Veneno en el corazón

Capitulo 22

Los días transcurren y el cumpleaños de Ishtar llega, ella había pensado en celebrarlo a lo grande; sin embargo, ahora que el día ha llegado, no siente siquiera ánimo de realizar absolutamente nada. Han sido tan solo algunos meses y a ella le parece que han sido siglos completos, en ese momento permanecer en su cama todo el día, resulta la mejor idea y aprovechando que es un fin de semana tranquilo, se encuentra decidida a darse el lujo de levantarse tarde pero sus planes se ven frustrados cuando la puerta de su habitación de abre.
– ¡Despierta, cumpleañera, nos espera un maravilloso día!–expresa Aina con emoción ingresando en la habitación de su mejor amiga llena de entusiasmo.
–Aina, todo lo que quiero hacer es dormir–indica cubriendo su rostro con una de sus almohadas.
–No linda, lo siento pero no es una posibilidad; además, mira esto–pide colocando sobre la cama de Ishtar el primer regalo que llegó desde muy temprano, desconcertada al sentir el peso de un objeto sobre ella, Ishtar descubre sus ojos y se encuentra con un hermoso arreglo de flores–. Debo admitir que ese novio tuyo es un encanto, lo trajo personalmente muy temprano, quise venir a despertarte pero dijo que te dejara descansar, es tan considerado.
–Claro, el más considerado–responde la joven con una pequeña sonrisa, «No puedo negar que es un muy lindo detalle y no tenia porque esmerarse tanto». Piensa tomando asiento en la cama para observar mejor el arreglo y leer la tarjeta que Aina le extiende con una gran sonrisa.
“Feliz cumpleaños, mi dulce amargo. Pasa un día bonito”.
Elian Wright.
Al leer la tarjeta escrita de puño y letra de Elian, mueve su cabeza de manera negativa al tiempo que sonríe divertida, realmente el sentido del humor de Elian, le resulta muy cómico y siempre consigue hacerla reír. Con cuidado toma el arreglo y lo coloca en su mesa de noche, debe admitir también que Elian tiene buen gusto, el arreglo es sumamente hermoso y ha conseguido levantarle el ánimo. A pesar de haber despertado con un inmenso sentimiento de nostalgia se pone de pie, dispuesta a someterse a las ideas que lleguen a la mente de su mejor amiga.
– ¿Qué tienes planeado entonces?–cuestiona con curiosidad observando a Aina quien sonríe ampliamente.
– ¡Así me gusta!–exclama Aina evidentemente alegre–. Nos espera un gran día Is, prepárate, te espero.
Aina sale de la habitación dejando a Ishtar sola para que se prepare para el día que ha planeado para la joven, quien una vez que se encuentra a solas, observa el arreglo y decide llamar para agradecer el detalle que ha tenido Elian. Toma su teléfono y marca el número obteniendo respuesta después de algunos segundos, al otro lado de la línea escucha la voz de Elian.
– ¿Cómo se encuentra la cumpleañera?
–Bien, ¿Tú como estas?
–Con trabajo hasta el cuello como siempre pero bien.
–Me alegro, gracias por el arreglo que has traído, no era necesario y no debiste molestarte tanto al traerlo personalmente.
– ¿Qué clase de novio seria olvidando tu cumpleaños? Era más que necesario, hubiese querido verte y darte un abrazo pero la bella durmiente continuaba en el país de los sueños, siendo su príncipe debí despertarla con un dulce beso pero como durante la semana decide ser cenicienta, preferí dejarle descansar.
–Eres un tonto–musita sintiendo sus mejillas sonrojarse–. Solo llame para darte las gracias.
–No se merecen, espero que disfrutes mucho tu día, ahora debo volver al trabajo, hasta luego, bonita.
–Hasta luego, Elian–responde para después terminar la llamada con una sonrisa involuntaria en su rostro, « ¿Qué te sucede Ishtar? Deja de sonreír como una tonta por ese idiota de pacotilla» . Se reprende sacudiendo su cabeza y comenzando a prepararse para lo que sea que trama su mejor amiga.
