mirar a su hermano directamente a los ojos.
–Imagino que en todo pero lo importante ahora es lo que me costa y es: su nombre, si ha mentido en su propio nombre, es obvio que ha mentido en más cosas, seguramente está tramando algo y no puede ser algo bueno.
– ¿Me ha mentido sobre su nombre? No me gusta cómo estás hablando de mi pareja, Enzo, ten cuidado con tus palabras.
– Todo lo que digo es verdad y con el único fin de protegerte, ella no es quien dice ser.
– ¿No es quien dice ser? ¿Quién es entonces?
– Su nombre real es Ishtar.
– Me subestimas demasiado, hermanito, tienes razón pero a medias, su nombre es Isis Ishtar, sus amigos la llaman Is, a mi me gusta llamarla Isis porque me gusta más ese nombre, si dudas de mi,puedes preguntarle a Mathew, se que conociste a Isis en la fiesta de Mathew.
– ¿Así que te lo dijo? ¿Te dijo todo o únicamente lo que le convino?–cuestiona endureciendo su semblante.
– Isis no tiene secretos conmigo.
– ¿No? ¿Te ha dicho que teníamos una relación?
– Por supuesto que me lo dijo hermanito, te diré que fuiste un tonto por dejarla y especialmente, por dejarla por quedar bien con nuestros padres.
– ¡Lo hice por ti!
– ¿Por mi? No hermano, tu lo hiciste para complacer a la familia como siempre, algo que yo no haré jamás y menos aún,si implica renunciar a alguien como Isis, debiste negarte, de la misma manera que yo lo hice.
– ¡Eres un egoísta, Elian! Sabias perfectamente lo que sucedería si mi padre rompía el acuerdo, ¿Piensas que esto me ha hecho feliz? Tuve que renunciar a ella y tú me dices todo esto, ¿No te importa cómo me siento? Verte con ella es algo insoportable.
– Lo siento mucho, Enzo–expresa con sinceridad, realmente se siente mal por su hermano–. Sin embargo, Isis es demasiado importante para mí y no me pienso alejar de ella, tuviste tu oportunidad, debiste luchar y no rendirte.
– Si eso es lo que quieres, es lo que tendrás, Elian– replica Enzo poniéndose de pie para marcharse de ahí–. No esperaba esto de ti.
Sin esperar a que Elian emita alguna respuesta sale de la oficina, una vez que se encuentra seguro de que Enzo se ha marchado, Elian ríe divertido, « ¿Por qué seré tan malvado?» se cuestiona girando hacia el gran ventanal para ver la ciudad a sus pies. Molestar a su hermano mayor siempre le resultó demasiado sencillo pero jamás lo había visto celoso y no fue capaz de resistir la tentación de molestarlo, con una sonrisa, toma su teléfono y marca un número, obteniendo respuesta al segundo tono.
– ¿Qué sucede ahora? Tengo examen.
–Es súper rápido, tranquila–expresa con tono risueño–. Vino el amor de tu vida a delatarte, Ishtar.
– No me llames Ishtar ni me menciones a ese sujeto, no sé ni para que te dije todo, eres un tonto–indica con seriedad, la noche anterior mientras se dirigían al departamento de Aina, Ishtar decidió contarle todo a Elian para que estuviese prevenido y actuara como mejor le pareciera ante su hermano pero no para que la tomara como su burla personal, sino para evitarle problemas en el trato que los mantenía unidos.
– ¡Oh, vamos linda! Deja que me divierta un poco.
–Diviértete tanto como quieras pero no a costa mía, no soy tu muñeca de circo, tengo un examen ahora y no tengo tiempo para las bobadas que se te puedan ocurrir a ti o a hermanito, adiós.
–Está bien, mi dulcecito amargo, hoy iré por ti al colegio.
– ¿Por qué?– cuestiona con seriedad.
– Porque quiero hacerlo, hasta más tarde–replica sin esperar respuesta ni dar más explicaciones.
Ishtar mira con los ojos entrecerrados su teléfono, « Lunático, se toma en serio el ser mi novio, ¿Se olvida que es falso o sólo busca molestarme?» se pregunta mientras avanza por el pasillo del colegio moviendo su cabeza de manera negativa. Ahora se encuentra en medio de dos hermanos que al parecer el destino ha convertido en su karma, a uno lo ama y al otro lo odia, realmente esa situación es cada vez más complicada y no sabe por cuánto tiempo la tolerara.
Dejando de lado esa situación, guarda su teléfono y se enfoca en ese momento, no tiene tiempo para pensar en ese par y las complicaciones que traerán a su vida, tiene un examen y debe ingresar en su salón. Con paso seguro cruza la puerta de entrada y se dirige hasta su lugar toma asiento y se concentra únicamente en el examen que debe responder.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.