Es de mañana y el ruido en la planta baja le hace imposible a Elian continuar durmiendo, permaneció en el exterior hasta la madrugada intentado comprender lo sucedido con Ishtar en el momento en el que se besaron, después de analizarlo una y otra vez, se formuló muchas hipótesis pero ninguna terminaba de convencerle. Aún somnoliento se incorpora, percatándose de inmediato de la ausencia de la joven, la cama se encuentra tendida y en la almohada se encuentra una nota.
Completamente preocupado, se pone de pie rápidamente y se aproxima para tomarla entre sus manos, después de leerla, sin perder el más mínimo segundo, recoge todo y se prepara, al encontrarse listo sale presuroso de la habitación con todas sus pertenencias en mano.
– ¿A dónde vas, Elian?–cuestiona el padre del joven al verlo con maleta en mano descendiendo de manera presurosa.
–Discutí con Isis, se ha marchado, debo ir con ella y solucionarlo, con su permiso, continúen disfrutando de su fin de semana.
Sin esperar respuesta alguna, sale de la cabaña y se encamina hasta su automóvil, sube y conduce en dirección al edificio en el que habitan, « ¿Qué necesidad de escapar así?» se cuestiona incorporándose al tráfico. Necesita hablar con Ishtar, ha llegado el momento de enfrentar todo de manera directa y sin caretas de ningún tipo, el momento perfecto de abrir sus corazones y ser totalmente sincero el uno con el otro.
Elian llega hasta el edificio, ingresa en el estacionamiento acomodando su automóvil en el lugar en el que pertenece y rápidamente se dirige hasta el elevador, dejando sus pertenencias en el mismo vehículo, en cuanto las puertas de metal se abren, ingresa y en lugar de presionar el número de su piso, presiona el número del piso del departamento de Aina. En cuanto aparece el numero del piso al que se dirige, espera impaciente que las puertas se abran, la ansiedad lo consume, al abrirse las puertas sale presuroso y con seguridad avanza hasta el departamento de la joven.
Al llegar toca el timbre y espera; sin embargo, no obtiene respuesta alguna por lo que su ansiedad aumenta, sin deseo de esperar, decide llamar a Mathew para lograr ubicar a Aina. Es consciente de que Ishtar no le responderá ni abrirá si es que se encuentra en el interior pero ese no será un obstáculo para él.
– ¿A qué debo el milagro de tu llamada?–cuestiona Mathew sumamente sorprendido, de sus primos, Elian es el que menos le llama, siempre reservado y solitario.
–Si no fuera realmente necesario, no molestaría, ¿Eres novio de la amiga de Isis? ¿No es así?
– Así es, ¿Por qué?–responde sin ocultar su desconcierto.
–Necesito ubicarla, ¿Me puedes dar su número, por favor? Es urgente.
–No es necesario, ella está conmigo, ahora te la comunico, espera–indica Mathew mirando a la joven que se encuentra a su lado y al escuchar sus palabras lo mira llena de confusión.
–Gracias–musita Elian intentando relajarse mientras busca la paciencia en su interior para esperar.
–Hola, Elian–saluda Aina a los pocos segundos–, ¿Qué sucede? ¿Le ocurrió algo a Is?
–Hola, no estoy seguro de eso, hoy al despertar ella ya no estaba, he venido directo al departamento, se que está dentro pero no me abre, ¿Puedes ayudarme, por favor?
–¿Tuvieron algún problema? ¿Pelearon?–cuestiona inquisitiva.
–En realidad no, yo tampoco entiendo porque está actuando de esta manera pero por favor Aina, después te diré todo si gustas pero ahora ayúdame, estoy muy preocupado.
–Ahora mismo me encuentro fuera de la ciudad pero debajo del tapete de bienvenida en la entrada esta una llave, con ella podrás entrar. Conociéndola como la conozco, seguramente se encuentra en su habitación y con mucha probabilidad, no te abrirá aunque te anuncies de manera incesante. Así que, deberás usar la copia de la llave de su habitación, se encuentra en la cocina al lado de las otras llaves, cada llave tiene una etiqueta pegada que indica a donde pertenece.
–Comprendo, gracias de verdad, no imaginas lo agradecido que estoy–responde con absoluta sinceridad dejando escapar un suspiro de alivio.
–No es nada, avísame si se encuentra bien, por favor.
–Lo haré, no te preocupes–responde dando por terminada la llamada.
Aina le explica lo que Elian le ha dicho, el joven se llena de desconcierto pero al igual que la joven se encuentra convencido que algo sucedió. Aina piensa en regresar pero Mathew consigue persuadirla, confía en que su primo conseguirá ayudar a Ishtar en cualquier situación. Mientras tanto, Elian guarda su teléfono y se inclina para revisar el lugar que Aina le ha indicado y extrae la llave, al obtenerla respira profundo y abre la puerta ingresando en el departamento. Cierra la puerta detrás de él y avanza hasta la cocina, ubica el lugar de las llaves y toma la que necesitará, con ella en la mano se encamina hacia la habitación de Ishtar, al llegar a la puerta toca; sin embargo, no recibe respuesta por lo que insiste.
–Ahora no Aina, quiero estar sola–recibe de respuesta, la joven evidentemente llora por lo que se preocupa aún más y decide insistir–, ¿Por qué jamás me escuchas? ¡No quiero hablar!