Mirando por la ventana del taxi que la lleva hacia el aeropuerto, se encuentra Isis Ishtar Shaw, hija única del empresario Stephan Shaw, un hombre que por una mala decisión llevó a su empresa y familia a la ruina total. Siendo incapaz de enfrentar a su familia con tal noticia, decidió quitarse la vida, llevándose con él a su esposa y dejando sola a su joven hija, sin nada más que lo poco que fue capaz de conservar y una carta, una carta que envenenó su corazón y la llevó a llenarse de odio y dolor.
Ese veneno que ahora le arranca la vida y le corroe los huesos, impidiéndole ser feliz al lado del individuo que consiguió cautivarla pero que en su vida es un completo y doloroso imposible.
Al llegar al aeropuerto el taxi se detiene y ella desciende, avanza y se dirige a realizar los trámites necesarios. De pronto, su teléfono suena, anunciando la entrada de una llamada, responde y escucha las palabras al otro lado de la línea, a los pocos segundos toma su pequeña bolsa y sale corriendo del aeropuerto buscando un taxi.
En cuanto logra encontrarlo, sube e indica a donde debe llevarla, trata de controlar sus emociones mientras su corazón que late de manera acelerada. En el momento en el que llegan a su destino, paga y desciende, corriendo hasta la entrada del lugar donde ubica a Aina al lado de Mathew, corre hasta ellos, su rostro se encuentra cubierto de lágrimas y su corazón lleno de angustia.
– ¡¿Dónde está?!– cuestiona desesperada en cuanto llega hasta ellos.
–En la sala de operaciones, los médicos no nos han dado muchas esperanzas, es posible que muera–responde Mathew conteniendo sus emociones, debe mantenerse fuerte ante esa situación–. No comprendo como sucedió, siempre es muy responsable, nunca conduce de manera imprudente.
–Estará bien, se que estará bien, no me dejará, él dijo que no me dejaría nunca y cumplirá su palabra–indica la joven llorando intentando convencerse de sus palabras, Enzo llega hasta ella y la abraza consolándola.
–Mi hermano es muy fuerte, te aseguro que se recuperará y nuevamente estará haciendo de las suyas.
Elian Wright conducía a gran velocidad, su corazón latía lleno de miedo por perder al amor de su vida, cuando de pronto el automóvil que avanzaba delante de él, se detuvo, reaccionando tan rápido como le fue posible, frenó intentando evitar el impacto; sin embargo, no lo consiguió y su automóvil terminó impactándose con el que se encontraba delante de él, provocando que se volcara y él perdiera el conocimiento al instante.
Fue trasladado tan rápido como fue posible al hospital para ser atendido, las lesiones sufridas en el accidente, dejaron al joven empresario en la delgada línea de la vida y la muerte. Los médicos hacían todo lo posible por salvarlo pero al final, el deseo de vivir o morir del paciente, siempre es un elemento importante.
Los días transcurrieron, después de la difícil cirugía a la que fue sometido Elian, se tomó la decisión de un coma inducido para que el cerebro del joven se desinflamara y su cuerpo pudiese recuperarse. Su situación era verdaderamente complicada, inclusive era muy posible que el joven no despertara más. Todos esperaban noticias del joven, especialmente Ishtar, quien se negaba a aceptar que no despertara, su corazón le aseguraba que él abriría sus ojos en cualquier momento.
–El paciente Elian Wright ha despertado y repite sin cesar el nombre de Isis, ¿Quién es?–informa un médico mirando a las personas en el pasillo.
– ¡Soy yo!–exclama emocionada, los días habían transcurrido e Ishtar había permanecido en el hospital sin moverse más que por lo esencial, por lo que al escuchar eso sintió como su alma regresaba a su cuerpo.
– ¿Qué espera? Vaya con él.
Ishtar avanza por el pasillo sumamente emocionada, sin ser capaz de contener su llanto, todos esos días había vivido un verdadero infierno, sintiendo como todo carecía de sentido. Pidió con todas sus fuerzas que Elian se recuperara y sus plegarias habían sido escuchadas. Llega hasta la habitación del joven e ingresa, emocionada corre hasta la cama y abraza al joven, quien emite un sonido de dolor haciendo que ella se aleje de él.
–Lo siento–se disculpa tomando la mano del joven–. Ha sido la emoción.
–Sabía que no me abandonarías, Isis–expresa él con una sonrisa, apretando la mano de la joven, lo único que le interesa es la presencia de ella ahí, todo lo demás carece de importancia.
–Jamás lo haré, te lo prometo.
Ishtar había pensado mucho y había llegado a la conclusión de darle una oportunidad a ese amor que ambos se tenían, ese día, al recibir la terrible noticia del accidente de Elian, sin pensarlo volvió hasta donde él se encontraba y no se movió de ahí. Manteniéndose en ese lugar, vió, escuchó y pensó demasiado, fue así como el veneno que había albergado la joven en su corazón desaparecía por completo y se veía reemplazado por un inmenso amor.
FINAL
Usualmente como autora no dejo un mensaje al final de mis libros pero en esta ocasión, quiero agradecerte lector, por haber llegado hasta aquí. Por haber permitido que mi historia llegara a ti, me encantaría conocer tus comentarios y así mejorar como escritora.
Con cariño: Nisa Farfalla
Pd. Esperen nuevas historias llenas de magia y giros, creadas con mucha dedicación para todos ustedes.