Verdad Sangrienta

Capítulo 8

Estaba cansada, mejor dicho cansadísima. Luego de haber pasado la tarde con Allison regresé a la casa en eso de las 8:35PM y mi madre terminaba de hacer la cena, por lo que la ayudé a poner los platos. Papá regresó temprano y pudo cenar con nosotras.

Me despedí de ellos, subí a mi habitación, cepillé mis dientes y me puse mi hermosa pijama de oso panda, quedé dormida inmediatamente mi cuerpo hizo contacto con mi cama.

Y otra vez desperté a mitad de la noche.

Pero se sentía diferente. El pasillo como siempre estaba oscuro, pero con un toque tenebroso, miré al final del pasillo, donde se encontraba el baño principal del segundo nivel, el cuál la puerta de éste estaba ligeramente iluminada por la luz que emanaba por una pequeña ventana que se encontraba en la pared al lado derecho de la puerta.

Mi habitación no era la última, pero tampoco la primera. Eran cuatro habitaciones las cuáles si te pones al pie de la escalera, la primera puerta a la derecha es la habitación de mis padres, y la puerta que le queda al frente a ésta es la oficina de papá. La segunda puerta a mano derecha era mi habitación, y por último la habitación que quedaba frente a la mía; la cuál me era prohibido el paso.

Te preguntarás... ¿Qué tiene que ver eso con que te despiertes a mitad de la noche?

Esa era mi pregunta, hasta que me percaté que ésta... se encontraba entreabierta.

¿Pero qué? Mamá y Papá jamás abren esa puerta, incluso, reforzaron sus cerraduras a medida que crecía, según ellos "Por si la curiosidad me picaba".

Lillyanna, Lillyanna.

Escuché una voz vagamente familiar desde la ya mencionada habitación.

Mi lado curioso me insitaba a entrar y descubrir que había detrás de esa puerta, qué es lo que tanto mis padres esconden. Mi lado razonable pedía a gritos volver a la cama y hacer cómo que nada ha pasado.

No es necesario ser adivino para saber lo que ocurriría.

La curiosidad era más fuerte que mi lado razonable, por lo tanto terminé de salir de mi habitación y avance dos pasos más fuera de ésta. Al estar a unos centímetros de la misteriosa puerta sentía el miedo calándose en mis huesos.

¿Crees en los monstruos, Lilly?

Esa voz, esa pregunta que me atormenta. Esa chica, esa voz infantil dando una respuesta afirmativa.

De pronto por la ventana al lado del baño principal pude ver cómo relampagueo.

¿Está lloviendo?

Lilly...

De dos zancadas ya estaba de pie en la puerta que está frente a mi habitación. Entré a ésta y al tantear en la pared no encontré interruptor, así que seguí adentrándome hasta quedar en lo que suponía medio de la habitación.

—¿Hola?— hablé tratando de que la persona que me había llamado supiera que estoy aquí.

No sabía que era peor, que me respondieran o que me dejarán muriendo de la curiosidad lentamente.

Y de pronto, escuché algo que me dejo helada.

Quejidos, gemidos de dolor, sollozos.

Giré a todos lados tratando de poder ver algo o distinguir algo en medio de tanta oscuridad.

De pronto se encendió la luz y un grito de terror se instaló en mi garganta al ver lo que había.

Cuerpos, personas desangradas, miembros de personas y sobre todo sangre, mucha sangre.

Me encontraba rodeada de todos esos cuerpos, mi pijama de panda estaba manchada de sangre por todas partes, lo que me hacía querer vomitar ahí mismo.

¿Lo peor?

Tenía un enorme y afilado cuchillo en mi mano derecha, cubierto de sangre, que hasta ahora me había dado cuenta que lo traía.

A un lado de la habitación había un espejo de cuerpo completo y al mirarme en él era como si realmente no fuera yo. Tenía el cabello unos centímetros más largos, estaba más delgada y mi sonrisa pasó de ser tierna a una macabra.

Sollozando empecé a dar vueltas sobre mi eje a ver una salida porque mágicamente la puerta había desaparecido.

Entre los cuerpos distinguí uno.

Allison.

Me acerqué a ella y me agaché.

—Allison, ¿Qué está pasando?— Hablé mientras ella seguía sollozando con su cara cubierta por sus manos.

—Allison, debes decirme qué está...

De mi garganta salió un grito ahogado y un mar de lágrimas empezaron a brotar de mis ojos impidiendo ver claramente. Me pasé la mano por la cara retirando las lágrimas porque no daba crédito a lo que veía. Allison descubrió su cara y sollozó más fuerte. Sus ojos, ¡Dios! ¡Sus ojos no estaban! Sus cuencas estaban vacías, sin sus hermosas esferas azules. Un corte horizontal  en su garganta que se veía, era profundo.

Dí unos pasos hacia atrás, tropecé con una extremidad y caí sentada —¡Dios!— susurré sin poder creerlo— ¡Dios! ¡Allison! ¿Qué te han hecho?— sollocé más fuerte.

Una sonrisa cínica y siniestra se dibujó en su rostro. Ladeó su cabeza cómo si acabara de descubrir un ser totalmente extraño y fascinante, y con voz siniestra preguntó: —¿Crees en los monstruos, Lilly?

Y desperté.

Mi respiración estaba agitada y mi cuerpo tembloroso. Mis padres estaban en mi habitación tratando de calmarme.

—Ya pequeña, sólo ha sido una pesadilla.— dijo mi madre mientras acariciaba mi cabello.

Sentía la sensación de miedo, y la necesidad de gritar y huir... pero no recordaba nada.

¿Alguna ve haz soñado algo y sólo te queda la sensación de aquel sueño o pesadilla?

Justamente eso sentía...

Me sentía fustrada y enojada por no poder recordar.

Luego de calmarme y convencer a mi madre de que todo estaba bien, volví a intentar dormir, pero no podía.

Miré el reloj de la mesita de noche y apenas y eran las 6:14 AM.

Luego de rodar varios minutos en la cama sin lograr conciliar el sueño decidí levantarme y organizar mi habitación.

***

Bajé a desayunar ya que es fin de semana y mi padre tiene el día de hoy libre por lo tanto, significa "Día en familia"




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.