Venganza Navideña: el inicio de la pesadilla

4

El frio de la intensa tormenta de nieve los estaba calando hasta los huesos, ahora sin calefacción por un fallo en la electricidad la noche estaba arruinada. Sin embargo, sentados alrededor de la chimenea, estaban tranquilos. Su padre al llegar les dijo que era mentira todos eso del demonio-caza-niños-malvados, era solo un truco para que ellos cambiaran. Por eso, no se percataron que afuera, una enorme sombra, con enormes cuernos se cernía en su ventana. El Krampus había llegado, y no se iría con la canasta vacía.

El padre se despidió de sus hijos, asegurándose de que se dormirían junto a la chimenea para evitar el frio de la tormenta. Así que, los niños Blossom se quedaron solos, en la oscuridad de la sala, solo iluminados por el fuego. Cuando por fin se estaban quedando dormidos, escucharon un fuerte golpe en el tejado, despertando de golpe y con el corazón acelerado. Escucharon atentamente pero el silencio reino, así que se tranquilizaron, eso pudo ser solo la tormenta que no menguaba ni un poco.

Pero después de 5 minutos, allá arriba en el tejado, empezaron a escuchar cadenas arrastrarse y un silbido espeluznante. Creían que de pronto seria uno de los vecinos, que después de escuchar el relato del anciano loco se aprovecharía para asustarlos. Pero, ¿quién en su sano juicio saldría a mitad de la madrugada con esa tormenta, solo para asustar a un par de chicos traviesos? Intentaron gritar, o simplemente correr al cuarto de su padre, pero el miedo los tenía paralizados. Simplemente estaban clavados al suelo, mirando fijamente como caía nieve desde arriba de la chimenea hasta apagar el fuego, quedando sumidos en la absoluta oscuridad.

Paso un minuto, dos, tres, cinco. Una eternidad completa, y ellos seguían petrificados del miedo, en la oscuridad. Pero al no escuchar más nada, se tranquilizaron, y hasta suspiraron del mismo nerviosismo. De pronto estaban tan asustados por esa historia que se estaban imaginando cosas. La tormenta pudo haber provocado eso, ¿cierto?

Se levantaron, tanteando mientras caminaban para no chocar con nada. Encontraron una linterna y una caja de cerillos. Cuando se acercaron a la chimenea, estaba totalmente empapada. Así no podían encender el fuego otra vez. Se resignaron y se dispusieron a irse a sus habitaciones a dormir, pero cuando estaban a solo 10 metros de la chimenea, escucharon a sus espaldas nuevamente las cadenas. Pero esta vez, mucho más cerca, no en el tejado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.