━chapter four;

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LA NOVIA DE 
FRANKEINSTEIN
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              Łas puertas del taller oficial y exclusivo para el filántropo del equipo Vengadores se abrieron, dejando ingresar al mismo en las instalaciones.

—¿FRYDAY, cómo vas, nena? —interrogó Tony caminando directamente al látigo.

No pudo evitar escudriñar¹ nuevamente el objeto que causo tal anormalidad física en su creadora y dueña, para acabar con el mismo frustrante y desesperante resultado.

Nada.

Un día entero había pasado desde que el equipo original y elite de SHIELD estaban advertidos sobre la situación de la joven ingeniera, y todos no habían parado de moverse de aquí para allá.

Por ejemplo: Natasha, Bruce y Steve habían viajado hasta el centro astrónomo donde trabaja Jane Foster para comunicarse con Thor, cosa que lograron exitosamente.

Fury y Barton se encargaron de el hermano mayor de Aurora; Ariel. Ya que el primero vio potencial para un leal y peligroso agente.

Y en cuanto a los estudios de la "sangre" de Aurora, no reveló lo que el equipo hubiese esperado, pues sólo confirmo la teoría de que Aurora almacenaba electricidad en su cuerpo.

Siendo esto descubierto por los componentes propios de la electricidad en su sangre.

Y Tony se había quedado en SHIELD, atendiendo al látigo y a Aurora.

—Hay unos cuantos códigos que me son un tanto difíciles de descifrar, señor. —admite la inteligencia, sonando más seria que de costumbre. Tony fruncio el ceño— Pero lograré hacerlo más tardar las ocho en punto PM.

Tony soltó un suspiro frustrado e intrigado, pues nunca había pasado por una situación como ésa.

Se vio tentado a preguntar que códigos eran los que se le dificultaban, quizá podría desarmarlos manual, pero prefirió no hacerlo. Total, si la chica despertaba en unas horas, su trabajo sería en valde.

—Ánimo, nena.

—Gracias, señor Stark.

La puerta del taller se abrió y Tony dobló el torso para ver a Steve en el umbral.

Desde la Guerra Civil hace tres años, la relación entre ambos vengadores se había tornado tensa y delicada, sobretodo desde que Bucky fue raptado de las instalaciones en Wakanda por HYDRA hace un dos años junto a una ciudadana.

Nadie sabe como la organización logró infiltrarse en el país, pero la teoría más acertada es la de un traidor entre el personal encargado de Barnes.

Y digamos que la ciudadana era cercana al sargento.

Hubieron búsquedas intensas los primeros meses, pero más obstáculos se presentaron y pronto la búsqueda de James Buchanan Barnes quedó en cuarto lugar en las prioridades de SHIELD.

No dejaba de ser una prioridad, por supuesto. Los conocimientos tanto en combate como en localización que tenía Barnes en su destrozado cerebro eran una joya para SHIELD, pero era difícil encargarse completamente de su búsqueda cuando otros problemas un poco más urgentes se le anteponían.

—Fury nos quiere afuera, Thor ya viene. —informó Steve, con voz suave y amigable.

—Ya voy. —Escupe seco.

A si, Steve siempre trataba de remendar su error con gestos amables, resignación a los ataques del playboy y sonrisas amistosas. Aceptaba que, en cierta parte, era su culpa que el billonario lo detestara.

No se arrepentía de haber salvado a su amigo, pero si la forma en la que se dieron las cosas.

Rogers bajó la cabeza, sonriendo con cierta tristeza y desilusión, asintió y dio media vuelta para retirarse.

Tony exhaló viendo la puerta, con algo de desolación en su expresión.

—¿Esta bien, señor Stark? —Preguntó FRIDAY de repente, con el tono más cercano a la preocupación que podía emplear una inteligencia artificial.

—¿Por qué lo dices? —preguntó sin moverse.

—Su ritmo cardíaco aumentó, y una ligera capa de agua cubre sus ojos ahora.

Automáticamente Tony parpadeó bajando la cara, carraspeo varías veces y enderezó la cabeza.

—Estoy perfecto. —sacude un los hombros— Creo que deberías revisar tus sensores identificativos.

—O usted podría admitir sus emociones.

—No seas entrometida, FRIDAY.

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Un pequeño grupo de SHIELD dejó la camilla, en donde una Aurora inconsciente reposaba, en medio del gran jardín del Triskelion, luego se alejaron rapidísimo.

Porque sus vidas dependían de ello, coño.

Thor los siguió con la mirada, con sus rubias y fisnas, si con ‘s’, cejas hundidas por la confusión que le causaba ésa actitud.

—¿Por qué corren?

Nick lo miró de reojo, con cierta gracia en su ojo chocolate, y luego volvió su atención a la joven de tonalidades exóticas en su anatomía.

—Si duras mucho tiempo a su alrededor, ella te electrocuta. —explica Steve al ver que nadie tenía la intención de explicarle.

—Y Rogers salva el día. —Tony rueda los ojos, receloso.

El dios fruncio aún más el ceño.

—¿No  que está inconsciente?

Steve asiente, como un niño explicándole a un adulto por donde ir para llegar al metro.

—Es como un reflejo defensivo. —mueve las manos tratando de darse a entender.

—Bien —Habla Nick, deteniendo el paso—, hasta aquí llegamos nosotros.  —mira a Thor— Sigue y dale con todo.

Thor asintió un tanto dudoso, no creía buena idea lanzarle rayos celestiales a una mortal, y caminó más cerca de Aurora, alzando su famoso martillo para invocar una tormenta eléctrica.

—¿Esto se pondra feo? —Curiosea Natasha, arrugando un poco el ojo derecho.

—Esto se pondrá Steve, osea feo. —responde Tony infantilmente, cruzando los brazos.

El rubio suspiró, dejando caer la cabeza.

—Si, soy horrible, estoy desfigurado. —Aceptó el rubio.