Verdad Sangrienta

Capítulo 5

1 de Junio 2018

¡Viernes al fin!, ya el próximo lunes inician los exámenes y al fin estaré oficialmente fuera del instituto. Es mucho más emocionante cuándo es tu último año.

—¡Lilly!— Escucho chillar a Allison mientras nos dirigimos a la cafetería. No para de hablar de Aiden, ya que éste cursa en el mismo año que nosotras y tiene más oportunidad de acosarlo, digo, de verlo.

Y Ethan es de otro del cuál no para de hablarme, cuando no es Aiden es Ethan quien ocupa la conversación. Lo mejor es que ni siquiera está en el instituto ya que es dos años mayor que nosotras.

Y a ti que te gustan mayores.

¿Dónde te apagas pendeja?

Vuelvo a la realidad y veo a una Allison con cara de "¿me ignoras o qué?"—Allison, sí te estoy escuchando, que no responda a todo no significa que no te preste atención— Pongo los ojos en blanco porqué no ha parado de hablar la semana completa de ellos.

—¿Sabías? Supe que...

—¡Ya basta Ally! Deja al idiota de tu ami-novio un segundo y concentrate en los próximos informes que debemos entregar— exclamé exasperada por su actitud.

—¿Qué tienes contra ellos?— Preguntó en tono molesto.

¿Drama queen dónde?

—No tengo nada contra Aiden o Ethan, pero entiende que es tedioso tener todos los proyectos de fin de ciclo y encima estés todo el día hablando de esos dos. El estrés me está matando, Allison—. Le di una mirada dura y esperaba que realmente me entendiera.

—Bien, pero será en tu casa, así puedo...

—Allison—. La miré con reproche porque ya lo había hecho varias veces esta semana. Ir a mi casa sólo para dejarme sola haciendo los informes mientras hace quien sabe qué con el misterioso de su novio.

Tú si que sabes, que te hagas la loca es otro tema.

—Está bien, será en la mía— asiento en modo de respuesta mientras veo cómo hace un mohín.

                             ∆∆∆∆∆∆

Estaba en el living sentada en mi cómodo sillón de lectura, llevaba mis lentes qué rara vez los utilizaba pero si no quería dolores de cabezas fuertes al menos debía utilizarlos para leer; estaba con mis piernas cruzadas encima del sillón y la lapto en ellas. Me encanta sentarme aquí porque la vista es maravillosa; las flores que crecen en el jardín y los tonos amarillos y anaranjado que le otorga el atardecer al cielo me hace entrar en una clase de ensimismamiento, por lo que decido venir aquí para cumplir uno de mis pasatiempos favoritos: La lectura y escritura.

De pronto levanté la mirada y me topé con la imagen de mi nuevo vecino saliendo del jardín se su casa, llevaba un T-shirt gris, un pantalón negro rasgado y una chaqueta de cuero negra, acompañado de unas botas de combate; su cabello negro perfectamente despeinado ¿cómo despeinado puede verse bien? Yo me acabo de peinar y al ver a mi madre me pregunta que por qué no me he peinado.

Y las preguntas se hicieron presente en mi gran cabeza curiosa... ¿A dónde irá así?

Espera, ¿Desde cuándo eso te importa?

Me dispongo a seguir con mi lectura, pero al cabo de unos instantes me levanto enojada porque no me puedo concentrar.

¿Porqué será?

Tú cállate.

—Un té de manzanilla me vendría bien— digo para mí misma, y me dirijo a la cocina.

Y luego de que tengo mi taza de té en manos me dirijo al sofá para encender la televisión y ver que hay de bueno.

—Beverli Jones, una joven de diecisiete años, la han encontrado muerta en el bosque de Mashville. Los asesinatos han aumentado notablemente...

En eso presentan una chica de rasgos afroamericanos y me parece conocida pero no logro recordar dónde la he visto.

Cambio de canal al momento que inician los anuncios publicitarios y dejo un documental de animales ya que es lo más interesante a esta hora.

Y lo hermoso de todo este silencio es que no estoy sola en casa, ya que mi madre se encuentra en su habitación en su siesta habitual. Me aterra estar sola, ya que pasé gran parte de mi adolescencia en compañía de mi madre y mi padre (más con la de mi madre en sí), y aunque parece que todo va bien y que puedo ir al instituto sola, hablar y salir normalmente con Allison, en casa necesito la compañía de uno de ellos.

Simplemente hay algo que convierte el ambiente cálido de la casa, a uno terrorífico y casualmente sólo se da cuando estoy sola. Es como si eso saliera a mirarme en medio de mi soledad.

Cuándo ya estaba aburrida de ver televisión me levanté del sofá, lavé la taza donde había bebido el té y me dirigí a mi habitación.

Me tumbé en la cama y cerré los ojos por un momento.

—¿Crees en los monstruos, Lilly?—preguntó una voz infantil vagamente familiar.

Sí — respondió otra voz similar a la primera.

En eso todo se torna confuso.

No tengas miedo de ellos, yo te cuídaré— seguía escuchando esa voz y poco a poco se iba distorsionando— después de todo sólo seremos tú y yo.

Y despierto abriendo los ojos de golpe. Sin darme cuenta me quedé dormida, miro la hora en mi móvil y ya son las 7:47pm por lo que decido bajar a ver si mi madre ha empezado a hacer la cena para acompañarla.

—Hola mamá— le planté un beso en su mejilla izquierda tomándola desprevenida.

—Hola cielo, hace un rato pasé por tu habitación, estabas dormida y no quise molestarte, pero ya que estás aquí ayudame a preparar la carne.

—Sería un honor Señora Rusbelle— dije con tono divertido.

—¿Señora? Pero si apenas tengo 
38 años— Dijo poniendo ambas manos en sus caderas en forma de jarra haciendo un mohín.

—Demasiados años diría yo— la miré con una sonrisa en mi rostro, y es que la verdad quisiera verme como mi madre a esa edad.

—Oh sí cariño, ya querrás verte como yo a ésta edad— dió una vuelta completa con sus manos al aire y al estar frente a mí de nuevo me guiñó el ojo.

Reí por lo bajo y luego me terminé de adentrar a la cocina —Bien mamá, terminemos con esto— dije señalando la carne molida en el tazón.




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