Sinopsis

•Albert DeSalvo•

No era tan espantoso cómo parece. Me divertí muchísimo. Matar una persona es una experiencia extraña.

24 Octubre 2018, Mashville.

Allison

Corría, corría tanto cómo mis pies me lo permitían, mientras lágrimas brotaban de mis ojos; ardían todos los rasguños de mi cara ocasionados por las ramas con las que he tropezado. Ni siquiera sé dónde estoy, no sé a donde me dirijo o si apenas saldré viva de este oscuro bosque.

Corría con todas mis fuerzas y con ayuda de la luz de la luna, veía su silueta cerca de mí, aún así no estaba en mis planes rendirme.

De pronto tropecé con una raíz, un dolor agobiante invadió mi tobillo, supuse que se fracturó. Pero antes que ni siquiera pensar levantarme, estaba frente a mi; su cabello ondeaba cómo si de cuán hermosa bandera se tratase, sus ojos brillaban de satisfacción, y su pequeña navaja brilló con intensidad anunciando mi final, levantó la comisura de sus labios y ladeó su cabeza.

—Creo que aquí acaba el juego Allison— Sonrió abiertamente— Puedo decir que me divertiste bastante— rozó la punta de la navaja con su dedo índice— la mejor parte fue cuándo creíste tener esperanzas de salir viva, ¿cuál fue lo qué más te gustó?—preguntó agachándose para estar a mi altura.

—Aún no llega esa parte— le dediqué una sonrisa falsa— la mejor parte será cuándo te pudras en el infierno— dije escupiéndo las palabras con todo el desprecio posible.

—¿Sabes? Al principio pensé dejarte con vida, pero luego de analizarlo un poco, me dí cuenta que sabes demasiado acerca de mí.

—Sé que no saldré de aquí, al menos no con vida, pero espero que sepan la verdad y te pudras tras las rejas y luego en el infierno.

Ladeó su cabeza y soltó una carcajada para luego hablar— entonces nos vemos allá querida—. Hizo un movimiento con su navaja y lo último que sentí fue la espesa sangre que emanaba de una gran y profunda herida ocasionada por la persona que más quería, o al menos eso parecía, porque de alguna u otra manera sabía que no lo era.