Sin esperar respuesta alguna, Ishtar se aleja de la barra de bebidas dejando atrás a Enzo, « No sabes cuánto me arrepiento a cada momento, Ishtar». Piensa él pidiendo un vodka, el dolor en su interior es completamente sincero, ella se había ganado su corazón y aún que había renunciado a ella, volverla a ver, ha cambiado todo.
Mientras tanto, Ishtar avanza en dirección al tocador para damas con un inusual dolor de cabeza que comienza a hacerla sentir muy mal. Mareada, llega hasta el tocador, coloca sus manos sobre uno de los lavamanos y mira su rostro en el espejo, encontrándose con una imagen borrosa, moviendo su cabeza cierra sus ojos, esperando que eso la ayude a sentirse mejor. Sin embargo, el malestar en lugar de disminuir, se intensifica, sintiéndose realmente mal busca el teléfono que lleva en su pequeña bolsa que no ha soltado en ningún momento, lo extrae y llama al primer número que aparece.
– ¿Qué sucede?–cuestionan con seriedad al otro lado.
–Me siento muy mal, ven por favor–responde rápidamente con su respiración entre cortada.
– ¿Dónde estás?
–Ahora te envió la ubicación–replica ella cerrando sus ojos, luchando por mantenerse consciente y terminando la llamada.
Algunos segundos después envía su ubicación, guarda su teléfono y se moja la cara, esperando que eso le ayude a sentirse mejor, respirando de manera profunda espera algunos minutos, perdiendo la noción del tiempo. Algún tiempo después sintiéndose un poco mejor aunque aún bastante confundida, sale del tocador con la esperanza de que ya hayan llegado por ella o que no tarden demasiado en llegar para poder volver a casa y descansar.
– ¿Te gustaría bailar?–la invita alguien que no logra reconocer por completo, siente como si hubiese bebido demasiado pero es absurdo, así que ignora esa sensación.
–De acuerdo–acepta esperando que con el movimiento se le pase por completo la rara sensación que la ha invadido.
Juntos llegan hasta la pista y comienzan a bailar al ritmo de la música, algún tiempo después, el malestar comienza a pasar, viéndose reemplazado por una euforia inexplicable, Ishtar baila alegremente dejándose llevar por el ritmo de la música, sin preocuparse por su compañero de danza quien la acompaña con emoción.
La luz de la mañana entra por la ventana e Ishtar gira en su cama con la intención de evitar que la brillante luz del sol la moleste e interrumpa su sueño; sin embargo, al hacerlo, su mano roza contra una superficie cálida y bastante suave, con curiosidad intenta averiguar de lo que se trata sin abrir sus ojos, al no reconocer que es, no le queda más que abrirlos llevándose una gran sorpresa.
– ¡Ah!–grita incorporándose rápidamente al tiempo que se cubre.
– ¿Por qué estas gritando?–cuestiona a su lado la persona que compartía la cama con la joven.
– ¡¿Qué haces en mi habitación y en mi cama?!–interroga llena de molestia.
–Al parecer continúas ebria, ¿Tu habitación? ¿Tu cama? Deberías revisar antes de gritar de manera desconsiderada un domingo por la mañana–replica con calma para acto seguido incorporarse y salir de la habitación dejando a Ishtar sola con sus pensamientos.
No logra comprender nada de lo que sucede, « ¿Qué es lo que está pasando aquí?» se cuestiona mientras en silencio analiza la habitación en la que se encuentra, percatándose de inmediato, de que realmente no se encuentra ni en su habitación ni en su cama. En ese momento le asalta la duda, « ¿Cómo es que he llegado a este lugar y lo que es peor, con él? ¿Qué ocurrió?» se pregunta intentando recordar; sin embargo, nada aparece en su mente, por más que se esfuerza, no logra recordar nada.
Cierra sus ojos, en un intento de que eso le ayude a recordar, imágenes borrosas de la noche anterior llegan a su mente, recuerda el jugo que solicitó, a Enzo que llegó a importunarla, sentirse mal, realizar una llamada y después aceptar bailar con alguien. Nada mas llega a su mente y esos recuerdos no le explican la manera en la que ha llegado a esa cama y con ese compañero.
