La noche anterior, tras recibir la llamada de la joven solicitando que fuese por ella, argumentando un inusual y repentino malestar, no se lo pensó dos veces para acudir a donde ella se encontraba. Se sentía demasiado preocupado por lo que le sucedía y condujo tan rápido como le fue posible, en esos casos, es mejor actuar lo más rápido posible, nunca se sabe lo que sucede. Al llegar al lugar que indicaba el GPS, se estacionó, descendió e ingresó en el lugar, detestaba el contacto con tantas personas y para su mala suerte ese lugar se encontraba repleto de jóvenes, bebiendo, gritando y bailando como si no hubiese un mañana.
Controlando el desagrado que le producía encontrarse ahí, la buscó con la mirada y por suerte la encontró rápidamente, la joven se encontraba bailando alegremente con quien menos esperaba encontrarla, sin ser capaz de comprender, una gran molestia se instalo en su interior. El sujeto que la acompañaba con una amplia sonrisa en su rostro, era nadie más y nadie menos, que su querido hermano mayor: Enzo, quien bailaba muy cerca de la joven, « ¿Qué debo pensar respecto a todo esto?» se cuestionó observando por algún tiempo, al percatarse que la ella simplemente bailaba ajena al mundo y evidentemente eufórica, se aproximó.
–Veo que se divierten mucho–indicó controlando la molestia que lo invadía por el atrevimiento evidente de Enzo, quien de inmediato se detuvo al reconocer la voz de Elian, lo miró encontrándose con una sonrisa aparentemente tranquila pero conocía al joven y el brillo de la ira le resultó evidente en los azules ojos de Elian–. Si no te molesta, considero que es mi turno de bailar con mi novia.
–Por supuesto hermanito, únicamente la cuidaba.
–Te lo agradezco de todo corazón pero para cuidarla estoy yo, nos vemos después–replicó con toda la amabilidad que le fue posible para acto seguido tomar el lugar que antes ocupaba su hermano.
Se percato de que Enzo entrecerró sus ojos y apretó los puños con fuerza en un evidente gesto de molestia, por lo que se limito a dedicarle una pequeña sonrisa llena de amabilidad para desesperarlo aun más. Ella se mantuvo ajena al cambio de pareja, en ese momento, el ritmo de la música cambio, Elian sujeto la cintura de la joven y comenzó a bailar guiándola, si bien, no le agradaban las fiestas, era un excelente bailarín, ella se dejaba guiar y reía divertida.
–Hace cinco segundos no bailabas tan bien–comentó Ishtar con asombro sin dejar de bailar.
–Hace cinco segundos no bailabas conmigo cariño– replicó él con evidente reproche, no era capaz de controlar la molestia que había nacido en su interior al verla bailando con Enzo, ella giro enfocando su mirada en el joven.
– ¡Elian!–exclamó emocionada abrazándolo y tomándolo por sorpresa en cuanto lo reconoció, realmente no esperaba que ella le recibiera de esa manera y con tanto entusiasmo –, ¿Cómo llegaste hasta aquí?
–Tú misma me llamaste, ¿Te divertías tanto bailando que lo olvidaste?–cuestionó siendo evidente su molestia, molestia que no debía sentir pero que no era capaz de controlar.
– ¿Te encuentras celoso, Elian?–preguntó con dulzura y diversión, acercándose al rostro del joven haciéndolo sentir nervioso.
–No digas tonterías, te encuentras demasiado alcoholizada, ¿Por qué eres tan irresponsable? Es muy peligroso que actúes de esta manera–la reprendió sujetando la barbilla de la joven y mirándola a los ojos.
–Quien dice tonterías eres tú, yo no bebo alcohol, en mi vida lo he hecho, no va conmigo, me divierto sanamente.
–Siempre hay una primera vez y al parecer, es esta la primera vez que decides beber y lo has hecho con absoluta imprudencia, vámonos–indicó sonando más rudo de lo que pretendía.
– ¿Por qué estas tan molesto, Elian?–inquirió ella haciendo un mohín al escuchar el tono que empleaba Elian.
– ¿Qué por qué? ¿De verdad me estas preguntando por qué? Isis, me llamaste diciendo que te sentías muy mal, llego aquí y te encuentro bailando animadamente y de una manera muy poco adecuada con alguien más, no pareces sentirte mal.
– ¡Mi novio esta celoso!–gritó ella llamando la atención de todos al coincidir precisamente con el final de la canción, un vitoreo general se escuchó por todo el lugar, haciendo sentir avergonzado a Elian–, ¡Yo te amo, Elian! ¡TE AMO!
–Claro, yo a ti pero no grites, por favor– respondió él con la esperanza de que ella se tranquilizara y no lo avergonzara más–. Vámonos, estas llamando la atención de todos y…
– ¡¿Y qué importa eso?! Es más, ¡TODOS GUARDEN SILENCIO Y ESCUCHEN! ¡Elian Wright! ¿Te casarías conmigo?–exclamó despreocupada y con una gran sonrisa mirando al joven a los ojos, él no sabía que decir, la atención de todos se encontraba puesta en ellos, la música fue detenida y los presentes se encontraban expectantes a la respuesta que proferiría Elian.
