Sintiéndose invadida por una calma impresionante, decide tomar asiento en el verde pasto a orillas del lago. Respirando profundamente, cierra sus ojos, olvidando todo lo que le preocupa, al menos en ese momento anhela sentirse completamente tranquila.
– Es un hermoso lugar, ¿No? A mí siempre me ha encantado y sabia que te gustaría–comenta alguien tomando asiento al lado de la joven, quien abre sus ojos rápidamente.
–Sí, un maravilloso lugar, continúa disfrutándolo, si me disculpas–indica intentando ponerse de pie para retirarse de ahí.
–Quédate, por favor–pide con evidente suplica en su voz al tiempo que evita que ella se marche al tomarla de la mano–. He hecho todo para que fuese posible que habláramos a solas aunque fuese un momento.
–No quiero, Enzo–replica mirándolo con absoluta seriedad y apartando su mano con brusquedad.
–Sé que no, ya me lo has dejado más que claro pero tienes una relación con mi hermano, nos veremos mucho y es realmente incomodo.
–Sí, lo es pero ese no es mi problema, no te cruces en mi camino y asunto resuelto.
–Ishtar, se bien que te encuentras molesta, también estuve muy molesto durante algún tiempo; sin embargo, ahora te veo feliz, me duele que sea con mi hermano y no conmigo pero así es el destino, con caminos misteriosos que en ocasiones no somos capaces de comprender, Zoe es una gran persona y Elian, aunque se muestre de una u otra manera, yo lo conozco bien, es un gran hombre, es mi hermano y lo adoro, quiero que sea feliz– expresa con algunas lagrimas corriendo por sus mejillas las cuales limpia rápidamente–. Fue por él que sacrifiqué todo, fue por él que ese día, a pesar de que mi corazón me gritaba que volviera y no te dejara ahí llorando, seguí adelante con la decisión que había tomado, me duele mucho todo esto y…
–No digas nada más–lo interrumpe controlando las lágrimas que amenazan con escapar de sus ojos al recordar ese amargo momento–. Nada de lo que puedas decir cambiará algo de lo que ha sucedido y menos aún otorgara algún perdón para ti.
–Lo sé, así como también sé que aunque yo este con Zoe y tú con Elian, yo no dejaré de amarte, ¡Nunca, ni un solo momento!–expresa lleno de sinceridad.
– ¡Guarda silencio!–exclama con amargura mirándolo con los ojos entrecerrados.
– ¿Por qué? Te asusta–afirma con seriedad mirándola directamente a los ojos–. Te da miedo darte cuenta de que aún me amas de la misma manera en la que yo te amo a ti, no puedes negarlo.
–No te confundas, Enzo, yo…–intenta decir viéndose interrumpida por Enzo, quien une sus labios a los de ella en un beso sin dar tiempo de que ella pueda evitarlo, deseaba poder volver a probar los labios de la joven que tanto ama; sin embargo, la tristeza lo invade al percatarse que no le corresponde.
– ¡¿Qué significa esto?!–cuestionan con evidente molestia detrás de ellos, Ishtar se pone de pie rápidamente para poder acercarse a Elian y explicarle lo sucedido.
–Elian, yo… puedo explicarlo–indica mirándolo a los ojos, encontrando en ellos algo que no es capaz de describir pero que hace que su sangre se congele de inmediato y su corazón se llene de inquietud.
–No me importa–responde con frialdad dando media vuelta y alejándose del lugar, ella avanza detrás de él alcanzándolo.
– ¿Puedes por favor detenerte y escucharme?–pide tomándolo del brazo para que deje de avanzar.
–No Isis, no puedo, confié en ti y me has fallado, no hay nada más que decir, quiero estar solo–expresa liberándose con delicadeza del agarre de la joven para poder avanzar nuevamente.
El dolor proveniente de su corazón se ha expandido a todo su cuerpo, nunca antes se había sentido de esa manera, nunca espero llegar a encontrarse a su hermano besándose con la mujer que ante todos es su prometida y menos aún, que eso le produjera un sentimiento como ese que lo invadía y lo hacía sentir miserable, « ¡Reacciona, Elian!», se regaña tratando de controlar sus emociones. Ishtar por su parte, no es capaz de comprender el lio que tiene en su interior, con esa gran combinación de emociones luchando en su corazón, se dirige a la habitación que les asignaron para poder estar sola y pensar claramente.
Mientras tanto, Elian llega hasta su lugar secreto, toma asiento y como un niño pequeño, abraza sus piernas escondiendo su rostro, nunca antes se sintió tan triste, miserable y vacio, sin poder contenerse más tiempo, deja salir sus lágrimas. Es consciente de que en ese momento sufre únicamente por su misma torpeza, no tenía derecho a sentirse como se sentía, tampoco tenía derecho alguno de reclamar algo, «¿Cómo te has enamorado de ella siendo totalmente consciente de la relación que ellos tenían? Peor aún, ¿Cómo te permites comportarse de esta manera? Debo controlarme». Piensa mientras sus lágrimas continúan saliendo de sus ojos sin control, sabe perfectamente bien lo que debe hacer y su lugar en la vida de la joven; sin embargo, le es demasiado complicado.
Por su parte, Enzo permanece en la orilla del lago, el conflicto en su corazón continua, se encuentra profundamente enamorado de Ishtar; sin embargo, ella no correspondió a su beso en ningún momento, « Ha dejado de amarme, debo aceptar mi situación». Se dice sintiendo algunas lágrimas escapar de sus ojos.
–Cariño, cuando desperté no te encontré, ¿Estás bien?–cuestiona Zoe llamando la atención de Enzo.
–Muy bien, este lugar me encanta, hacia mucho no veníamos y por ello quise venir, no he querido interrumpir tu sueño, sabiendo que te cuesta acostumbrarte al cambio de horario.
–Eres muy considerado, gracias–musita tomando asiento al lado del joven y depositando un beso en la mejilla de este que le dedica una pequeña sonrisa.
Juntos permanecen en ese lugar, sus convivencias son tranquilas y sin emociones intensas pero es una estabilidad a la que Enzo puede acostumbrarse o al menos, espera hacerlo porque se encuentra decidido a simplemente aceptar su realidad, el dolor que le ha causado a su hermano menor, lo siente como propio.
No ha hablado con él pero no es necesario, vio su mirada fría y su expresión seria, muy diferente a su mirada risueña y traviesa, además de su acostumbrada actitud relajada, « Espero no haberte arruinado la felicidad nuevamente, Ishtar». Piensa mirando al frente mientras su prometida entrelaza su mano con la de él y recuesta su cabeza en el hombro del joven.