– ¡No puede ser!–exclama en el exterior el joven, acto seguido la puerta se abre estrepitosamente haciendo que Ishtar salte en la cama abriendo sus ojos y mirando confundida al individuo que parece muy molesto, ella guarda completo silencio esperando una explicación–, ¡Esta vez sí que la has liado, jovencita! ¡Será mejor que pienses en como saldremos de este problema! ¡Y todo porque la señorita se paso de copas! ¡Uff, es que eres una inconsciente!
–Para comenzar, relájate Elian, no tienes que gritar, no estoy sorda, ¿Qué es lo que sucede? ¿Por qué te encuentras tan molesto y tan frustrado? Y para tu información, yo no bebo alcohol, es imposible que me pasara de copas y…
– ¿Entonces cómo explicas tu comportamiento de anoche?–la interrumpe mirándola con expresión llena de seriedad, «Niña sínica, todavía viene y se hace la inocente». Piensa mirando la confusión en el rostro de ella–. Eso ahora no importa, mira esto.
– ¿De qué se trata todo esto?–cuestiona tratando de comprender todo el espectáculo y tomando la tableta que le entregaba el joven con esa expresión tan tensa.
– Mis padres me ha llamado recientemente, cuestionándome al respecto y deshechos en felicitaciones; además, están llenos de ideas para la formalización, ¿Te das una idea de lo que has provocado? Tú me has metido en este problema y ahora me sacarás, ¿Entendiste?
– ¡Es suficiente Elian! Siquiera déjame ver de qué se trata y así podre pensar en lo que hay que hacer–responde mirando la pantalla del aparato leyendo el enunciado escrito en grandes letras.
“El joven empresario Elian Wright, se compromete con su joven novia."
"El soltero más codiciado de la ciudad, ¡Se casa! La noche de ayer, durante la celebración del cumpleaños de la joven, ella hizo del conocimiento de todos sus amigos presentes, su futura boda con Elian Wright…"
Además de un largo texto en la página que ha publicado la nota, es posible apreciar una fotografía de ella besando a Elian, al leer todas aquellas palabras y ver la imagen, Ishtar abre ampliamente sus ojos en un gesto de total asombro, no comprende absolutamente nada, « ¿De dónde han sacado todas estas tonterías?» se cuestiona sintiendo que el pánico se apodera de ella.
– ¡No, no, no! ¡Ni lo sueñes Elian Wright! ¡Yo jamás me casaría contigo, jamás! ¡¿Comprendes?! ¡¿Qué artimaña has usado?!
– ¡¿Yo?!–exclama completamente alarmado por la afirmación de la joven–. Definitivamente has enloquecido, todo este problema lo has ocasionado tú, sigue el enlace y mira el video, eso seguro que refrescará tu memoria y así podrás pensar en una solución adecuada.
Con suma molestia y sin esperar respuesta alguna, toma una sudadera de color azul marino para salir nuevamente de la habitación, necesita despejar su mente y relajarse porque realmente no esperaba que lo sucedido la noche anterior se hiciera público. Ishtar permanece en la cama llena de confusión, escucha la puerta del departamento abrirse y luego cerrarse con fuerza, « Neurótico», piensa ella enfocándose en el enlace que le ha dicho que siga.
Elian por su parte llega al exterior, realmente se encuentra demasiado molesto por lo que le resulta realmente imposible permanecer en un sitio cerrado sin sentir que enloquecerá. Es por eso, que lo mejor que puede hacer en ese momento, es salir a correr al parque más cercano, para despejar su mente y encontrar la mejor solución a esa complicada situación en la que se encuentra. Lo que sucede, no es únicamente culpa de la joven que ha dejado en su departamento, él había aceptado todas las locuras que salían de los labios de Ishtar, lo peor de todo es que a diferencia de ella, él se encontraba completamente consciente de todo lo que decía y hacia.