–Isis, escúchame, ahora mismo te encuentras muy ebria y mañana no recordarás nada de lo que estás diciendo, vámonos– musito cerca del oído de la joven para no ser escuchado por los demás, esperando que ella reaccionara.
– ¡No! ¡No me moveré de aquí hasta que me respondas! ¿Te casas conmigo? ¡Es muy simple la respuesta! ¿Sí o no?–insistió ella como una niña caprichosa sin bajar el tono de su voz.
–Sí Isis, me casaré contigo–accedió esperando que eso fuera suficiente para salir de todo ese espectáculo vergonzoso–. Ahora vámonos, por favor.
– ¿Cuándo?–cuestiono de pronto derribando las esperanzas de Elian.
–Cuando tú quieras Isis, puedes decidirlo pero vámonos ya–solicitó con evidente suplica.
– ¡Escuchen todos, están invitados a mi boda con Elian Wright, el amor de mi vida, será en tres meses y recibirán la invitación en las próximas semanas!–gritó a los cuatro vientos para después besar a Elian ante todos los presentes que al escuchar la noticia aplaudieron emocionados; mientras que Aina, Mathew y Enzo, no lograban comprender nada de lo que sucedía y Elian se encontraba más que incomodo; sin embargo, era su turno de involucrarse en el acto circense, sometiéndose a los caprichos de la joven por lo que únicamente podía corresponderle–, ¡Te amo!
–Yo a ti, ahora si vámonos–indico Elian controlando todas las emociones que lo invadían en ese momento y mostrándose lo más tranquilo posible.
–Por supuesto que sí, mi futuro esposo, contigo voy hasta el fin del mundo–expresó abrazándolo y dejándose guiar por él entre los presentes que murmuraban a sus espaldas, detestaba esos espectáculos, especialmente si se encontraba involucrado pero por el momento no podía hacer más.
Una vez que Elian había conseguido convencer a Ishtar, la guió hasta el exterior lo más rápido posible, la ayudó a subir al automóvil, le colocó el cinturón de seguridad, cerró la puerta y rodeó para llegar al asiento del piloto, subió y se dedicó a conducir hasta el edificio en el que habitan en absoluto silencio. Estaba seguro que ese episodio quedaba en el pasado en el momento en el que ingresaron en el estacionamiento del edificio; sin embargo, Ishtar se encontraba aun más desubicada. Para Elian era evidente el estado de ebriedad en el que ella se encontraba a pesar de la insistencia de Ishtar en no haber ingerido alcohol, con la poca conciencia que le quedaba, la joven, con ayuda de Elian, ingresó en el elevador del edificio.
– ¿Tienes la llave del departamento?–cuestionó Elian esperando que la respuesta fuese afirmativa o tendrían que esperar a que Aina llegara.
–Sí, la tengo pero no la necesito– respondió abrazando al joven sorprendiendo nuevamente a Elian que la miro con el ceño fruncido–. Me quedaré contigo.
–No, de ninguna manera señorita, ahora mismo te llevaré a tu departamento para que descanses.
– ¡No Elian! Yo no me separare de ti, ni lo sueñes–replico con obstinación abrazándose a él.
–Isis, por favor…
– ¡Lo que sucede es que no me quieres! ¡Es por eso me quieres dejar sola!–indicó comenzando a llorar como una niña–.Todos me dejan sola cuando más los necesito, mi padre decidió dejarme, tú hermano me dejó cuando lo necesitaba y tú... tú también me dejas.
–No te estoy dejando.
–Entonces déjame quedar contigo–insistió mirándolo directamente a los ojos–, por favor.
–No es posible, Is…–se vio interrumpido por la joven que unía sus labios a los suyos.
–Ya lo he decidido, no cambiaré de opinión, te amo.
Sin ser capaz de objetar algo mas al respecto, Elian decidió permitir que la joven se quedara en su departamento, después de todo, no le afectaba en nada su compañía e incluso le agradaba que ella estuviera con él. Cuando ella estaba cerca, una paz inexplicable lo invadía y aunque eso le asustaba, era tarde para controlar sus emociones y todo lo que se despertaba en él.
Recordando lo sucedido mientras corre por el parque, intenta aclarar sus ideas, « Definitivamente ahora debo pensar en una solución a todo este problema, no será nada sencillo». Se dice deteniendo su andar. Mientras tanto, en el departamento de Elian, Ishtar no es capaz de creer lo que sus ojos han visto en el video, realmente parecía encontrarse muy ebria y no solo eso, justo antes de que Elian apareciera en el video, ella bailaba alegremente con Enzo.
Lo peor de todo es que había obligado a Elian a decir que si se casaría con ella, « ¿Qué era lo que estaba pensando en ese momento? ¿Cómo fui capaz de decir y hacer todo eso? ¿Qué voy a hacer?» se cuestiona sin ser capaz de formular una sola respuesta para sus preguntas, definitivamente salir de ese problema sería un verdadero reto, ni siquiera conseguía encontrar una explicación lógica a lo que había visto.