Veneno en el corazón

Capitulo 21

Una vez que las clases de la joven llegan a su final, sale del salón y se dirige a la salida del colegio con paso tranquilo, llega hasta el exterior, revisa si Elian se encuentra esperándola, al no ubicarlo decide colocarse sus auriculares y avanzar en dirección a la cafetería. De pronto, alguien la sujeta del brazo deteniéndola, ella gira esperando encontrarse con Elian; sin embargo, en su lugar se encuentra con los ojos verdes de Enzo, era precisamente con quien menos deseaba hablar.
– ¡No me toques!–exclama llena de desagrado, el cual resulta evidente en el rostro de la joven, rápidamente aparta de sus oídos los auriculares, « Seguramente el lunático sabia que el idiota vendría a molestarme y por eso dijo que vendría, ¿Dónde está? ¿Cómo ha sabido Enzo donde encontrarme y la hora?» piensa sin comprender la presencia del joven ahí, molestandola.
–Necesito hablar contigo–indica ignorando el tono hostil empleado por la joven.
– ¿Si? Que lastima porque no tengo tiempo ni interés alguno en escucharte, Enzo–responde con ironía para acto seguido intentar marcharse de ahí.
– Por favor Ishtar, serán solo cinco minutos–pide deteniéndola nuevamente.
– No, gracias–replica liberándose nuevamente del agarre del joven.
– Dame cinco minutos, son solo cinco y después no volveré a molestarte.
– Te doy dos minutos, aprovéchalos–indica mirándolo con seriedad.
– Gracias–musita con una pequeña sonrisa–. Lo que quiero decirte es…
– ¿Qué sucede aquí?– interrumpe alguien llegando a lado de Ishtar y pasando su brazo sobre los hombros de la joven, quien rueda los ojos al reconocerlo, gesto que ninguno de los hermanos detecta por concentrarse en mirarse retadoramente.
–No creí que realmente vendrías, Elian–comenta ella llamando la atención del joven.
– ¿Por qué? Dije que lo haría–indica besando la frente de la joven.
–Al salir no te ví, acostumbras a ser puntual, eso es todo.
–Me demoré un poco pero ya estoy aquí, ¿Nos vamos?
–Espera un poco, he dicho que escucharía lo que tu hermano tiene que decir, le he concedido dos minutos.
–Sí, eres magnánima pero no lo creo, vamos.
–Elian–murmura mirándolo con desaprobación.
–Isis–responde sonriendo inocente.
–No seas así, voy a hablar con él, no es pregunta y mucho menos estoy solicitando tu aprobación.
–Ven conmigo–pide tomándola de la mano y tirando de esta para hacerla avanzar, ella no pone resistencia alguna y se deja guiar, una vez que se encuentran a una distancia apropiada Elian detiene su andar y mira a la joven–. Sé que no puedo prohibirte o no algo pero no es buena idea que hables con él, podría cuestionar y hay cosas que no debes rebelar.
–Puedes confiar en mí Elian, no diré nada de nuestro acuerdo, ya lo hablamos anoche y aprendí la versión que debo darle.
–No confió ni en mi sombra–replica cruzándose de brazos.
–Tendrás que confiar en mí o tiro a la basura toda esta tontería que compartimos.
–Tu ganas pero lo que sea que deban hablar deberá ser frente a mí, ¿Acaso ocultas algo más?
– Para empezar yo no te he ocultado nada, si no te dije antes de Enzo, fue porque lo consideraba irrelevante así que por mí no hay problema, deberás preguntarle a tu hermanito–responde de manera despreocupada, tomándolo de la mano para hacerlo regresar hasta donde se encuentra Enzo atento a ellos–. Puedes hablar Enzo.
–Quiero hablar a solas contigo.
–Entonces no quieres hablar con ella realmente–interviene Elian mirando a los ojos a Enzo.
– ¿Por qué te mezclas en esto, Elian? Es un asunto mío y de ella, he esperado pacientemente, ahora puedes esperar tú, ¿No te parece justo?
–Hablas de justicia y lo único que a mí me interesa es que ella es mi novia, puedo involucrarme.
–Esto no tiene sentido, vámonos Elian, no tengo tiempo para perder y lo sabes bien.
–Por supuesto, cariño–responde sonriendo complacido al tiempo que rodea la cintura de la joven.
Ishtar se deja guiar por Elian, al tiempo que mueve su cabeza de manera negativa a manera de desaprobación por la actitud posesiva que demuestra Elian, llegan hasta el automóvil del joven, ella sube con la ayuda de él y observa por la ventana a Enzo que permanece de pie observando como Ishtar se marcha con su hermano. « Definitivamente hablar con ella será más difícil de lo que pensé», analiza dejando salir un suspiro lleno de resignación, sin más por hacer, se encamina hacia su vehículo, no piensa rendirse y se encuentra decidido a hablar con ella de una u otra manera, aunque su hermano se interponga y sabe perfectamente bien, quien le ayudará.




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