El día transcurre de manera ajetreada para Ishtar, quedando atrás sus planes de tener un cumpleaños tranquilo, durmiendo en casa. Aina ha planeado todo el día, comenzando por salir a desayunar juntas, ir de compras empecinándose en comprar para Ishtar un hermoso vestido de color negro, corte princesa, que llega a la altura de su rodilla; además, de unos lindos zapatos de tacón alto de color plateado y de ahí, llevarla hasta un salón de belleza. Cuando volvieron a casa era tarde, Ishtar deseaba descansar pero eso no se encontraba en los planes de Aina, por lo que le pidió que se preparará para la última sorpresa del día.
Las jóvenes arriban al lugar en el que la sorpresa que Aina preparó para su amiga, esperaba. Ishtar avanza con los ojos vendados dejándose guiar por su mejor amiga, Aina con ayuda de Mathew organizó una gran fiesta sorpresa, él se había encargado de todo mientras Aina mantenía ocupada a Ishtar. Una vez que ingresan al lugar, Aina descubre los ojos de su mejor amiga y de manera inmediata se escucha el grito: “Feliz cumpleaños”, Ishtar observa todo percatándose de que todo se encuentra realizado justamente como ella había planeado hacia meses atrás y Aina se había encargado de hacer realidad las ideas que le había dado.
–No debiste molestarte Aina, ¡Eres la mejor!–expresa con una sonrisa abrazando a la joven frente a ella.
–No es molestia Is, eres mi hermana del alma y mereces lo mejor del mundo, ¡Vamos a celebrar!
Al escuchar las palabras de Aina todos aplauden y vitorean, dando inicio de esta manera a la fiesta. En el lugar se encuentran muchos amigos de Ishtar, a los cuáles ella dejo de ver hacia tiempo pero que aún la saludan como siempre. En compañía de Aina se divierte, baila y saluda quienes se acercan a ella para felicitarla, hasta el momento en el que Mathew se aproxima y se lleva a Aina con él dejando Ishtar sola.
Sin darle mayor importancia, ella se dirige a la zona de bebidas, y solicita un jugo sin alcohol, debido a que ella no acostumbra a beber ningún tipo de bebida alcohólica.
– ¡Feliz cumpleaños niña traviesa!–comenta a su lado una voz conocida haciendo que ella casi escupa el poco jugo que había bebido.
– ¿Qué haces aquí?–inquiere llena de molestia dejando su vaso sobre la mesa.
–Es tu cumpleaños, no podría perdérmelo, toma–responde entregándole una pequeña caja aterciopelada de color verde que contiene un pequeño dije de esmeralda con forma de corazón y cadena de oro blanco, ella ni se molesta en tomarla o mirarla.
– Gracias pero guárdatela, ¿Sabes cuál hubiese sido el mejor obsequio que pudiste darme?
– ¿Cuál?–cuestiona sabiendo perfectamente que la respuesta de la joven estará llena de rencor y desprecio.
–Tu ausencia, verte me amarga la vida pero aun estas a tiempo de corregir tu error, marchándote de aquí–expresa bebiendo el jugo por completo y depositando el vaso vacio sobre la barra se dispone a marcharse–. Con tu permiso.
–Necesitamos hablar–indica deteniéndola del brazo.
–Te equivocas Enzo, no necesitamos hablar de absolutamente nada, yo no necesito nada de ti, menos aún, hablar, eres tu quien desea hablar y decir algo que seguramente a mi no me importa en lo más mínimo.
– ¿Debes comportarte de esta manera? Comprendo toda tu molestia pero…
– ¿Pero? ¿Tienes peros por decir? ¡Me dejaste Enzo! ¡Me dejaste de la peor manera y en el peor momento! Ahora estoy maravillosamente bien, no me importan tus razones, pasé mucho tiempo preguntándomelas y me di cuenta de que nada justificaba tu actuar, disfruta la fiesta, con tu permiso.




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